El dólar estadounidense es la moneda más corriente y aceptada en el mundo; por ende, es considerada una divisa de reserva internacional.
Los diseños de sus billetes han variado a lo largo de los años. Por ejemplo, la Reserva Federal de los Estados Unidos (el equivalente al Banco Central argentino) lanzó, en el año 1996, un nuevo billete de 100 dólares, con importantes cambios que buscaron fundamentalmente mejorar la seguridad. Una muestra es la franja azul, que no está impresa sino que viene tejida en la trama del papel moneda.
Pero estos cambios no implican que los billetes de “viejo” diseño tengan que ser cambiados. No hay plazos para cambiar los billetes más antiguos por los modernos, porque el Gobierno de los Estados Unidos siempre ha garantizado su perfecta circulación.
Estados Unidos es un país serio que necesita que el valor de su moneda tenga plena vigencia en el mundo. No nos olvidemos de que su moneda reemplazó en 1944 al oro como garantía de convertibilidad monetaria mundial.
En este marco, cabe insistir en que Estados Unidos no ha emitido comunicado alguno sobre la caducidad de cualquier billete. Consultada la página web de la Reserva Federal acerca de si “tengo que cambiar mis antiguos billetes cuando una nueva serie comienza a circular”, esta establece: “No, no tiene que cambiar sus billetes de antiguo diseño por otros nuevos. Toda la divisa estadounidense sigue siendo de curso legal independientemente de la fecha que se emitió”.
Problemas
Algunos países, especialmente sudamericanos –y dentro de esos países, algunos sectores–, comenzaron a no recibir esta serie “vieja”, desde hace algunos años, por motivos aún no clarificados.
Esta circunstancia fue creando incertidumbre, miedo y preocupación, pues existen enormes cantidades atesoradas de estos viejos billetes en la ciudadanía del mundo en general.
Otras entidades dejaron directamente de comprarlos o de recibirlos, sencillamente porque esos billetes, a raíz del miedo imperante, no se los tomaban sus futuros compradores. Una tendencia que podría continuar hasta que no se clarifique a la población la verdad.
Legalmente, esos billetes tienen plena vigencia y los bancos, en caso de depositarlos en cuentas en dólares de los titulares, deberían recibirlos. En última instancia, es el Banco Central argentino el que debe encargarse de canjearlos en la Reserva Federal norteamericana.
En todo el territorio de Estados Unidos, no existe inconveniente, tanto en el sistema financiero como en el comercial, para que los billetes sean recibidos. No importa si la serie es de antes de 1996 o posterior. Hasta es común que entreguen una moneda con fecha de emisión de 1910 y que aún tenga curso legal y el mismo valor.
Sería una buena decisión que el ente rector del sistema monetario Argentino –el Banco Central– sacara un comunicado y una instrucción, a todo el sistema financiero, expresando que los billetes de emisión anterior a 1996 tienen perfecto valor y vigencia legal. Y que deben ser canjeados, en todas las entidades autorizadas, por su estricto valor, evitando así injusticias que en algunos casos se dan por la falta de información certera en la población.
* Este texto fue publicado originalmente por La Voz. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente. El autor es el propietario de Coin Cambios SA