Los congresos y convenciones no sólo son una oportunidad para discutir en torno a un temario formal, sino que también ofrecen diversos ámbitos para el encuentro e intercambio. La Convención Anual del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas), que se desarrolla en el Hotel Sheraton, no fue una excepción en este sentido y los empresarios, mendocinos y nacionales, compartieron su mirada sobre la coyuntura económica.
Aunque defienden el modelo económico, porque presenta un discurso más en línea con las demandas de larga data del sector empresario y porque consideran que la alternativa no lo es realmente, se manifestaron preocupados por la demora en la recuperación del consumo. Y si bien destacan los avances en la desaceleración de la inflación, esperan que se avance pronto en la reducción de la carga impositiva y en profundizar la desregulación. También aguardan que la apertura al mundo vaya de la mano de medidas que permitan incrementar la competitividad.
Jorge Marchini, de Triunfo Seguros, comentó que “el mercado de seguros se alimenta de todo el resto de las actividades”, por lo que la caída de la actividad les ha impactado mucho. Pero a la vez, indicó que también les había afectado la inflación, porque las pólizas aumentaban semestralmente, mientras que la suba de los precios era constante.
“Eso hizo que se redujera muchísimo la utilidad y rentabilidad”, explicó y añadió que el año pasado podían obtener un cierto margen con las utilidades financieras, pero ya no en 2024. Por otra parte, no les resulta posible ajustar la tarifa, porque los clientes no tienes capacidad para afrontar esa suba. Y sumó que el mercado está sobredimensionado, por lo que creen que hay compañías de seguros que no van a poder sostenerse.
“Sabíamos perfectamente, cuando inició el proceso de desinflación, que esto iba a provocar una caída de consumo, que es totalmente lógica, y había que preparar las compañías para esto”, señaló Guillermo Rimoldi, CEO del Grupo Georgalos. Y sumó: “Y bienvenido sea, si la Argentina, de una vez por todas, toma la senda de ser un país con una inflación razonable”.
Planteó que, ya no sólo como empresario, sino como argentino, le encantaría que se recupere el salario y la gente pueda pasarla mejor. También indicó que el sector de golosinas depende del nivel de consumo y hoy los consumidores privilegian las necesidades primarias. “Pero también entendemos que es imposible salir de una situación tan grave como la que teníamos, con inflación cercana al 300%, sin dolor”, expresó.
Rimoldi rescató que la reducción de 10 puntos del Impuesto PAIS contribuye a una industria que importa insumos, porque, por ejemplo, no se produce cacao en Argentina. Pero consideró que se debe seguir avanzando en la reducción impositiva, para que las empresas puedan volcar ese dinero a equiparse y prepararse para poder competir con los productos importados que comenzarán a ingresar, y también para salir al mercado externo.
Santiago Barbera, CEO del Grupo Broda, mencionó que todavía falta avanzar en acuerdos bilaterales y en la competitividad, que señaló está ligada a la baja impositiva. Resaltó que, en uno de los paneles, se mencionó que Chile exporta US$ 6 mil millones anuales de salmón, mientras Argentina vende al exterior US$ 4 mil millones de carne, lo que pone de relieve la deuda de este tipo de acuerdos.
Expresó que le preocupa que “suceda lo mismo que pasó con (Mauricio) Macri, que, si bien redujo los subsidios, nunca bajó los impuestos. Y todavía no hemos visto bajas sustanciales en materia de impuestos, sobre todo a la generación de empleo, donde seguimos pagando contribuciones y aportes altísimos”. El empresario evaluó como positivo el avance en la desregulación y comentó que espera que, en este segundo semestre, empiecen a verse cambios más profundos.
José Luis Innocenti, empresario del agro, se sumó a la consigna de la convención, que invitó a reflexionar sobre cómo construir el “sueño argentino”. Y recordó las épocas en la que la clase media era fuerte, existía movilidad social y la pobreza alcanzaba el 4%. Pero se manifestó positivo: “como hombre de negocios, como emprendedor, siempre he apostado al futuro”.
Indicó que las empresas deben mirar hacia adelante y que no todo está en manos de los gobiernos. “La macro puede ayudar mucho, pero también depende de lo que nosotros hagamos, en la micro”. En cuanto a qué podría mejorar la gestión, lanzó: “desde la tribuna es fácil hablar, pero hay que ponerse los cortos”.
Y sobre lo que necesita el agro, comentó que el sector está teniendo un buen momento y que se ha avanzado mucho con tecnología, pero que falta infraestructura para llegar más rápido a los puertos, tanto de Bahía Blanca como de Rosario, y para que se desarrolle el norte del país.
Lo que no se dice (en voz alta)
Por supuesto, además de lo que plantean ante la consulta periodística, está lo que comparten con sus pares en los pasillos y en los coffee break, sin la presión de tener que ser “políticamente correctos”. Y es que, si bien algunos resaltan lo que ha logrado la gestión de Milei en unos pocos meses -y que parecía impensable en diciembre-, dan a entender que ese apoyo se sostiene en el temor al retorno del modelo anterior.
Jorge Marchini, de Triunfo Seguros, lo expresó sin reparos: “todos creemos que esto va a funcionar, porque no hay un plan B. Entonces, nosotros vamos a tratar de aportar lo que podamos para que salga bien, porque después de esto no sé qué es lo que puede ser”.
Además, hubo charlas sobre los temas abordados en los paneles. Uno de ellos fue la “Integración empresa-sindicato”, en torno al cual se generó el debate posterior sobre el poder que tienen estas entidades gremiales y el costo que implica para el Estado sostenerlas. Uno de los empresarios estimó que este es uno de los cambios que se va a producir –ya se quiso avanzar en la Ley Bases, pero se tuvo que retirar- y que muchos están esperando.
En otro de los paneles se habló sobre “Integración productiva: industria, campo, conocimiento”, lo que hizo evidente la pelea entre ambos sectores para ser foco del financiamiento. Hasta ahora, planteó uno de los asistentes, se ha protegido a la industria nacional, para que no ingrese nada, “pero la verdad es que eso no genera competitividad, sino que están pescando dentro de una pecera donde no tenemos alternativas”.