El sector productivo de la provincia redujo 9,4% la demanda de electricidad en octubre en comparación con igual mes del año pasado, según un informe del Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE). El dato es un claro “termómetro” de la baja actividad económica, acorde al complicado escenario de pandemia.
“Esta caída en la demanda es consecuente con la baja de la actividad económica, que se muestra a nivel del Producto Bruto Interno (PBI) y en el índice de actividad industrial que releva el Indec. La retracción viene acompañada por caídas de la demanda sectoriales”, explicó Jorge Lapeña, titular del Instituto Argentino de Energía (IAE).
Como destacó Lapeña, un dato importante que contextualiza el consumo de energía, está dado a nivel nacional y lo aporta el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec); que midió una caída de la actividad industrial del 9,9% en los primeros diez meses de este año. En octubre, de los dieciséis rubros de la industria manufacturera que contempla el organismo, once presentaron bajas interanuales. Sirve de ejemplo la elaboración de prendas de vestir, cuero y calzado (-24 %); las industrias metálicas básicas (-10,7%); la refinación del petróleo (-21,6%); alimentos y bebidas (-2,5%) y los productos de metal (-13,4%), entre otros rubros.
Pieza por pieza
El consumo eléctrico del sector productivo de Mendoza (grandes demandas) se redujo 9,4% en octubre y 10,4% en el total de los primeros diez meses del año. Al sectorizar los resultados se observa que una de las actividades más afectadas por la caída de la actividad es la “extracción de petróleo”, que este año acumula una merma de 10,6%. Mucho tuvo que ver el desplome de las ventas de combustibles líquidos, que tienen una participación en la demanda local del 1,2%. Las estaciones de servicio de Mendoza están vendiendo el 50% del volumen pre pandemia, es decir de los que despachaba en el mes de febrero. Desde el sector señalaron que con la apertura de nuevos sectores económicos y el avance a la fase de distanciamiento social (Dispo) se generó una recuperación parcial, pero el requerimiento de combustibles sigue siendo bajo en la provincia.
También las industrias básicas de hierro y acero (-60,7%), y la elaboración de cemento (-21,1%) sufrieron caídas pronunciadas en los primeros diez meses del año, acompañando la merma en la construcción. Ambos sectores en conjunto representan una participación del 5,8% del consumo industrial.
En Mendoza, la actividad metalúrgica cayó 6,3% en octubre en comparación con 2019, de acuerdo a un informe elaborado por la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra). Claramente, la baja de la demanda energética fue impulsada por la menor productividad. Mariano Guizzo, presidente de Asinmet, señaló: “Tenemos una caída comparativa del 6% respecto a otras provincias, que empiezan a tener número positivos. Por ende la realidad de Mendoza va a contramano del resto del país; la salida de la cuarentena y el aumento del consumo no se ve reflejado en nuestra actividad. El petróleo sigue con niveles bajos de inversión y la construcción no genera el derrame deseado”.
En el caso de la hotelería (pensiones y similares) la retracción en el consumo de energía es de 40,5% en lo que va de 2020. Con la reapertura del turismo en San Rafael, la hotelería ganó nuevas plazas para el circuito del turismo interno. Sin embargo el público durante los fines de semana eligió lugares más despejados como las cabañas del Valle de Uco, el Cañón el Atuel o Potrerillos. Con una estructura de costos operativos alta, muchos de los hoteles mantienen sus puertas cerradas y aún no tienen fecha de apertura.
Arturo González, presidente de la Cámara de Hotelería de Mendoza, explicó que en octubre el total de reservas en el Gran Mendoza era muy bajo y que por eso muchos hoteles mantuvieron sus puertas cerradas. Sobre los motivos que provocan la caída en la demanda, el empresario había destacado: “En nuestro segmento, está dispuesto a reabrir un 5% de los hoteles. Es difícil contar con un estado detallado del sector, ya que cada hotel es un mundo y toma decisiones en consecuencia, pero es un hecho que los costos de apertura son altos y, dependiendo de la situación, muchos prefieren aplazar su inicio y esperar el arribo de los turistas extranjeros”.
Por último, en el rubro de los alimentos, las conservas de frutas, hortalizas y legumbres tuvieron una merma de 29,1% a octubre, “En general entre los meses de septiembre y noviembre, las empresas de la línea de conservas no tienen una gran actividad, realizan tareas de mantenimiento, etiquetado y los consumos energéticos son muy bajos porque no hay grandes producciones. La maquinaria comienza a funcionar en los primeros días de diciembre con el damasco y la ciruela, pero el punto de inicio formal de la actividad es en enero con la llegada del tomate de San Juan y los duraznos de Mendoza”, explicó Raúl Giordano, presidente de Cafim. El empresario agregó “siempre para esta época hay una baja notable en energía térmica y eléctrica”.
En tanto, la demanda de Riego Agrícola experimentó en octubre un incremento de 11,8%. En el transcurso del año acumulan una variación de 10,5% anual en sus demandas, fruto de las temperaturas relativamente elevadas de fines del 2019 y los que va del 2020, junto con las escasas lluvias de los últimos meses.