Aunque el Marketplace de Facebook es, desde hace un buen tiempo, una plataforma de compra-venta y alquileres, especialmente entre particulares, hace unos meses han comenzado a ganar espacio los anuncios de trueque o permuta. Si bien los artículos más ofrecidos bajo esta modalidad son vehículos y celulares, también se publican para canje ropa, calzado y hasta uniformes escolares que quedaron sin uso en 2020.
La recesión sostenida desde hace un par de años, sumado a la inflación que no cede y también a la tendencia a reutilizar objetos o prendas como un modo de frenar el consumo desmedido, favorecieron que empezaran a aparecer emprendimientos como ferias americanas o ventas de garaje. Luego, en época de distanciamiento, las redes sociales se convirtieron en una especie de mercados de trueque virtuales.
Una mamá ofrece, en el Marketplace de Facebook, camperas abrigadas, otra de jean, una calza y una remera colorida, todo de nena, a cambio de elementos para el jardín: útiles escolares, colores, cartuchera, bolsita de higiene, toalla, jabonera y chomba y pantalón talle 4 o 6. Y un papá cambia un guardapolvo de jardín, en cuadrillé rosa, con dos pecheras, sin uso, por una remera blanca y un pantalón largo azul.
Es que, con menos de un mes de clases en 2020, la ropa que deberían haber usado quedó nueva y, en muchos casos, los niños –sobre todo los más pequeños- crecieron y las prendas ahora les resultan chicas (como una mujer que cambia guardapolvo talle 10 por otro 14), o pasaron a otro grado con un uniforme diferente o incluso cambiaron de colegio. Este último fue el caso de una mujer que ofrece permutar un guardapolvo gris de nena, con tablas, talle 6 por otro del mismo tamaño, pero azul.
Pero las ofertas no sólo se limitan al inicio de clases. También hay particulares que ofrecen diversas prendas usadas, en venta o permuta, bajo frases del tipo “vendo o cambio”, abiertos a la sugerencia de otros usuarios. O una mujer que publica un par de zapatillas blancas –nuevas o impecables- con un simple “Cambio x otras”.
Claro que los artículos más ofrecidos bajo la modalidad de trueque son vehículos y tecnología, como quien permuta una netbook escolar por artículos de peluquería, o quien ofrece cambiar tres celulares rotos y un reloj celular nuevo (los cuatro objetos) por un solo celular en buen estado, o el que vende o permuta un celular por otro de menor valor más la diferencia.
El economista José Vargas, de la consultora Evaluecon, recordó que, con la crisis del 2001, proliferaron los mercados de trueque y había uno casi en cada departamento e incluso, en un contexto de existencia de bonos nacionales y provinciales –como los Lecop y los Patacones- comenzaron a manejar sus propias monedas (en realidad eran vales para usar en esos espacios de canje).
Sin embargo, en la actualidad, esos mercados físicos fueron remplazados por la tecnología, sobre todo en el marco de una pandemia que dificulta las reuniones masivas. Vargas estima que, en los últimos meses, el uso de redes sociales para vender y permutar debe haber crecido un 500% en Mendoza, al punto que están compitiendo con plataformas de venta online. Añadió que, si bien solían utilizarse sobre todo para vender un bien o servicio, en los últimos 60 días se han incrementado los ofrecimientos de “permuto o recibo por mayor o menor”.
Entre las ventajas de este tipo de operaciones, señaló, está que no hay intermediarios ni se debe pagar flete, porque los usuarios suelen acordar el envío o retiro. Sin embargo, también advirtió que se ha producido un número importante de estafas, sobre todo con celulares, vehículos y cambios de moneda. Es que, a diferencia de lo que sucede con las plataformas reconocidas, se trata de un acuerdo entre particulares, sin respaldo.
De hecho, el Ministerio de Seguridad de la provincia difundió hace unos días recomendaciones al pactar ventas a través de Facebook. Esto, ante las reiteradas estafas y robos que sufren las personas que quieren vender bienes a través de la red social. La primera es evitar el uso de las redes sociales para acordar transacciones. Pero, en caso de hacerlo, señalan que nunca se debe informar datos de la cuenta bancaria, como el CBU o la clave “Token” (que sirve para confirmar la identidad cuando se realiza una operación a través de homebanking).
También aconsejaron no comprar objetos en comercios no autorizados y menos aún si el precio de venta está por debajo de su valor de mercado; además de exigir siempre la factura o ticket al realizar una compra. Y recordaron que, para denunciar sitios de venta ilegal se puede llamar al 0800 222 6111 “No compres robado”.
Vargas agregó que este tipo de mercados de trueque, físicos o virtuales, empiezan a crecer ante situaciones de pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Se debe recordar que, en 2020, el Índice de Salarios creció, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), un 33%, con lo que quedó 3,1 puntos por detrás de la inflación, que fue de 36,1%. Los ingresos de los trabajadores informales o “en negro” tuvieron el año pasado, en promedio, una suba de 39%; los del sector privado registrado de 34,4% y los del sector público, del 26,8%.
Por su parte, el economista y sociólogo Roberto Roitman señaló que, favorecido por la pandemia, ha habido un crecimiento impresionante de las ventas por parte de micro y pequeñas empresas a través de las redes sociales. Esto significa que se acortan las cadenas de comercialización –ya que se obvian los intermediarios- y se puede hablar, en ciertos casos, de comercio justo, ya que el productor recibe una remuneración más apropiada y el consumidor no paga de más.
Esta situación provocó que organizaciones de productores que se dedican desde hace un tiempo a vender de modo directo se vieran colapsadas por un “shock” de demanda. En particular, aquellas que ofrecían el servicio de envío a domicilio. Roitman coincidió en que se ha incrementado el uso del trueque en las redes, pero que lo que verdaderamente explotó fue la venta por estos medios, ya que, además, son accesibles.