Según las escalas publicadas por la Faecys, un vendedor cobra de básico, $88.451,66, mientras que $52.628,74 resultan “no remunerativos” hasta abril del próximo año, para completar un salario total de $141.080,40 de bolsillo. Para la caegoría “maestranza”, el básico es de 85.989,41 hasta abril, y se cobran $51.163,70 no remunerativos de noviembre a marzo, que luego se incorporan al básico que será de $137.153,11.
Asimismo, para todos los empleados que cobren hasta tres salarios mínimos -$153.000 en mano ($185.000 brutos), menos el medio aguinaldo-, este mes se adicionará un bono de fin de año de $24.000, que recibirían las categorías señaladas, y que deberá pagarse junto con el aguinaldo o antes de que termine el mes de diciembre.
Ante esto, desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) manifestaron públicamente su profunda preocupación ante la decisión del Gobierno Nacional. “La Entidad comprende las motivaciones de tal decisión y comparte el interés por recomponer el poder adquisitivo de los asalariados. Sin embargo, está convencida de que el ámbito de determinación de ajustes en las remuneraciones del sector privado deben ser las negociaciones paritarias, en donde los representantes de las empresas y de los trabajadores de las diversas ramas de la actividad económica puedan acordar modificaciones salariales consistentes con la situación y perspectivas de cada una de ellas”.
De acuerdo con la CAC, “debe reconocerse como positivo que en el caso de las pequeñas y medianas empresas se prevea que el 50% del pago del bono pueda deducirse de los anticipos del Impuesto a las Ganancias”. No obstante, la cámara considera que también debe advertirse que el hecho de que el mencionado bono deba abonarse en diciembre –mes del que ya han transcurrido dos semanas y en el que las empresas deben también hacer frente al pago del medio aguinaldo– representa una dificultad significativa para numerosas firmas, particularmente las pymes, que cuentan con menor margen para hacerse de liquidez.
“Por todo lo anterior, la CAC –entidad signataria del convenio colectivo mercantil, el más numeroso de la Argentina– expresa su honda preocupación por la medida, por considerar que perturba la necesaria planificación empresarial y que, al aplicar el mismo aumento a sectores que registran realidades claramente heterogéneas, provoca múltiples distorsiones. En esta línea, aboga por que los incrementos en las remuneraciones se pacten en las negociaciones paritarias sectoriales, en el convencimiento de que los consensos allí alcanzados –y en las eventuales reaperturas o revisiones acordadas entre las partes– son la mejor herramienta para conciliar las legítimas pretensiones de los trabajadores con las posibilidades de pago de las empresas de cada actividad”, cerraron desde la misma.