La declinación productiva en el sector de hidrocarburos no se ha dado sólo en Mendoza, sino en varias otras provincias de tradición petrolera. Se debe, entre otros motivos, a la madurez de los pozos convencionales, de los que cada vez se extrae más agua y menos crudo, como también a que las grandes empresas han enfocado sus inversiones en Vaca Muerta, donde la rentabilidad es muy superior. Sin embargo, también se menciona como una de las razones el bajo precio del barril criollo.
En las últimas semanas, el precio de los combustibles, que llevaba varios meses controlado desde el Gobierno nacional, se liberó y ha empezado a recuperar rápidamente el terreno perdido. Estanislao Schilardi, director de Hidrocarburos de la provincia, explicó que, en Argentina, las refinerías se financian a través de la venta de combustible y compran el crudo.
Al haber estado el valor del combustible fijado por la Secretaría de Energía, las refinerías no podían pagar el barril al precio internacional, por lo que surgió el criollo (con una diferencia bastante significativa). Sin embargo, es de esperar que, al subir el precio de venta de la nafta, empiece a acomodarse también el del barril interno.
Esto podría implicar, analizó Schilardi, que las empresas productoras, al mejorar la rentabilidad, comiencen a evaluar la concreción de otros proyectos de inversión, que hasta ahora no resultaban viables, lo que incrementaría la producción petrolera. Además, la provincia comenzaría a recibir más regalías, en forma directa por el aumento del precio del barril, pero también por este crecimiento productivo. Esto, como efecto en el sector de Hidrocarburos, más allá del impacto que, reconoció, puede tener en el aumento de los costos y la inflación.
Aunque se ha desacelerado el ritmo de caída, en la provincia cada año se va obteniendo menos crudo y otros derivados. Por la implementación de diversas estrategias para promover la actividad -una de las más importantes fue el programa Mendoza Activa- se logró pasar de un 4% de descenso interanual promedio a una merma de entre 1% y 2%. Sin embargo, se está obteniendo un 30% menos de petróleo que hace una década.