La provincia le asignó más de 12 mil hectáreas a privados que están desarrollando un centro de ski en Malargüe, en el valle El Azufre. Se trata de una superficie mayor a todo el departamento de Godoy Cruz. El emprendimiento se ubica en zona de frontera, en terrenos que pertenecen a Nación, pero cuya posesión le fue transferida al Estado provincial en 1969.
La asignación fue realizada por decreto y la norma detalla, en sus considerandos, que los terrenos solicitados por la empresa El Azufre S.A. se encuentran ubicados en “Potreros de Cordillera”. En un convenio que la provincia suscribió con la Superintendencia Nacional de Fronteras, en 1991, por esa área, se establecía que Mendoza debía elaborar un plan para favorecer la radicación de pobladores y el aprovechamiento de los recursos existentes.
Ese plan, entre otras obligaciones, tenía que contemplar “la asignación de unidades económicas a pobladores argentinos que estén radicados en la zona, especialmente si han realizado inversiones” y el “mantenimiento de emprendimientos turísticos de ciudadanos argentinos que hayan invertido en la zona”.
El gobierno provincial establece que “no resulta necesario ni posible realizar una licitación pública”, ya que la facultad de asignar terrenos se “vincula con situaciones preexistentes, como la presencia de Gendarmería o de ocupantes que ya invirtieron en la zona, y que no son pasibles de un concurso de proyectos u ofertas”.
Y suman que El Azufre S.A. cuenta con contratos de cesión de derechos por parte de los pobladores que estaban radicados en esos terrenos. Además de que el “desarrollo de un centro turístico resulta estratégico para la provincia, tanto en el plano económico, por las inversiones que implica a corto, mediano y largo plazo, como en el estrictamente turístico por la relevancia que adquiere para el crecimiento y explotación de la zona, así como también para el mejoramiento de la infraestructura”.
El ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, detalló que esas tierras son de frontera y propiedad de la Nación, pero que la provincia tiene la posesión y puede asignarlas. Esto significa que, si bien no puede trasladar la propiedad a privados, sí se las puede asignar para los fines de explotación que habilita el convenio con el Estado nacional. En cuanto a los plazos, a diferencia de lo que sucede con una concesión, la asignación no tiene un tiempo determinado. Ibáñez resaltó que el proceso cuenta con un dictamen favorable de Fiscalía de Estado.
Desde la empresa que desarrolla el emprendimiento detallaron que el proyecto contempla la creación de un pueblo turístico de montaña, con un centro de esquí alpino como atracción principal y que se encuentra en dos fracciones de una propiedad de mayor extensión, denominada “Campo Potrero de Cordillera Norte”. Y sumaron que, para la asignación de fracciones en esta zona, cuya titularidad es del Estado Nacional y la posesión de la provincia, se prioriza, entre otros aspectos, las ocupaciones preexistentes, los emprendimientos turísticos y las inversiones realizadas.
Asimismo, detallaron que el gobierno provincial realizó un relevamiento de los ocupantes históricos de ese campo y que El Azufre S.A. adquirió los derechos de los legítimos ocupantes reconocidos sobre dos fracciones. Y que luego, por el desarrollo del proyecto, fue realizando distintos estudios y, con los resultados positivos, avanzó con obras de infraestructura. Es así que suma a los derechos adquiridos, las importantes inversiones realizadas.
Cinco millones de dólares de inversión
El valle El Azufre se encuentra a unos 100 kilómetros de la ciudad de Malargüe por el camino del Carqueque (continuación del de Pincheira) o a 180 kilómetros por el que lleva al paso Pehuenche. Se trata de un sitio que está entre los 2.400 y los 3.400 metros sobre el nivel del mar y en el que hay nieve durante cinco meses al año.
Por eso, Alejandro Spinello, José Beccar Varela y Daniel Nofal, tres experimentados esquiadores, le pusieron la mira como un sitio ideal para desarrollar un centro de ski que pudiera asegurar a los amantes de los deportes de invierno que iban a encontrar un espacio para disfrutar de la montaña.
En 2018, detalla Spinello desde Aspen (Colorado, Estados Unidos), en donde está en búsqueda de inversores, instalaron el campamento permanente en El Azufre y fueron los primeros pobladores en pasar un invierno en el lugar. De hecho, llevaban comida en aviones, porque no había caminos.
El año pasado tuvieron su primera temporada, aunque se trató de una de aprendizaje, ya que recibieron a algunos invitados puntuales, como expertos en avalanchas, en seguridad de montaña, en hotelería. Esta apertura les permitió probar el sistema energético –el proyecto apunta a ser 100% sustentable- y posibles circuitos para esquiar.
Este invierno tienen planeado inaugurar una etapa boutique, con unos 20 a 26 huéspedes en simultáneo, quienes accederán a una atención muy personalizada, ya que tendrán una extensión amplia de montaña a su disposición, para tener una experiencia única. De hecho, deberán llegar al lodge por aire o por tierra, pero en cierto momento dejar las camionetas y subirse a pisanieves.
Spinello comentó que tienen planeado ir creciendo en etapas e ir sumando nuevos servicios cada año, pero que deben ir avanzando despacio para preservar el lugar intacto, que es uno de sus mayores atractivos. Además de que tienen una “ventana” para realizar obras bastante acotada, ya que nieva desde mediados de mayo hasta mediados de noviembre.
En junio, cuando inauguren la temporada 2022, van a haber invertido 5 millones de dólares en infraestructura. Y este monto no incluye los diversos estudios preliminares que realizaron con científicos, empresas de distintas partes del mundo, expertos en planificación de desarrollo de montaña, etc., para asegurarse de que el proyecto era viable en ese sitio.
Tres “mendocinos”
Aunque están buscando inversores externos, hasta ahora el proyecto del pueblo de montaña y centro de ski El Azufre se ha desarrollado con fondos que han aportado los tres socios fundadores. Daniel Nofal es emprendedor y si bien nació en Buenos Aires, su padre es mendocino. Ha fundado empresas, entre ellas Sustentator, de energías renovables, por lo que ha podido aportar su conocimiento al proyecto en Malargüe.
José Beccar Varela también es de Buenos Aires, pero vive en Mendoza hace 30 años y trabajaba en Las Leñas. Es guía de montaña y socorrista, y quien reside en El Azufre y dirige el avance del emprendimiento. En tanto Alejandro Spinello dirige una productora audiovisual, que crea contenido para Netflix, Amazon y Disney.
Aunque sus actividades son diversas, los une la pasión por la nieve y la montaña, y se propusieron desarrollar un centro invernal que cumpla con las expectativas de los esquiadores que buscan experiencias auténticas.
