A mediados de mayo el Gobierno nacional restringió las exportaciones de carne para intentar contener la suba del precio al consumidor final. Lejos de esto, desde entonces los valores de venta al público aumentaron, según el corte y el lugar, hasta un 17%. Hay algunos productos que sí bajaron (hasta un 16% en el mismo período), pero desde el sector plantean que esto se no es consecuencia de la medida restrictiva, sino que se atribuye a la caída del poder adquisitivo de las familias. Ahora, el Ejecutivo prorrogó la medida hasta el 31 de octubre y se espera un nuevo paro productivo, que se definiría en las próximas horas.
Los valores de mercado
Según un relevamiento realizado por Los Andes a fines de mayo, el precio del kilo de paleta costaba $ 659 y hoy se consigue a $ 769 (+17%); la tapa de asado promediaba los $ 769 en los principales supermercados, mientras hoy se puede encontrar en $ 829 (8% más), aunque en algunos puntos de venta se encuentra $ 749 (-2,6 %); el vacío estaba a $ 849 y ahora a se vende a un valor de entre $ 799 (-6%) y $ 879 (4% de suba); el matambre se podía comprar a $ 839 en mayo y en la actualidad se encuentra a precios que van de $ 799 (-5%) a $ 879 (+5%). La gran excepción es el roastbeef, que tenía un precio de $ 579 en mayo y ahora promedia los $ 489 (-16%).
El empresario de la carne, José Brizuela, explicó que si bien en otros momentos de crisis la gente ha dejado de comer asado (o lo ha limitado), ahora se ha convertido en el corte más buscado. Por eso, señaló, a veces hay faltantes y ha subido su valor por encima de otros cortes que son más rendidores, como los que se usan para milanesas.
En cuanto a los efectos que la prórroga del cese de exportaciones, Brizuela consideró que la medida puede traer consecuencias en el mediano y largo plazo. “El que invierte en producir un kilo de carne es porque tiene rendimiendo. Si esa rentabilidad se pierde, la gente dejará de invertir”, apuntó. Brizuela también tiene hacienda y, de los dos campos, ya alquiló uno y está esperando al resultado de las PASO para ver qué hace con el segundo.
Además, advirtió que este tipo de medidas no sólo repercuten en las ventas al exterior, ya que cuando vuelven a abrirse cuesta mucho reactivar la cadena, sino que también impactan en el mercado interno, porque cuando los números no cierran y es más conveniente vender el cereal que convertirlo en proteína animal, las inversiones se frenan.
Desde el sector productivo plantean que muchos ganaderos están reteniendo los terneros porque el precio de venta se ha estancado y temen venderlos y no poder reponerlos más adelante. La mirada está puesta, sobre todo, en lo que pueda suceder con el dólar y la inflación después de las elecciones. Pero también se aguarda la suba de los valores que se suele dar a fin de año, por el incremento del consumo con las Fiestas.
Por su parte, Roberto Ríos, titular de la Específica de Ganadería de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael y presidente del Clúster Ganadero, manifestó que esperan las medidas de fuerza que seguramente definirá la Mesa de Enlace y que podrían incluir no sólo a la cadena de la carne, sino también la de los cereales.
“Cuando no se de algo, pregunto, pero pareciera que los funcionarios que han tomado la decisión de prorrogar el cepo no se asesoran, porque la medida le hace mal al país”, protestó. Es que insistió en que el precio de la carne no va a bajar, ya que el principal destino de las exportaciones argentinas es China, que compra vaca -no novillo ni novillito- y la utiliza para elaborar otro tipo de comidas.
Ríos expresó que los productores no están vendiendo y las vacas están en los campos. Incluso hay quienes han alquilado propiedades para retenerlas un tiempo más, hasta verificar si se recupera el precio, que cayó de los $ 130 el kilo a principios de mayo a los $ 70 u $ 80 actuales. Sólo están sacando a la venta los que necesitan el dinero – la venta de las vacas de refugo o de descarte representa un 40% de los ingresos del productor que se dedica a la cría- y los frigoríficos la compran barata, también a la espera de que el valor repunte.
El temor empresario
Los ganaderos tienen muy presente que en 2006 se cerraron las exportaciones supuestamente por 180 días y terminaron siendo nueve años. En mayo de 2021, el primer cierre era por 30 días y se ha seguido renovando. De ahí que, de no cambiar el panorama, podrían tomar otras decisiones.
“Muy en el fondo había cierta esperanza de que primara la cordura, pero aparentemente eso no pasó y van a seguir con la medida restrictiva, que no le hace bien a ningún eslabón de cadena de la carne”, comentó Ramiro Labay, presidente de la Específica de Ganadería de la Cámara de Comercio e Industria de General Alvear, comentó que "
El sector productivo reclama que, como mínimo, se abra el cupo para exportar a frigoríficos nuevos, ya que hoy son pocos, y se permita la venta al exterior de la vaca que ya cumplió su ciclo productivo y no tiene demanda, porque sólo se utiliza para molida y algún procesado, por lo se produce un exceso de oferta.