A través del comunicado A7532, el Banco Central de la República Argentina, presidido por Miguel Ángel Pesce, confirmó un endurecimieto del cepo cambiario luego de acumular ventas netas por U$S 625 millones durante las últimas dos semanas de junio. La necesidad de divisas para la compra de energía le demandaría al estado nacional un extra de U$S 4.000 millones a lo presupuestado para 2022. ¿Qué grado de afectación tendrán estos límites para la economía de Mendoza?, desde los sectores productivos evalúan cuál será el impacto y la compra de insumos para la agroindustria quedó en el ojo de la tormenta.
El paquete de seis medidas, para frenar lo que la vicepresidente Cristina Kirchner denominó la “fiesta de importaciones”, contempla la ampliación del universo de posiciones de importación (tanto para los sectores con Licencias Automáticas como para los que no); la ampliación de los anticipos (del 30 al 80%) para la adquisición de bienes de capital y la limitación de divisas para la compra de bienes de consumo en el exterior.
Estos límites, vigentes hasta el 30 de setiembre, consideran el financiamiento propio para bienes cuando se exceda del monto importado en 2021; la ampliación de 5 a 15 días para la liquidación de anticipos de los exportadores de oleaginosas y cereales; y la facilidad para la refinanciación de pasivos (pagar deuda local en moneda extranjera).
Las nuevas restricciones a las importaciones anunciadas por el Gobierno tuvieron rápidas repercusiones en el ámbito local. Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo y de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), destacó que las disposiciones en general dificultarán más la tarea del sector productivo, “sobre todo en lo concerniente al ingreso de fertilizantes e insumos para la agroindustria”.
“Los sectores que se verán afectados son todos, porque se frenará aun más la actividad económica”, explicó Bustos Carra. El gerente de la Cámara de Comercio Exterior recordó que el 60% de las importaciones que realiza Argentina son de bienes que no se producen dentro del país. “Más del 80% de los productos importados –un porcentaje que se modificó por la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania- están destinados a la producción. Solo el 10% de los productos que se compran en el exterior están destinados al consumo”, comentó.
Por su parte, la presidente de Bodegas de Argentinas, Patricia Ortiz, comentó que se está evaluando cuál será el impacto que tendrán las restricciones para el sector e indicó que el tema será tratado en la mesa de Copal. Por lo pronto, adelantó que las trabas para los pagos al exterior son lo que más les preocupa, porque ya tuvieron dificultades en ese sentido.
La empresaria agregó que “las medidas perjudicarán un poco más a las pymes que a las grandes empresas, que tienen la posibilidad de buscar financiamiento y en algunos casos tienen atesoramiento de dólares”.
El sector vitivinícola es la principal actividad local con proyección en mercado internacional. Es oportuno destacar que, según números de ProMendoza, 1.045 pymes vendieron sus productos en el exterior a lo largo de los últimos tres años, mientras que solo durante 2021 lo hicieron 782 pequeñas y medianas empresas; el volumen más alto en la década.
“En nuestro caso, en la industria tenemos las licencias automáticas. Se va a complicar el pago de los anticipos a quienes se mantienen en los límites anteriores para el control. El éxito de las operaciones dependerá mucho de la relación que cada empresa tenga con sus proveedores, en relación a si aceptan que no se pague el anticipo y esperen los pagos en función de los plazos que va a establecer el BCRA”, remarcó la presidente de la entidad.
Ortiz comentó también que desde Bodegas de Argentina harán una consulta general con proveedores. “Se pueden importar en forma directa tapones y barricas y hay muchas empresas que traen insumos desde el exterior y venden a las bodegas, pero eso no quita que pueda haber inconvenientes con las casas matrices”, puntualizó Patricia Ortiz.
Causas y efectos
“El Banco Central no tiene dólares y le echa la culpa a los importadores de que se han sobre stockeado. Si fuera así, es por las señales de incertidumbre que lanza el propio Gobierno; por no saber que clases de medidas van a tomar o cómo se verán afectadas las importaciones”, comentó Bustos Carra. Agregó que el drenaje de divisas no ha sido producto del incremento de las importaciones en general y recordó que gran parte de estas divisas estuvieron destinadas a la compra de combustibles.
“Cuando el Gobierno habla de poner un impuesto a la renta inesperada, no se da cuenta que, por el otro lado, han salido divisas del país por rentas inesperadas de otro sector, en este caso energía. Es una compensación y de alguna manera, ha repercutido en los precios de los productos importados”, finalizó Bustos Carra.
Juan Manuel Gispert, Director Ejecutivo de la Federación Económica de Mendoza (FEM), detalló que cualquier medida que regule aún más el régimen de comercio exterior complejiza la operatoria cotidiana de las empresas que quieren acceder al mercado externo, sobre todo a las del sector industrial y el agrario, que requieren de insumos importados (maquinaría o químicos) para llevar adelante su producción. “También al sector comercial que vende artículos importados se verá muy afectado”, agregó el especialista.
“Cuando se hace foco en la condición que se plantea con las restricciones, que dependerán de un determinado porcentaje respecto a las importaciones del año anterior, se deduce que impactará en las empresas que están creciendo. Se condicionará ese crecimiento en producción o volumen de ventas”, agregó el ejecutivo.
Lo positivo, para Gispert, entendiendo que la Federación agrupa cámaras pymes, es que se hizo una distinción en la restricción –”algo que rara vez sucede”-, respecto a las pequeñas y medianas empresas. “Entendemos la urgencia del tema, por la volatilidad cambiaria que hay y las escaseces de divisas en el Banco Central; el contexto explica las medidas, pero lamentamos que se siga trabajando siempre sobre la urgencia. Llegamos a esta instancia por la falta de planificación de un nuevo régimen de importaciones”, finalizó.