Con la paralización de la obra pública nacional y el sector privado que se mantiene extremadamente tranquilo y a la espera de la evolución de las medidas económicas que lleva adelante el gobierno de Javier Milei, el sector de la construcción en Mendoza subsiste con las pequeñas obras que la provincia decidió mantener, aunque sea a un menor ritmo.
Lo que no estaba en los planes originales e irrumpió con fuerza para oscurecer un panorama, que ya se presentaba negro, y enciende las alarmas entre los empresarios locales, es la caída del 14,5% en la recaudación al cierre del primer trimestre.
“Lamentablemente, son todas malas noticias las que tenemos por estos días”, se lamentó un empresario.
Los datos oficiales
A un 2023 bastante funesto, el 2024 arrancó de mal en peor. Según los datos relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos el sector de la construcción se hundió un 23,1% al cierre del primer bimestre del año.
El parate en la obra pública nacional y movimiento lento que hay en el sector privado son los principales motivos
De acuerdo a la información revelada por el Indec, en febrero de 2024 el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) muestra una baja de 24,6% respecto al mismo mes de 2023.
Esa cifra arroja que el acumulado en los primeros dos meses del 2024 la disminución fue de 23,1%, comparándolo con igual período de 2023.
Así, se observa que entre enero y febrero de este año se desplomó el consumo de asfalto un 63,4%; 42,3% en hierro redondo y aceros para la construcción; 34,2% en yeso; 31,6% en hormigón elaborado; 21,7% en mosaicos graníticos y calcáreos; 21,7% en cemento portland; 19,1% en ladrillos huecos; 17,2% en pisos y revestimientos cerámicos; 16,0% en cales; 15,6% en placas de yeso; 12,6% en el resto de los insumos (incluye grifería, tubos de acero sin costura y vidrio para construcción); 12,1% en artículos sanitarios de cerámica; y 4,8% en pinturas para construcción.
Sobrevivir con la obra provincial
Mientras la obra pública continúa paralizada y no hay novedades sobre la cancelación de las deudas que arrastra el Estado Nacional con las contratistas desde octubre de 2023, las empresas constructoras intentas sobrevivir a la recesión con las obras que mantiene en marcha el Gobierno mendocino.
Actualmente hay barrios en ejecución a través del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), las reparaciones de los edificios escolares que encaró la Dirección General de Escuelas, la obra del Metrotranvía, el acueducto ganadero Monte Comán - La Horqueta. También se puede mencionar la obra en la ruta entre Junín y Rivadavia, más la ruta 82 y el hospital Gailhac, en el distrito de El Algarrobal, en Las Heras.
“Pueden haber algunas más, pero más allá de eso, es poco y es para subsistir. Al menos el gobernador (Alfredo) Cornejo está cumpliendo con lo que dijo, que iba a sostener la obra pública provincial y entiendo que lo hace como puede”, admitió un empresario.
Dalmiro Barbeito, presidente de la Cámara de Constructores Independientes de Mendoza (Cecim) hizo oficial el comentario de su colega.
“El sector de la construcción es uno de los más afectados por la recesión que estamos viviendo en los últimos meses por el plan económico implementado por el Gobierno Nacional. La obra nacional está paralizada y se está subsistiendo con un compromiso del Gobierno provincial de continuar con los contratos con los recursos que tienen disponibles y lo están haciendo”, dijo Barbeito.
Además reconoció que “si bien siguen las obras, se han ralentizado los contratos, la provincia le bajó el ritmo de ejecución a las obras”.
Un ejemplo de menor ritmo de obra es lo que sucede con el acueducto ganadero en San Rafael (Monte Comán – La Horqueta).
Los trabajos que están a cargo de la empresa Corporación del Sur, siguen adelante, sin embargo una obra que debería estar terminada en un plazo de ocho meses, por contrato, ahora es una incógnita.
“Es una obra que le quedan ocho meses de plazo, pero bueno, tenemos que ver con el Gobierno, a ver qué plazo quieren que le imprimamos, por la restricción presupuestaria que está teniendo. Se sigue trabajando normal pero se ha bajado el ritmo”, indicó Dalmiro Barbeito, titular de la firma.
“Por curva, deberíamos avanzar el 9% por mes y estamos en un 6% mensual porque nos han pedido que adecuamos un poco el ritmo de obra”, añadió.
No lo expresan abiertamente pero, en medio de la incertidumbre, los empresarios están temerosos ante los problemas financieros que podría atravesar la provincia si continúa en declive la recaudación.
Según los datos del ministerio de Hacienda, al cierre del primer trimestre la recaudación en Mendoza descendió un 14,5% en términos reales, tanto en lo que corresponde a los ingresos de origen nacional por coparticipación federal de impuestos, como así también en el cobro de los impuestos locales.
Entre enero y marzo, el Gobierno contó con $31.325 millones menos por mes, en comparación a los primeros tres meses del año pasado, para hacer frente a los gastos.
“Realmente el esfuerzo que está haciendo la provincia para sostener la obra pública es muy grande, pero es un problema que baje la recaudación. Lamentablemente son todas malas noticias las que tenemos por estos días, no hay una buena”, comentó un empresario que prefirió no revelar el nombre.
En medio de las malas nuevas que se suman día a día, los constructores mantienen viva la esperanza que el sector de un vuelco una vez que el mandatario mendocino encare un paquete de obras echándole mano a los 1.023 millones de dólares que son el resarcimiento por los daños ocasionados por la promoción industrial, que originalmente iban a ser destinados a la construcción de la presa Portezuelo del Viento en Malargüe.
No hay grandes señales de cuáles son las obras que encararía Mendoza con esos recursos, más allá de algunas pautas (eficiencia hídrica, energética y también podría entrar saneamiento), si se comenta en distintos ambientes que el Gobernador está dispuesto a recibir y analizar proyectos que lleguen desde los municipios o sectores como las cámaras empresariales y darles luz verde si son viables de llevar a la realidad.
A la espera de señales
En cuanto a la obra privada, la actividad también está ralentizada y los inversores eligen esperar a que se aclare el panorama.
“El sector privado esperando señales de que se vaya acomodando la economía”, dijo Dalmiro Barbeito.
Dentro de la información que recaba el Indec, también se mide la obra privada a través de la superficie a construir autorizada por los permisos de edificación que otorgan los municipios.
En este caso, el dato se remonta a enero de 2024, y según el organismo se registró una baja de 0,7% contra el mismo mes del año anterior.
“El sector privado también está bastante paralizado por una cuestión de precios relativos que están altos. Hoy este construir un metro cuadrado supera bastante los valores que hemos traído, eso se termina trasladando a precios y en el mercado no lo paga. Entonces, por eso se paraliza”, sostuvo un desarrollador.
“Estamos con proyectos nuevos, pero como estamos a nivel de proyecto no significa tener que invertir y darle inicio. Es más, estamos demorando los inicios porque estamos esperando un poquito que se acomode todo esto”, agregó el empresario.
La respuesta va en sintonía con los resultados de la encuesta cualitativa de la construcción que realiza mensualmente el Indec.
Ante la consulta sobre lo que espera para los próximos tres meses, el 53,6% de las empresas consultadas que realizan principalmente obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará. El 39,1% estima que la situación será peor ya que disminuirá el nivel de actividad en el rubro y solo un 7,3% se esperanzó con que aumentará.
