Con apoyo de la oposición pero el protagonismo de un fuego cruzado repleto de chicanas y acusaciones, el Senado nacional aprobó en la noche de este jueves al proyecto de ley para el canje de deuda en moneda extranjera emitida bajo legislación local, por unos 41.714 millones de dólares.
La iniciativa fue aprobada por unanimidad, con la presencia de 67 senadores y senadoras. El proyecto incorporó un cambio en el texto enviado por el ministerio de Economía, pero sin mayor trascendencia específica para el sentido de la ley. Esto, no obstante, obliga a que la iniciativa vuelva a Diputados, donde se sancionará sin problemas.
Una vez que tenga la ley sancionada, el Gobierno buscará canjear 29 clases de bonos y letras nominados en dólares (equivalentes al 12,5 % del PBI) por nuevos papeles de ley argentina con vencimiento en 2030, 2035, 2038 y 2041, menú al que se añaden dos bonos con vencimiento en 2026 y 2028, pero nominados en pesos argentinos y ajustados por inflación.
La sesión, que fue comandada por la presidenta del Senado Cristina Fernández de Kirchner, estuvo plagada de chicanas, acusaciones y cruces de responsabilidades. Entre los pocos denominadores comunes en los discursos que se oyeron estuvo el superávit fiscal, dado que todos coinciden que la Argentina debe buscarlo.
Martín Lousteau, de Juntos por el Cambio, dijo que Argentina necesitará en la pospandemia financiamiento privado y con tasas bajas porque el ingreso por habitante va a ser el mismo de 1998. Pero advirtió que eso sólo ocurrirá si los argentinos entienden colectivamente el país ha tenido una sucesión de defaults y que de los últimos 61 años, estuvo 53 con déficit fiscal.
Antes, el cordobés Carlos Caserio (miembro informante del oficialismo) había sostenido que el Gobierno necesita reestructurar esta deuda (que representa el 34% del total del pasivo nacional). Y señaló que la negociación se estará en línea con el “sendero de superávit fiscal que proyecta el Gobierno” de Alberto Fernández, porque eso “le dará al país la sostenibilidad que necesita”.
“Queremos pagar, pero no con el hambre y el sufrimiento de los argentinos que vienen muy golpeados. Queremos cumplir, no queremos un país en default”, dijo Caserio. Tras ello, Lousteau anunció el apoyo de Juntos por el Cambio, destacando que “es importante el tratamiento igualitario, sino aquellos inversores que confían en la ley local terminan siendo la variable de ajuste”.
Para Juntos por el Cambio, no era necesario que el Congreso sancione esta ley, dado que el Gobierno ya está habilitado. Es porque hace ocho, se sancionó la ley 27.541 que tenía entre sus objetivos crear condiciones para asegurar la sostenibilidad de la deuda. Y dos meses después, se votó la 27.544 que respaldó la negociación de la deuda externa.
“Lo vamos a apoyar. Porque entendemos que lo que estamos haciendo es fortalecer la posición negociadora el gobierno. Es bueno que esto vuelva al Congreso, a sus ámbitos naturales, y nos pone muy contentos que le dé el mismo tratamiento a los tenedores con ley local como aquellos con ley extranjera”, dijo Lousteau.
Más tarde en la sesión, los senadores del Frente de Todos Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti criticaron con dureza al macrismo, por su gestión económica y de la deuda. “En buena hora que apoyan. Con toda humildad les digo, es lo menos que pueden hacer. Después del desastre que hicieron, ¿se van a oponer? No, es lo menos que pueden hacer”, dijo Parrilli.
Luis Naidenoff, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, respondió: “El relato de responsabilizar de la causa de todos los males de la Argentina a la deuda tomada por Cambiemos viene de la mano de la inoperancia del Gobierno. Porque este es un gobierno que demuestra inoperancia en el día a día. No tiene nada para exhibir en estos siete meses”.
Según el senador formoseño, el Gobierno y el oficialismo “impusieron la cultura del miedo” en el país “con una visión sanitarista” ante la pandemia de Covid-19 para “tapar la realidad” en la que se profundiza la crisis económica. “Ya pasaron siete meses, no pueden mirar al pasado ni responsabilizar a nadie”, dijo Naidenoff.
Y cerró el jefe del bloque oficialista, José Mayans. “Yo los escucho a economistas como (Alfonso) Prat Gay y (Carlos) Melconian, que compartieron el modelo Macri, que fue de especulación, usura, robo, corrupción y hambre para el pueblo. Hay muchos que dicen ‘no hablemos más de eso, hablemos del futuro’. No, no, no. Nosotros no tenemos nada que ver con eso”.
Y señaló que teniendo en cuenta la deuda en ley local y la regida por normas externas, el Gobierno está intentando la reestructuración de “más de 100 mil millones de dólares”, con “un ahorro de 40 mil millones de dólares”. Y de cara a la oposición, dijo: “Ahora ustedes saben todo. Pero cuando estuvieron en el Gobierno, ya vimos lo que hicieron. Ahora, arreglemos este desastre de la deuda que dejaron”.