Este miércoles Argentina celebra el vino, ya que se conmemora el Día del Vino Argentino Bebida Nacional. El país fue el primero en sancionar por ley al vino como bebida nacional en 2013. Tres años antes, el decreto presidencial número 1.800 había impuesto esta fecha. Luego fue ratificado mediante la ley 26.870.
La fecha otorga justicia a la bebida porque revaloriza su importancia como elemento identitario de los argentinos y su tradición de consumo y producción. Nuestro país tiene una descendencia vitivinícola que ha marcado generaciones de trabajo, lo que convierte a este producto como un ícono del país.
A su vez, en la actualidad la industria potencia economías regionales y juega un papel importante en la configuración del mapa de exportaciones y generación de divisas. Sobre estos puntos vale decir que a pesar de los inconvenientes para generar un panorama previsible y de crecimiento, hay motivos para brindar.
Según datos del INV, durante los primeros meses del año se vendieron 282,2 millones de litros de vino. Lo que implica una caída del 16,2% con respecto al mismo mes del año 2020. Está caída está impulsada por la baja en la venta de los vinos a granel ya que los vinos fraccionados mostraba un nivel de crecimiento. Aquí el primer motivo de celebración: los vinos fraccionados siguen creciendo.
Otra cuestión a celebrar es el incremento de los números de producción de vino en Argentina, lo que implica una nueva oportunidad para crecer en el número de exportaciones, considerando que las cosechas en los principales países competidores fueron negativas.
Más allá de los números, lo que se celebra en esta ocasión es el acervo cultural de esta bebida que atraviesa la mayor parte de nuestro país. Para eso se ha organizado una gran cantidad de eventos culturales, degustaciones y actividades para brindar por el vino. Pueden consultarse algunas aquí.
Independientemente de esta grilla, la fecha se constituye como una buena ocasión para festejar de la mejor manera: descorchando. Sea en un restaurante o en casa, podemos disfrutar del vino que más nos gusta.
Si se trata de la primera opción, el Fondo Vitivinícola relanzó el programa “Me lo llevo a casa”, con el que busca que los consumidores puedan pedir su botella de vino en los establecimientos gastronómicos, beber lo que crean necesario y luego llevárselo a casa.
Si la sede del brindis es el hogar, Tienda los Andes brinda un catálogo de una gran cantidad de vinos que pueden disfrutarse con envío gratuito y una enorme variedad.
La celebración llega en un año turbulento para la industria, que atraviesa un proceso de adaptación a los nuevos desafíos que impuso la pandemia, y otros condicionantes puntuales de la actualidad como la escasez de botellas de vidrio y las nuevas tendencias de consumo.
En este contexto, es importante no perder de vista la relevancia de la bebida como producto de consumo de raíces culturales y como fuente de trabajo de generaciones. Por eso, este 24 de noviembre brindemos no solo con vino, sino por él.
