El ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció ayer que la brecha cambiaria genera expectativas inflacionarias pero aclaró que no promoverá “ningún salto devaluatorio”, al tiempo que remarcó que el problema de la inflación recién se resolverá cuando “aumenten las exportaciones netas” y se superen “los problemas de las deudas”.
“Claramente cuando la brecha está a nivel alto genera una expectativa de devaluación, pero lo que tenemos claro es que no vamos a hacer ningún salto devaluatorio, la política cambiaria va a seguir en la línea de lo que se ha planteado en el esquema macroeconómico, reflejado con el Presupuesto 2021 y luego en el Presupuesto 2022″, dijo.
El precio del dólar, la brecha cambiaria, la inflación y el financiamiento del gasto público vía emisión monetaria fueron temas que ayer se llevaron gran parte del debate en el 57º Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), en el Centro Costa Salguero de la Ciudad de Buenos Aires.
Para Guzmán, el Gobierno tiene hoy una política cambiaria que considera “consistente”, porque que busca evitar un desfasaje entre la evolución de las importaciones y la evolución de las exportaciones o, de forma más general, entre el ingreso y la salida de dólares. Pero para los empresarios de IDEA, las restricciones cambiarias están afectando al entramado productivo por el freno de determinadas importaciones.
En otras palabras, Guzmán (quien salió grabado porque sigue en Washington) solicitó tiempo. Dijo que los controles en la cuenta de capitales tienen una naturaleza principalmente defensiva. Esto tiene que ver con evitar que haya una salida de golpe de los capitales que entraron en la Argentina a partir de fines del 2015 y principios del 2016.
“Está claro que también tienen un costo, también genera problemas para el ingreso de inversiones en la economía real, y es por eso que trabajamos para construir condiciones que nos permitan tener un esquema diferente, lo que llamamos regulaciones macroprudenciales, que alienten la entrada de capitales para la economía real, la producción, las fábricas, y que desalienten los movimientos abruptos de capitales especulativos”, dijo.
Dos economistas
Emmanuel Alvarez Agis y Hernán Lacunza pasaron por el ministerio de Economía. El primero entre 2009 y 2015, con distintos cargos hasta llegar a viceministro de Axel Kicillof en 2013. El segundo, como fugaz jefe de la cartera entre el 17 de agosto y el 10 de diciembre de 2019 en medio de una de las mayores crisis financieras de la historia de la Argentina.
Trabajaron juntos entre agosto y octubre de 2019 cuando Alvarez Agis fue designado por Alberto Fernández como interlocutor económico con el Gobierno de Mauricio Macri, que por entonces designó como ministro de emergencia a Lacunza tras el despido de Nicolás Dujovne. Y también ambos fueron los encargados de definir los alcances de la reinstauración del cepo que luego el actual Gobierno amplificó por la crisis de deuda y la escasez de divisas.
Ayer pasaron por el Coloquio. Para Alvarez Agis, socio de la consultora PxQ, el principal objetivo de cualquier política macroeconómica para lo que sigue es eliminar la brecha cambiaria, que es una consecuencia del cepo. Pero la experiencia histórica no ayuda, porque los esquemas de brechas se terminan eliminando el tipo de cambio más barato y no apreciando el más caro, dijo.
Según el economista, la única manera de salir del esquema de controles de cambio de manera estable es apreciando los tipos de cambio paralelos. “La Política económica debería estar orientada a apreciar el tipo de cambio paralelo, incluso antes que a bajar la inflación y antes que a recuperar el crecimiento”, dijo.
Alvarez Agis consideró que, si se sale del cepo por medio de una devaluación, como hizo la gestión de Juntos por el Cambio a fines de 2015, lo más probable es que “se acelere la inflación”.
Lacunza, exministro de Economía y dueño de la consultora Empiria, opinó que “se puede salir” del cepo. Y se mostró en coincidencia con Guzmán y con Alvarez Agis, sobre que los controles de cambio se aplican para “evitar males mayores”.
El ex ministro de Economía dijo que el Gobierno de Fernández “sabe” cuáles son las causas que provoca la “hemorragia” de capitales, por lo que desde que “se asustó” el año pasado con una brecha del 130%, “hizo lo que dicen los libros” y comenzó a aplicar una política fiscal “más austera y responsable”.
Alvarez Agis propuso “abrir una puerta” y proponer a las inversiones que entren por allí que podrán salir en un plazo determinado. “Si no hacemos eso, cualquier otro programa macroeconómico está destinado al fracaso. Porque no se pueden hacer proyecciones de inflación creíbles si todos los días se está viendo cuántas reservas le sacaron al Banco Central”, advirtió.
Lacunza respondió que, si volviera a ser ministro, él iría a los “libros” y plantearía un programa de convergencia al equilibrio fiscal, porque eso le dará “credibilidad y crédito para ir bajando “gradualmente” la inflación.