Entre enero y noviembre, las exportaciones de vino crecieron 34,1%, en comparación con el mismo período de 2019. Los principales impulsores de este crecimiento fueron los graneles, con un 84,7% de variación acumulada, pero también contribuyeron los fraccionados, con un 6,1% de suba en lo que va de 2020. De este modo, Argentina trepó del puesto 11 al 8 en el ranking mundial de países exportadores.
En el acumulado hasta octubre, el incremento interanual había sido de 35,7%, pero el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Martín Hinojosa, consideró que la variación no es significativa; como tampoco lo hubiera sido si hubiera aumentado apenas un punto. Agregó que lo interesante es que se ganaron seis nuevos mercados –entre ellos Mónaco, Armenia y Camerún- con lo que Argentina está exportando a 120 países.
Asimismo, destacó que este año hubo un crecimiento del 4% en las ventas que tienen como destino Estados Unidos; del 6% en las exportaciones al Reino Unido; de 30% en las que tienen como mercado Brasil y del 23% en las que van a Irlanda. Esto, en un contexto en el que en la mayoría de los países productores tuvieron caída en sus despachos al exterior. De hecho, Argentina ha sido el país que más creció en volumen exportado, seguido por Nueva Zelanda, Portugal e Italia.
Hinojosa resaltó que Francia y España, que son los grandes productores mundiales, tuvieron mermas en las exportaciones, tanto en valor como en volumen. En cambio, en lo que va de 2020 se vendieron al exterior 93 millones de litros de vino argentino más que en igual período de 2019. En lo que a valor FOB se refiere, hubo una retracción del 1%, cuando el promedio mundial de pérdida ha sido de 5,8%.
El titular del INV deslizó que se va camino a un año récord de exportaciones, ya que se está cerca de los volúmenes de 2008, cuando se alcanzó un pico. Opinó que estos resultados son positivos, porque desde el gobierno nacional apuestan por una mejora en las exportaciones y añadió que, en este sentido, la mejora en los reintegros contribuye.
Ramiro Barrios, director del Área de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina, coincidió en que este incremento en las exportaciones es un dato alentador, particularmente porque otros países han retraído su volumen de ventas al exterior. Agregó que responde, sobre todo, a la suba en los despachos al mercado internacional de vinos a granel, gracias al posicionamiento que logró Argentina, asociado a la devaluación, y a que los competidores tuvieron cosechas cortas. Esto, consideró, es lo que explica en gran medida pasar del puesto 11 al 8 entre los principales exportadores.
Pese a eso, señaló que el aumento en las ventas al exterior de vino fraccionado representa un logro importante, ya que a Argentina le costó crecer en este sector. De todos modos, acotó que el crecimiento es en volumen, ya que el precio promedio ha bajado, lo que significa que se ganó participación en un segmento que se había abandonado, producto de una mejora competitiva en el tipo de cambio.
Barrios comentó que el aumento en los reintegros a las exportaciones –del 3,5% al 7%- no explica esta variación, ya que se aprobó en octubre, lo que implica que los exportadores recién empezaron a ofrecer algún producto a sus compradores con los nuevos precios a partir de noviembre. De ahí que es de esperar que el impacto de la medida se note en 2021.
En cuanto a si esta tendencia podría sostenerse, indicó que en Bodegas de Argentina ven diversas oportunidades en el mercado externo para el segmento de los fraccionados. Por un lado, el Brexit podría favorecer a los vinos argentinos, ya que los europeos tendrán un aumento de aranceles y estos serán superiores a los que se aplican a los locales.
A esto se suma la disputa comercial entre China y Australia, que se generó cuando el último pidió una investigación del origen del Covid-19 y el gigante asiático presionó a los importadores para que detuvieran los envíos de vino australiano. Aunque el beneficiario más directo sería Chile, que tiene tratado de libre comercio con China, representa una ventana también para Argentina.
Barrios también mencionó que los incendios en California y Oregon afectaron a muchas bodegas, especialmente en la zona de Napa Valley. Si bien el impacto es relativo en volumen, se teme que el humo haya afectado a los viñedos. Es que se sabe que la piel de la uva capta los aromas, como se ha comprobado en cultivos en Australia, entre eucaliptus. Lo que resta determinar es si, luego del proceso de fermentación, ese aroma ahumado persiste, ya que podría afectar a los vinos de alta gama.
El director del Área de Comercio Exterior de Bodegas de Argentina concluyó que 2021 será un año de muchas expectativas y que los resultados dependerán de cuánto pueda capitalizar esto la industria. Pese a eso, resaltó que se necesita desarrollar el mercado de forma sustentable y que para eso se requieren condiciones macroeconómicas estables y el apoyo del gobierno para la promoción, que es lo que requieren los principales competidores vitivinícolas.
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, calificó de meritorio este aumento en las exportaciones, en especial porque se pensaba que, con el cierre de canales como las líneas aéreas, los restaurantes, los hoteles y los cruceros, iba a haber una restricción general en las ventas. Sin embargo, fueron remplazados por otras vías de consumo y Argentina tuvo una buena performance en este escenario.
Sobre el granel, señaló que las ventas al exterior dependen de muchas variables, como la producción de otros países, por lo que se deberá ver cómo han sido este año las cosechas en el hemisferio norte. En cuanto al fraccionado, planteó que Argentina viene hace mucho tiempo con una meseta o crecimiento moderado en las exportaciones, por lo que este 6,1% es alentador.
A esto, sumó que el mercado interno también cerrará 2020 con un porcentaje hacia arriba, lo que influye, en su conjunto, en los stocks. Por eso, anticipó una posible recuperación adicional en los precios y la llegada a un punto de equilibrio. Es que reconoció que se venía trabajando con un precio al productor no sostenible en el tiempo (producto de un sobrestock vínico), mientras que, ahora, se podría llegar a un punto en el que el productor reciba una remuneración adecuada sin que el consumo se resienta. Si hay algo que la pandemia demostró, resaltó Villanueva, es que tanto el argentino como el extranjero siguen teniendo afecto por el vino.
En detalle
Según muestra un informe elaborado por el INV, entre enero y noviembre de 2020 se exportaron 369.282.300 litros de vino, lo que implica un incremento de más de 93 millones de litros respecto de igual período de 2019 (34,1%). Las ventas al exterior de vinos fraccionados crecieron el 6,1%.