El billete de $1000 fue lanzado en diciembre de 2017 y sigue siendo el de mayor denominación, pese a la pérdida de poder adquisitivo: nació valiendo U$S 51,87, pero al terminar 2022 su valor era de U$S 2,86. Esto implica una disminución de la capacidad de compra de 94% en tan solo cinco años desde su creación.
De acuerdo a los datos del Banco Central y a la Casa de la Moneda, este billete es el de mayor circulación, ya que sólo en el 2022, más del 45% de los 3.086,5 millones de billetes que se lanzaron al mercado fueron de $1.000. En total, circulan en el país 8.064,6 millones de billetes.
“Hasta ahora, no sólo no se lanzó el nuevo billete de $1.000 prometido con la imagen del General San Martín, sino que tampoco se concretó el proyecto para sacar una nueva nominalidad de billete de $5.000. Sin embargo, para equiparar el valor del billete de $1.000 a su nacimiento hace cinco años, ajustado por inflación, debería ser de $10.000″, planteó Damián Di Pace, director de la Consultora Focus Market.
Si se ajusta el valor de ese mismo billete de $1.000, de acuerdo a los pronósticos del informe del REM del BCRA -que anticipa un índice de inflación para el 2023 de 98,4%-, para diciembre de 2023 sería equivalente a U$S 1,39. Es decir que en un año se perdería un 70% de su poder adquisitivo.
“El retraso en cambiar la nominalidad del billete de $1.000 por uno mayor está trayendo serios inconvenientes. Para diciembre de 2022, el 38% de los billetes de circulación en nuestro país era de esta denominación. Los cajeros automáticos deben reponerse dos o tres veces por día, los caudales están saturados y el costo de almacenamiento en los bancos está subiendo. Por su parte, han crecido el uso de máquinas personales y comerciales contadoras de billetes en un momento donde hay caída de demanda del peso argentino en nuestro país”, detalló Di Pace.
Al analizar al billete de U$S 100 en la misma unidad de tiempo en la que se creó el billete de $1.000, se observa que el primero se terminó devaluando un 16% en los últimos cinco años. Es decir, que si un argentino hubiese elegido el dólar como refugio de valor, de igual manera las cuestiones inflacionarias hubiesen afectado el poder adquisitivo de sus ahorros, pero mucho menos en términos comparativos.
Sin embargo, es importante señalar que la suba de precios en Estados Unidos se viene gestando a partir de la crisis sanitaria del 2020, mostrando así un 2022 con el peor nivel de inflación en 40 años (se registró un pico en junio 2022 con un IPC anual de 9,1%). A su vez, la actual guerra en Ucrania, el cambio climático y la crisis energética estarían llevando a la Reserva Federal norteamericana a reevaluar su política de tasas, porque no ve despejado el escenario inflacionario futuro.
Otro ejercicio, que también se puede hacer para poder entender la devaluación de nuestra moneda, es ver este mismo dólar, pero proyectado desde enero 2023 a diciembre 2025, donde si se cumple la previsión de la Reserva Federal -se estima que en el 2025 la tasa de inflación debería finalizar en 2%), el dólar perdería un 6% de su valor. Mientras que la previsión actual del REM explica que solo en 2023 el billete de $1.000 se depreciaría un 70%.
“En el año 2022, la escalada de precios deterioró variables como salarios, la oferta de bienes y servicios, y el poder adquisitivo de la moneda. A este ritmo inflacionario, a diciembre de 2023 el billete de $1.000 encontraría una nueva conversión en casi U$S 1, cuando hace 31 años la convertibilidad había sido inaugurada en $1 convertible por U$S 1. Luego de ese tiempo la conversión sería con tres ceros más en nuestra moneda, en el caso de que tuviésemos un peso convertible al dólar norteamericano”, indicó.
Otra forma de comparar al billete de $1.000 es en relación con otras monedas de la región, como los 100 pesos uruguayos (U$S 1= 39,91 pesos uruguayos) o los 100 bolivianos (U$S 1 = 6,92 bolivianos). Desde el 2017 al 2022 el valor del billete de 100 pesos uruguayos cayó en un 33,4%, mientras que los 100 pesos bolivianos se devaluaron alrededor de un 8,58%.
Desde el nacimiento del billete de $1.000 argentinos, la inflación generó que pierda más del 90% de su valor en términos comparativos a otros billetes de la región. A tal punto que en el norte de nuestro país se ahorra en pesos bolivianos y en Entre Ríos los pesos uruguayos circulan y también son reserva de valor en los cruces fronterizos.