La desocupación durante el primer trimestre en el Gran Mendoza se ubicó en el 5,6% y quedó por debajo de la media nacional que es del 6,9%. Pero además el índice mostró nuevamente un descenso comparado con el mismo periodo del 2022 con una reducción de casi un punto, teniendo en cuenta que la tasa de desempleo se encontraba en el 6,5%.
Otro dato alentador para Mendoza es que el indicador es el más bajo de los últimos cinco años, con una reducción de 2,8 punto porcentuales en comparación con el 8,4% en que se encontraba en el mismo periodo en 2019.
Así se desprende del informe que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares.
De acuerdo a la información suministrada por el Indec, en los tres primeros meses del 2023 había 29.000 personas que no tenían empleo mientras que entre enero y marzo del año pasado la cantidad de desocupados ascendía a 34.000.
Menos desocupación y menos empleo
Sin embargo, hay que tener en cuenta que se considera “desocupadas” a aquellas personas que se encuentran activamente buscando un puesto de trabajo. Por lo tanto, esa mejora de 0,9 punto porcentual en la tasa de desocupación, que se traduce en 5.000 personas menos, no significa que automáticamente se hayan trasladado al mercado laboral.
En este punto entra en juego el nivel de actividad que se registró en el periodo medido y también la tasa de empleo.
Partiendo de la información difundida por el Indec, la tasa de actividad (población económicamente activa) y también la de empleo (personas ocupadas) sufrieron una leve caída.
Mientras que en el primer trimestre del 2022 la actividad rondaba el 50,6% lo que equivalía a 525.000 personas dentro de la población económicamente activa y la tasa de empleo se encontraba en el 47,3% (491.000 personas ocupadas), este año esa cifra se retrajo para ubicarse en el 49,6% (519.000 personas) y 46,8% (490.000) respectivamente.
Otro dato a tener en cuenta es que el 23,1% de la población ocupada es demandante de otro empleo mientras que en el 2022 era del 26,2%. Lo que se mantiene casi inalterable es el nivel de subocupación, este año fue del 16,6% frente al 16,7% de 2022.
El especialista Sebastián Laza, asesor del ministerio de Economía de Mendoza, eligió ver el vaso medio lleno y partió de la mejora porcentual en la tasa de desocupación para asegurar que “la economía de Mendoza sigue con dinamismo, sigue sosteniendo niveles de desempleo bajos”.
En su visión “están funcionando muy bien los planes de fomento a la actividad y el empleo como pueden ser Mendoza Activa, Enlace y Enlazados. La economía mendocina sigue con dinámica y lo reflejan los índices, a pesar del contexto macroeconómico tan malo que viene del gobierno nacional”, afirmó.
Un paso para delante y dos para atrás, así lo marcó Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza y asesor del PJ. “Efectivamente hay una reducción en la tasa de desempleo, esto a priori es una buena noticia, por supuesto, pero cuando empezás a desanudar y ves que pasa con la tasa de empleo y la tasa de actividad respecto de un año hacia atrás, lo que se ve es que hay menos personas ocupadas y menos personas en la población económicamente activa, es decir hay menos personas buscando trabajo porque desisten por el tema del salario o porque han buscado reiteradas veces y no lo encontraron”, comentó.
Para Aroma, también es algo preocupante el “alto nivel de ocupados que demandan empleo y un alto nivel que se sostiene y se mantiene como constante que son lo subocupados, que son aquellas personas que trabajan menos de lo que desean y quisieran trabajar un poco más. Y esto tiene que ver con el tema del salario, que ahí un poco excede a la provincia, pero también tiene sus propias particularidades de salario Mendoza donde al no alcanzar un salario tradicional para cubrir las necesidades básicas, la gente se ve obligada a buscar y demandar otro trabajo”, finalizó.
Gonzalo Diez, de la consultora Cabin’s Crew sostuvo que “lo más relevante que se ve es que la población económicamente activa ha caído en un 1% que son prácticamente 6000 personas. Además siguiendo con las cuentas, la población inactiva aumentó lo que significa que gente que antes quería y además buscaba trabajo, ha dejado de buscar, por qué no puede trabajar más, por ejemplo se jubiló, o porque no quiere buscar más trabajo porque pierde las esperanzas y abandona lo que llamamos la población económicamente activa”, remarcó.
Para el economista la cantidad de gente que está inactiva es un punto más que importante a tener en cuenta ya que “hay una tasa que se calcula que es cuánta gente que trabaja tiene que mantener a una cierta cantidad de gente que no trabaja, por ejemplo porque son menores o están por encima de los 65 años” y significa que “básicamente menos gente tiene que producir para satisfacer las necesidades de más gente que no produce”.
Además, Diez también hizo foco en que “hay bastante gente que está ocupada pero que demanda otro empleo, lo que significa que no está contenta con el trabajo que tiene ahora o con el salario que percibe ahora y por más que tiene uno está buscando otro trabajo”.
