A lo largo del 2023 la actividad económica fue fluctuante con más bajas que altas hasta noviembre que se acentuó la tendencia negativa y desde entonces sigue en. A raíz de la fuerte recesión producto de la contracción fiscal y monetaria que implementó el gobierno de Javier Milei, hay sectores que apelaron a las suspensiones y despidos para no cerrar, como el comercio y la construcción, mientras que otros, como el caso de la agroindustria, están trabajando a pleno.
El más golpeado es el sector de la construcción. Desde que se paralizó la obra pública nacional y la cesantía de pagos del Estado desde octubre del año pasado hasta ahora, más la casi paralización de las obras privadas, dejó como saldo 4.000 empleos registrados menos.
En el comercio la situación empeoró con el correr de los meses y al cierre del primer trimestre del 2024, con salarios que aún no logran ganarle a la inflación, la caída en las ventas es prominente a lo que se suma el altos costos en alquileres y tarifas de servicios públicos, una conjunción que está dejando al borde del cierre a los negocios.
Mientras caminan por la cornisa, ya hay comercios en los que apelaron a licenciar a parte del personal y otros que están a un paso de iniciar los despidos.
En el turismo, por la estacionalidad propia de la actividad, están más acostumbrados a manejarse en épocas de parálisis. Así como atraviesan ahora un fin de semana tan largo que es histórico con un movimiento importante de visitantes, también se preparan para afrontar el parate habitual que se da entre mayo y junio.
Para ellos mantienen estructuras mínimas y cuando la demanda así lo requiere amplían la planta de trabajadores pero bajo la modalidad temporaria.
La otra cara de la historia es la agroindustria. Después de buenas cosechas las empresas están operando al máximo de capacidad y lejos de pensar en recesión, ya se empieza a avizorar un panorama más alentador hacia lo que resta del año y los proyectos de nuevas inversiones comenzaron a rondar en el ambiente.
Caída de la actividad económica
En el indicador mensual que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos sobre la actividad económica, a enero de 2024 (último dato oficial), se registró una disminución de 4,3% en la comparación interanual y la baja fue del 1,2% respecto a diciembre de 2023.
Del total de sectores que integran la medición, solo cinco actividades tuvieron datos positivos en enero y las que más sobresalieron fueron la agricultura, ganadería, caza y silvicultura con un incremento del 11,1% interanual.
Ese aumento en la agricultura y ganadería es el que mayor incidencia tuvo para que el índice de actividad económica no quede aún más abajo.
En tanto, diez sectores registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destaca a la construcción con un -16,9% en comparación a enero de 2023, pesca -13,5%, intermediación financiera -12,6%. Además la industria manufacturera sufrió una merma del 11,3% interanual y también aparece el comercio mayorista, minorista y reparaciones con una caída del 8,2%.
Los sectores críticos
Dalmiro Barbeito, presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes (Cecim) y Gerardo Fernández, que preside desde Mendoza la Confederación de Pymes Constructoras de Argentina, coincidieron en que en la provincia ya se perdieron 4.000 empleos registrados y, aunque no hay datos estadísticos para refrendarlo, el desempleo puede hasta casi duplicarse por las pérdidas en el trabajo informal.
“De acuerdo a los datos que manejamos nosotros, a marzo se han producido 4.000. Muchos son por la parálisis de las obras nacionales y también impacta en la ralentización de la obra provincial”, afirmó Barbeito.
Pero “se calcula que por cada empleo registrado que se pierde también hay uno informal por lo que debe haber cerca de 8.000 empleos menos”, agregó Fernández.
En la visión del empresario de la construcción, “a largo plazo hay que tener esperanza, pero en el corto y mediano plazo no están dadas las condiciones por esta situación del ordenamiento de la macroeconomía, así que probablemente de acá a fin de año esto siga mal y si no es peor todavía”.
Entre los reclamos que lanzaron una vez más los constructores, está el de la deuda que mantiene el Estado Nacional desde el año pasado, con la gestión de Alberto Fernández y se mantuvo en 2024 con la decisión del presidente Milei de paralizar toda obra pero además de no cancelar las dudas anteriores.
“Si el Presidente de la Nación no quiere volver a hacer ninguna obra pública más, es un problema de él y nadie se lo va a discutir porque para eso fue votado por la gente y él lo advirtió. Lo que se le reclama es el cumplimiento de las obligaciones contraídas previamente”, remarcó Gerardo Fernández.
En el comercio se produjo la “tormenta perfecta”. Estiman que marzo cerrará con una disminución en las ventas de alrededor el 50%, los alquileres que están en etapa de renovación se van cada vez más arriba, el aumento en las tarifas de los servicios público y como corolario, están cerrando la paritaria.
“Ya hay empresas que han tomado la decisión de suspender y sabemos que después de eso vienen los despidos. Algunos negocios han cerrado y otros que están con la renovación del alquiler y como no hay valores referenciales se están dando situaciones en que el propietario directamente no puede pagar lo que le piden. Es un combo perfecto”, afirmó Adrián Alin, presidente de la Cámara de Comercio de Mendoza.
El comerciante también afirmó que dentro de la crisis, también hay que ver la situación de la economía informal “que eso no se cuantifica” o está la situación de “aquel negocio que cerró y no se dio la baja en el Municipio. Eso va a saltar cuando le envíen la factura y ya no está más”, añadió.
El turismo se sostiene
Adrián González, integrante de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines (Ahega) aseguró que en el sector de la hotelería “no hay despidos pero tampoco se incorpora una locura”.
El empresario comentó que hay momentos, como el fin de semana extra largo que se está atravesando, que el sector “realiza incorporaciones pero son eventuales” y luego se van acomodando a las determinadas épocas del año con una “estructura mínima” que se mueve “según la ocupación”. “Vamos viendo de acuerdo a las necesidades del momento”, indicó.
González aseguró que en la actividad “se producen baches y nosotros estamos acostumbrados a eso. Ahora mayo y junio van a ser meses críticos pero es algo histórico eso, y hasta en las vacaciones de julio vamos a tener un termómetro de la situación”.
La agroindustria a su máxima capacidad
La agroindustria es la contracara del resto de las actividades. En plena recesión, las empresas están trabajando a su máximo de capacidad luego de una cosecha dentro de los parámetros normales, o superior.
La cosecha hay que levantarla y se está trabajando normalmente como sucede en esta época del año y la verdad que me llamó mucho la atención la cantidad de movimiento que hemos tenido en las rutas con camiones llenos de uva, con fruta, ya se está plantando ajo. En nuestro caso no veo una disminución en la producción, al contrario”, dijo Raúl Giordano, presidente de la Cámara de Fruta industrializada de Mendoza (Cafim).
El empresario también reconoció que “hay costos que están bajando, insumos que aunque no lo creamos han bajados sus precios, como la hojalata que bajó el 6% y eso significa que se van a estabilizar los precios”.
“No es para decir que estamos excelente, pero estamos como un año normal y tenemos perspectivas que vayan bajando algunos insumos, es más hay buenas sensaciones y ya se habla de inversiones, de proyectos, algo que el año pasado no ocurría”, agregó el titular de la Cafim.