La carrera por integrar uno de los espacios del Consejo Asesor del Banco de Vinos, ya se largó y en el Ministerio de Economía hay más de 14 propuestas, para un consejo que solo podrá ser integrado por 7 personas.
Esta semana el ministro de Economía, Enrique Vaquié, confirmó que “el economista Alfredo Aciar será quien estará a cargo del Banco de Vinos como su director ejecutivo”. Agregó que será Aciar quien estará mirando y definiendo el día de la herramienta propuesta con el Gobierno para lograr estabilizar el mercado de traslado.
Así, el consejo se conformará por cuatro representantes de la producción primaria, uno por cada oasis productivo de Mendoza (Este, Valle de Uco, Norte y Sur); un representante de las bodegas trasladistas; otro de la industria fraccionadora, y finalmente, uno por parte de las cooperativas vitivinícolas.
En el gobierno ya recibieron las cartas de quienes pretenden participar en cada sección de consejo asesor, y la representación por zona. Es que tal como se estimaba, la industria que tiene, según datos del ministerio unas 46 cámaras que lo representan, para un solo puesto, la zona Este tiene tres contendientes, sólo para cita un ejemplo. Para el caso del Valle de Uco hay dos contendientes, en tanto, para el Sur, también hay dos contendientes
Si bien la decisión final recaerá en el Ministerio, ya se sabe que hay varias instituciones en puja entre ellas, y con presentaciones para varios puestos en simultáneo. Vaquié recordó, a Los Andes, que la ley es clara y admite que sólo las instituciones con mayor representación serán las tenidas en cuenta para cada puesto que admite el consejo.
Cómo funcionará el banco
Una vez que se reglamente la Ley, lo que podría suceder antes de octubre, se pondrá en marcha la danza de designaciones en el Consejo Asesor. De allí se espera que la herramienta se ponga en marcha y tenga sus primeros frutos antes de diciembre de 2020.
Este banco lo que busca, es equilibrar el mercado, reteniendo vino cuando haya sobrestock y liberándolo cuando haya faltante. Los vinos podrán ser bloqueados durante un año, que irá aproximadamente entre el 31 de mayo y el 1 de junio del siguiente. Entre los beneficios, que otorgarán al productor se abonará una tasa de interés por el bloqueo que será equivalente a la que se otorgue por un plazo fijo. Los intereses se pagarán en dos veces.
Entonces, Aciar debería citar al Consejo Asesor y con ellos definir si hay excedente vínico, de qué tipo de vino y en qué regiones. Una vez determinado esto y que haya consenso, tienen que trabajar sobre cuánto se pagará a los productores para tentarlos a que bloqueen parte de su producción hasta la próxima liberación del vino. Si el productor decide acceder, debe saber que no podrá retirar el vino bloqueado hasta tanto se cumpla el plazo pactado, pero que se le pagará un interés por ese bloqueo en dos veces.
Pongamos un ejemplo práctico: se define por consenso que sobran 50 millones de litros de vino x, que el mercado hoy se paga $ 15. Entonces el Gobierno saldrá a captar ese excedente, al precio de mercado y pagará, sobre ese vino inmovilizado, una renta financiera a establecer. El desembolso sobre la renta se hará en dos pagos semestrales: ejemplo el 15 de diciembre y 15 de junio.
Cabe aclarar que esta herramienta está pensada para que el mercado esté siempre tenso, es decir, que no haya más de 5 meses de stock ni menos de 4, con la idea de eliminar las alzas y bajas pronunciadas tan características del mercado de traslado.
El papel del INV
El Instituto Nacional de Vitivinicultura tendrá un rol muy importante en el Banco de Vinos ya que tiene que ser el custodio de que el vino cumpla con las características organolépticas por las que fue inmovilizado, al tiempo que tiene que controlar que esas existencias, tal como se inmovilizaron, se encuentren en los establecimientos. Pese a esto, se sabe que hubo cruzamientos públicos entre Hinojosa y el Gobierno de Mendoza por la falta de consulta al organismo nacional.
El presidente del INV se refirió al papel del organismo en la implementación de la ley ya sancionada. “Un punto no menor, y de gran consideración, es el trabajo coordinado del Gobierno con el INV en cuanto a las políticas y acciones de control volumétrico y de calidad”, comentó.
Más allá de estos cuestionamientos, Hinojosa consideró que el Banco de Vinos es una buena herramienta, debido a que tiene como destino aumentar el precio del vino. “Todo instrumento que persiga ese objetivo es importante. Sí me preocupa la tardanza en la implementación. Podría haber estado funcionando hace por lo menos dos meses, si se hubiera hecho a través de Mendoza Fiduciaria”, indicó. Para finalizar, planteó que, si en la práctica el Banco de Vinos no cumple con su objetivo, deberá dejar de existir para “no malgastar la plata de los mendocinos”.