Con la mirada puesta en la próxima cosecha, en la habitual reunión de su Consejo Ampliado, al cual asisten representantes de todas las cooperativas asociadas a Fecovita realizaron un balance de la última temporada y los resultados fueron sorprendentes. Mientras que en 2023 se produjeron 135 millones de litros de vino, este año las 29 cooperativas alcanzaron los 205 millones de litros, lo que representa un incremento del 52% respecto al año anterior.
Guillermo Cano, de la Cooperativa Real del Padre (Gral. Alvear), destacó la importancia de la integración: “El productor chico que no se ha integrado tiende a desaparecer; la integración es fundamental. Hoy no solo se suman socios a las cooperativas, sino también cada vez más elaboradores por cuenta de terceros”.
En un contexto donde los márgenes son ajustados, ser parte de una cooperativa ha permitido que muchos productores sobrevivan e incluso crezcan, un fenómeno que se observa de forma generalizada, según explicaron durante la reunión.
Jorge Irañeta, de la Cooperativa Brindis (San Martín), coincide en que la pertenencia a una cooperativa es clave para el desarrollo de los pequeños productores. “Hemos visto que, poco a poco, los productores chicos que trabajan su finca y están en el sistema cooperativo han podido crecer”, subraya, resaltando el apoyo que brindan las cooperativas en términos de organización y comercialización.
Fecovita, una de las empresas vitivinícolas más grandes de Argentina, es una cooperativa de segundo grado que reúne a 5.000 productores y 29 cooperativas distribuidas en diversas regiones de Mendoza. Agrupa una extensión de 25.000 hectáreas cultivadas, con productores pequeños que en promedio tienen explotaciones de 5 hectáreas.
Para los productores, una de las grandes ventajas del sistema cooperativo es la financiación y las economías de escala. Amalia Manresa, de la Cooperativa Moluches, señaló que “hoy la federación paga a los productores en 12 cuotas; además, ofrece la oportunidad de hacer compras conjuntas, lo que reduce específicamente los costos de los productores asociados”. Estas compras en conjunto abarcan desde insumos hasta maquinaria, lo que ha permitido que los costos de producción se mantengan bajos frente a un contexto de inflación.
Financiamiento e insumos
Además del apoyo financiero, el sistema cooperativo también ofrece asistencia técnica, lo que ha redundado en una mejora de los rendimientos. Alicia Galante, de la Cooperativa Ingeniero Giagnoni, destacó este aspecto: “Es importante señalar que también los productores obtienen asesoramiento con un grupo de ingenieros agrónomos, lo que les ha permitido elevar el rendimiento promedio por hectárea”. Esta mejora técnica ha sido vital para que los productores puedan enfrentar los desafíos climáticos y del suelo mendocino.
Otro factor que atrae a más productores al sistema es su solidez y credibilidad. Hilda Wilhelm, de la Cooperativa Norte Mendocino, cuya cooperativa elabora más de 300 mil quintales anuales, explicó que “cada vez más productores se quieren sumar al sistema cooperativo por la fortaleza y credibilidad que tiene”.
La Federación, que se encuentra entre los 10 grupos vitivinícolas más grandes del mundo, crece en forma sostenida en el mercado nacional e internacional. Tiene aproximadamente el 30% de las ventas en volumen del mercado interno y exporta a más de 40 países. Su marca Toro es la segunda marca más vendida en el mundo después de Barefoot de Gallo.
Fabián Ruggeri, de la Cooperativa Colonia California, subraya cómo los paquetes tecnológicos también han jugado un papel clave en el éxito de los productores. “El sistema cooperativo en Mendoza, gracias a los aportes de la cooperativa de servicios en términos de compra de insumos, asesoramiento, fumigación con drones, entre otras cosas, ha logrado un rendimiento promedio de 148 quintales por hectárea, mientras que en la provincia ese número está en 104 quintales”.