Si uno tiene algunos billetes de 100 dólares ahorrados “bajo el colchón” desde hace un buen tiempo, es probable que encuentre algunos viejos, a los que se conoce como “cabeza chica”. Lo cierto es que, si bien la Reserva Federal de los Estados Unidos sostiene que todos los formatos circulando son legales, hay dificultades para cambiarlos tanto en el mercado formal como en el informal. Y si los reciben, es a un precio menor. ¿Qué hacer con esos papeles?
Un arbolito local confirmó que los “cabeza chica” –conocidos así porque la cara de Benjamin Franklin aparece en los más viejos de un tamaño menor que en los que se imprimieron después- “valen menos”. En la calle, explica, se dice que los quieren sacar de circulación porque tienen menos normas de seguridad y son los que más se falsifican mundialmente.
De hecho, la Reserva Federal explicó en su momento que la impresión de un nuevo modelo respondía a la incorporación de medidas adicionales para dificultar la falsificación. Pero el agente de cambio no oficial resaltó que los más viejos son legales y auténticos.
Pese a eso, cuando se los va a cambiar en las “cuevas”, se suelen recibir entre 5 y 10 pesos menos que si uno fuera con un billete nuevo, dependiendo de la decisión de quien hace la transacción.
Lo mismo sucede con los billetes de menor denominación, conocidos como “turista”. Es que el viajero prefiere tener algunos papeles de 5, 10 o 20 dólares para realizar en efectivo alguna compra menor, si es necesario. Sin embargo, si quedó un remanente de los viajes y se quiere cambiarlo por pesos enfrentará el mismo problema: o no se los recibirán o le pagarán algunos puntos menos.
La situación no es diferente cuando se va a una casa de cambio. Desde una en el microcentro reconocieron que no toman los billetes de mayor antigüedad. En cambio, sí podrían cambiar los de menor denominación -50, 20 o 10 dólares- pero resaltaron que el gobierno aún no los habilita a abrir las puertas.
Otro de los argumentos por los que se suele no recibir estos billetes, de los ’90, es que quienes quieren tenerlos como un ahorro de largo plazo prefieren los nuevos, por si en los próximos meses (o años) salen de circulación. Esto genera que incluso haya habido casos de personas que tuvieron inconvenientes para comprar una propiedad con dólares “viejos”.
Entonces, ¿qué se puede hacer con estos billetes en los que la cara de Benjamin Franklin aparece de menor tamaño? La alternativa es bastante simple: se pueden depositar en el banco, en una cuenta en dólares, y retirarse después.
Pero al momento del retiro, hay que asegurarse de que en la entidad bancaria le están entregando los papeles más nuevos (ya que, en algunas, como son de circulación legal, se siguen utilizando). Por otra parte, se debe tener en cuenta que, en este caso, la cotización que se tomará la oficial, muy por debajo de la del mercado paralelo, aún con el “descuento” por tratarse de un billete viejo.