En el primer trimestre de 2024, había en el Gran Mendoza 88 mil personas ocupadas que buscaban otro empleo, lo que representaba el 16,7% de la población económicamente activa. En el segundo trimestre, ese número subió a 90 mil personas y pasó a representar el 17,2%, con lo que la provincia se encuentra por encima de la media nacional, que es del 16%.
Ayer se conocieron los datos de mercado laboral del Indec para el segundo trimestre del año. Además de haber crecido el desempleo en Mendoza, también se elevó el número de personas que se están buscado un segundo trabajo, producto de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, y de los que se encuentran subocupados y quieren trabajar más.
Estos últimos son los que trabajan menos de 35 horas por semana y están dispuestos a sumar horas, y pasaron del 8,6% entre enero y marzo, a 11,8% entre abril y junio en Mendoza. En el promedio de los 31 aglomerados urbanos relevados por el Indec, la subocupación demandante alcanza el 9,1%.
Nicolás Aroma, economista y director del Centro de Economía y Finanzas Mendoza (CEFI), detalló que hay un factor que interviene en el caso de los ocupados y subocupados demandantes, y es el salario promedio en la provincia, que es menor que en otras partes del país.
Mencionó que asistió a la presentación de la Universidad Católica Argentina sobre “evolución de la estructura productiva, el mercado de trabajo y las condiciones de vida”, que se realizó hace unos días en Mendoza, y que es preocupante observar cómo han aumentado los niveles de pobreza e indigencia en Mendoza en los últimos 12 años, muy encima de la región y de la media nacional. “Evidentemente, hay un problema estructural en la provincia con el mercado laboral y los salarios, porque la pobreza y la indigencia se miden por ingresos”, planteó.
La economista y directora de Gestión Consultores, Paula Ariet, comentó que, si bien los salarios vienen aumentando por encima de la inflación los últimos meses, no alcanzan a compensar la gran pérdida de poder adquisitivo que tuvieron en el segundo semestre de 2023. Esta situación impulsa la búsqueda de un segundo empleo o de trabajar más horas, como también de cambiar de trabajo, porque al negociar las condiciones la persona puede obtener una mejora de ingresos.
Sobre esto, mencionó que el año pasado la gente tenía mucho temor de cambiar de empleo, por la inestabilidad. Esto redujo las tasas de rotación. En cambio, en 2024 hay una mayor disposición para analizar un cambio, porque empieza a percibirse un panorama menos incierto.
Carlos Rodríguez, economista y docente, indicó que la crisis se ha resuelto más por una caída de ingresos que por un ajuste en el empleo. Esto ha permitido que el desempleo no creciera tanto como se podría haber anticipado, pero que los salarios hayan perdido capacidad de compra.
Y también conduce a que haya más gente que está tratando de encontrar una actividad adicional. Incluso, añadió, ha aumentado la cantidad de mujeres que se postulan -se conocen como “secondary workers” o trabajadores secundarios-, y que, por su organización familiar, normalmente no trabajarían, pero la caída en los ingresos las enfrenta a la necesidad de trabajar.
Aumento del desempleo
Los datos del Indec muestran que la tasa de empleo en el Gran Mendoza cayó del 47,5% en el primer trimestre a 46,5% en el segundo. En personas, se pasó de 501 mil que tenían una ocupación al empezar el año a 491 mil al iniciar el segundo semestre. Como contraparte, la tasa de desocupación pasó del 4,8% al 6,1%, lo que, llevado a números, implica que se trepó de 25 mil personas desocupadas a 32 mil.
Carlos Rodríguez comentó que, si bien es cierto que el desempleo aumentó 1,4 puntos porcentuales, casi sorprende que, en el marco de un ajuste tan severo, no haya crecido más. Por otra parte, destacó que Mendoza no sólo sigue por debajo de la media nacional (de 7,6%), sino que también está en mejores condiciones que otros grandes aglomerados urbanos, como Gran Córdoba (8,2%), Gran Rosario (7,2%) o Gran La Plata (9,9%).
El economista resaltó que, cuando se analiza el nivel educativo, el 74% de los desocupados tienen hasta el secundario completo y sólo el 26% tiene formación superior, lo que evidencia que la educación terciaria o universitaria ofrece más herramientas de inserción. Y sumó que ha crecido la ocupación por cuenta propia, lo que muestra que hay personas que se quedaron sin empleo e improvisaron alguna actividad.
Paula Ariet coincidió en manifestar que esperaba que el desempleo pudiera ser más alto, por la caída del nivel de actividad. Resaltó que abril fue el peor momento de 2024 en este sentido y que recién comenzó la recuperación en mayo y junio, por lo que un aumento de la desocupación tiene sentido.
Pero subrayó que estos datos son una foto de lo que pasó entre abril y junio, cuando casi está terminando septiembre. Indicó que, en la consultora, están teniendo más búsquedas laborales por parte de las empresas de las que tenían en julio y el número va creciendo de a poco cada mes, para irse acercando a los valores del año pasado. “En abril y mayo todos los viernes nos llegaban varios CV. Fue muy difícil. Ahora bajó eso y aumentó la demanda”, planteó.
Nicolás Aroma resaltó que el desempleo en la provincia no sólo aumentó con respecto al primer trimestre -del 4,8% al 6,1%-, sino que también se incrementó con respecto al segundo trimestre de 2023 (cuando alcanzaba el 5,3%). “Se confirma, con contundencia, que ha habido un salto importante”, lanzó.
Explicó que estos datos del segundo trimestre de 2024 reflejan lo que fue pasando con la actividad económica e indicó que el problema es que la caída todavía no encuentra un piso, ya que se sostiene una marcada recesión, y sólo algunos sectores han comenzado a recuperarse, pero el repunte no es homogéneo. Esto lo lleva a proyectar que el descenso de la tasa de empleo podría profundizarse en el tercer trimestre.
Por otra parte, mencionó que el mismo Gobierno nacional, en el presupuesto 2025, anticipa que este año cerrará con una caída de la economía del 4%. Indicó que el modelo económico, para bajar puntos de inflación, “cambió” por puntos de desempleo. En este sentido, consideró poco creíble la estimación oficial de un crecimiento del 5% del PBI para el año que viene, ya que no hay otras condiciones en la pauta de ingresos y gastos que lo respalden, como obra pública o fomento al consumo.