Aunque puede sonar a una “Crónica de una muerte anunciada”, la reciente publicación del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) reveló cifras preocupantes sobre las exportaciones vitivinícolas argentinas en los doce meses de 2023. La disminución del 25,7% en el volumen total de vino exportado -que contabilizó 196,8 millones de litros- plantea interrogantes sobre el futuro de una industria clave para la provincia.
La marcada contracción, equivalente a 68,1 millones de litros menos en comparación con el mismo período del año anterior, 2022, se da en un contexto económico donde la falta de dólares desempeña un papel crucial. Recordemos que, en el gobierno anterior, el sistema Sira y Sirase imponía restricciones en la autorización de pagos en moneda extranjera a proveedores o casas matrices, afectando directamente la dinámica de las importaciones y exportaciones.
En cuánto los números de exportaciones, el informe arroja que, del total exportado, un 76,8 % (151,2 millones de litros) correspondieron a vinos fraccionados, con una caída del 23,3 %. Mientras que un 23,2 % (45,6 millones de litros) fueron vinos a granel, con una disminución más pronunciada del 32,6 %.
El precio promedio del vino en el acumulado de enero a diciembre se situó en 3,49 dólares por litro, lo que dejó un aumento del 12,2%.
Estos resultados se combinan con el recorte en las exportaciones de mosto concentrado. En todo el año se exportaron 40.649 toneladas, una disminución del 48,1 % en volumen y un 38,8 % menos en ingresos de divisas respecto al mismo período del año anterior. El precio promedio de este producto en el acumulado del año alcanzó los 1.863,9 dólares por tonelada, y en diciembre se comercializó a un precio promedio de 1.785,4 dólares por tonelada.
Qué incidió en la baja de exportaciones
Esta caída significativa, de la cual el 23,3% corresponde al vino fraccionado, ha generado inquietudes a lo largo del año. Ramiro Barrios, especialista en comercio exterior de Bodegas de Argentina, señaló: “Como vemos en el reporte del INV, cerró un año difícil para Argentina. Hay diversos factores que implican esta caída, lo hemos venido hablando a lo largo del año. La falta de competitividad es el principal factor que más afecta”.
“La falta de competitividad es el principal factor que más afecta a las exportaciones argentinas. Pagamos aranceles en los mercados externos que promedian un 5%, mientras que nuestros principales competidores no lo hacen”, argumentó.
Hasta septiembre, el sector enfrentó retenciones a las exportaciones de vino, un dólar retrasado y aumentos en los costos de insumos, lo que generó una gran pérdida de competitividad. Con el cambio de gobierno, aunque se dio una fuerte inflación, también hubo un salto en costos del 60%. Asimismo, Barrios anticipó un nuevo retraso del tipo de cambio: “Prevemos que el dólar va a estar bastante estable, de acuerdo a lo informado por el gobierno, en los próximos meses, pero también vamos a ver nuevamente un retraso del tipo de cambio”.
Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), ofreció otra perspectiva al señalar problemas con el valor del dólar y la eliminación tardía de retenciones por el gobierno anterior. Ruggeri destacó: “Hemos tenido problemas con el valor del dólar, que realmente ha estado muy bajo y ha sido poco competitivo. Las retenciones las sacó el gobierno anterior dos meses antes de irse”.
El atraso cambiario, según Ruggeri, es crucial para la competitividad en el exterior. “El precio internacional no se modifica. El precio internacional de venta es uno. Es difícil decirle a tu cliente o trasladarle como se hace en la Argentina, un diferencial de precio, un aumento. Ellos no están acostumbrados, ellos tienen gamas de vino y se paga por determinados valores, pero no están acostumbrados a que dentro de la gama de vino le aumente 20 o 30 centavos”, agregó.
Vino blanco vs color
En relación a la exportación de vino blanco vs color, los datos del INV revelaron que en 2022 el vino fraccionado blanco fue de 1.562 litros, mientras que en 2023 bajó a 1.176 litros, con una variación negativa del 24,7%. Por otro lado, la exportación de vino fraccionado de color en 2022 fue de 15.696 litros, disminuyendo a 5.554 litros en 2023, con una variación negativa del 64,6%.
En el ámbito global, se observó un cambio de consumo de vinos, con un aumento en la preferencia por vinos blancos o rosados. Ramiro Barrios destacó que en algunos países esta tendencia está llevando a que la suma de vinos rosados y blancos supere al consumo de vino tinto, presentando una oportunidad para los vinos blancos argentinos.
Barrios indicó también que, aunque en el acumulado de enero-diciembre no se percibe una variación significativa entre blancos y tintos, existe una oportunidad para los vinos blancos argentinos, conocidos por su alta calidad. Sin embargo, señaló que es necesario trabajar en desarrollar el mercado de blancos, comunicarlos y promocionarlos.
Expectativas en exportación para el 2024
Barrios expresó su preocupación ante el análisis del paquete de leyes que plantea un aumento del 8% en las retenciones al vino. Anticipó un posible retraso cambiario en los próximos meses, con altos niveles de inflación, y destacó que el escenario podría ser complicado, con un impacto significativo en las exportaciones argentinas.
Por su parte, Fabián Ruggeri, compartió la preocupación sobre la competitividad del dólar, señalando que, aunque actualmente está más competitivo, la devaluación proyectada y el aumento de retenciones podrían afectar negativamente las exportaciones, calificando la situación como “nefasto”.
Mercado interno con números a la baja
Las cifras más recientes del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) de noviembre de 2023 señalaron que, comparadas con el 2022, se registró un aumento del 3,2% en la comercialización total de vinos nacionales. Si bien en la división por tipo los vinos color disminuyeron un 4,9 %, los blancos aumentaron un 30,9 %. Sin embargo, en el acumulado anual, el promedio entre enero-diciembre da un saldo negativo.
Analizando la evolución a lo largo de los primeros once meses de 2023 respecto al año anterior, se observa una disminución general del 8,4% en la comercialización de vinos en el mercado interno, una cifra que se obtiene del promedio de una disminución del 8% en la comercialización de vinos de color y una caída del 8,3% en la de blancos.
Ramiro Barrios, representante de Bodegas de Argentina (BdA), señaló que, si bien la caída del mercado interno no es relativamente grande, la magnitud del segmento local, representando el 75-80% de las ventas totales de vino, la hace significativa.
Para el año 2024, Barrios prevé un escenario complicado en el mercado interno, ya que el nuevo gobierno buscará ordenar variables macroeconómicas y los consumidores podrían tener menos recursos disponibles para ciertos consumos, incluyendo el vino.
En tanto, Fabián Ruggeri, presidente de Acovi, atribuyó la disminución del consumo a la pérdida del poder adquisitivo de las personas y remarcó que la inflación ha superado los acuerdos salariales, afectando el poder adquisitivo y llevando a decisiones difíciles sobre gastos no esenciales como el vino.