Dolarizar la economía: en Mendoza la idea despierta apoyos y rechazos

Representantes de cámaras empresarias analizan la idea de dolarizar, pero sin darle aún un apoyo firme. Sí reclaman a viva voz terminar con la inflación y resolver los graves problemas de la macroeconomía. Las dudas en torno a la implementación de la medida.

Dolarizar la economía: en Mendoza la idea despierta apoyos y rechazos
La dolarización de la economía está en debate. Nadie rechaza la propuesta pero tampoco se aferran a ella.

La dolarización de la economía es un tema que se metió de lleno ya no solo en los ámbitos económicos, sino también en la vida y sobre todo el diario vivir de los argentinos. La propuesta que antes parecía solamente un esbozo o una idea fuerza de Javier Milei, el líder libertario, caló hondo, se acrecentó en este año electoral y la teorización sobre los pro y contra son una constante.

Ahora bien, la dolarización también se instaló como tema de debate dentro de los ámbitos productivos de Mendoza, analizando el impacto que podría tener en la economía local. En especial, el tema cobra mayor fuerza cada vez que se difunden los datos sobre la inflación.

Las opiniones en los distintos sectores (viticultores, comerciantes, exportadores, productores agrícolas), son de las más variadas. Van desde el temor a volver a tiempos de la convertibilidad en la década del 90 en que era más barato importar que producir, hasta afirmar que en la práctica ya estamos dolarizados porque la cotización de la divisa estadounidense (la paralela, no la oficial) es una referencia para establecer los precios de todos los productos.

En el ramo de los economistas, están quienes sostienen el descarte total de la propuesta como así también los que están convencidos de que permitiría ordenar y fortalecer la economía y, además, traer beneficios para las exportaciones de Mendoza.

Sin embargo, todos concuerdan que es preciso ponerle punto final, de una forma u otra, al descalabro de la economía argentina y controlar, de una vez por todas, la escalada inflacionaria.

En síntesis, nadie descarta la propuesta de dolarización, aunque tampoco “se casan” con la idea. Lo que queda dando vueltas en el aire es un interrogante simple, pero sustancial: dolarizar ¿cómo?

El impacto en la economía desde el sector productivo

Definir o teorizar sobre el impacto que podría tener la dolarización en la economía productiva mendocina es casi “imposible” para algunos sectores porque las dudas sobre la implementación conforman un océano tan extenso que se pierde en el horizonte.

Así mismo, en el sector empresario algunos están convencidos de que sería una herramienta tan rápida como eficaz para detener el proceso inflacionario y la máquina de imprimir billetes. Sin embargo, otra vez aparece la duda: ¿y después, qué más hay?

Al plantear el tema, la primera respuesta que surge es que es “prácticamente irrealizable” y a partir de esa pequeña frase, Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, desarrolla su pensamiento.

“Es prácticamente irrealizable porque no tenemos la economía lo suficientemente equilibrada. Ahora bien, si olvidamos todos los detalles que hay que tener en cuenta para pensar en una economía dolarizada, que no son pocos por el tremendo porcentaje de inflación que tenemos más el descontrol que hay sobre las cuentas públicas, si hacemos abstracción de eso, la incidencia se va a dar en la economía nuestra de acuerdo a cómo se materialice esa posible dolarización”, afirmó.

El referente de exportación consideró que, si se toman los parámetros ortodoxos, es decir hay tanto dinero en circulación y eso se quiere convertir a dólares (de manera que cada dólar costaría una cantidad de pesos), las cifras que dan “realmente no son buenas” medidas en dólares.

“Sí creo que sería conveniente, llámelo dolarización, eurización o cómo lo quiera llamar, que se produzca un plan de estabilidad financiera, cambiaria, en todo aspecto, que permita realmente ponerle freno al mayor de los problemas que tiene Argentina, aparte de la de la falta de idoneidad de sus funcionarios, que es la inflación. Y eso se no es un proceso tan fácil como se ha demostrado, cuesta mucho controlarla pero es muy fácil volver a caer, la tentación es muy grande”, redondeó Bustos Carra.

“Milei propone una dolarización, pero no dice cómo y son demasiadas las variables, principalmente el gasto público, la cantidad de millones y millones de ‘planes no trabajar’ que han dado, entonces cómo hacemos. La situación es muy compleja, hay más dudas que certezas”, concluyó.

Hugo Tornaghi, presidente de la Cámara de Comercio de San Rafael trajo a la mesa del debate el recuerdo del plan de convertibilidad que puso en práctica Carlos Menem en 1992. “Si hablamos de nuestra economía regional y de lo que producimos, hablo de la agricultura, de vitivinicultura, creo que es posible que nuestros productos queden caros para el mundo. Esto pasó en el uno a uno, que no se exportabas absolutamente nada; al contrario, teníamos un déficit grandísimo”, dijo el empresario vitivinícola.

“Se bajó la inflación en los 90, pero la realidad es que no podíamos competir en el mundo porque estábamos caros, y a igual precio, y ni hablar de mayor precio, no tenemos productos estrellas que el mundo los pida y pague lo que sea por tenerlo, esa es la realidad”, agregó. Por eso, para Tornaghi, en un primer análisis, se pueden ver afectadas las ventas en el exterior, al no tener este desdoblamiento cambiario.

Una opción que divide aguas

Jorge Noguerol, presidente de la Cámara de Comercio de Alvear, habló sobre la dolarización a partir del manejo de los precios en general en la Argentina y aseguró que, en la realidad, ya se tiene a la moneda estadounidense como medida para los intercambios comerciales en la vida diaria.

“Gran parte de la economía argentina, en lo que respecta a precios, ya está prácticamente dolarizada. Es más, hoy es peor el escenario que si estuviese totalmente dolarizada. Es que, por un lado, tenés aumentos cuando sube el dólar, y también tenés aumentos cuando van subiendo el resto de los costos en pesos, ya sean laborales, los servicios, entre otros tantos”, afirmó.

Según afirmó el comerciante alvearense: “Hoy en día, más importante que la dolarización es saber cuáles son las medidas que la acompañen. Cómo sería la recomposición salarial, además hace falta una reforma laboral y una reforma tributaria, medidas que ayuden a ser competitivos en dólares y así la variable de ajuste no es el salario”.

Igualmente, para Noguerol, más allá de aplicar o no la propuesta, “si los gobiernos no se dedicaran sistemáticamente a gastar más de lo que les entra, hoy no habría necesidad de estar hablando de dolarizar. Tendríamos una economía sana y en lo que estaríamos pensando es en cómo hacemos para crecer”.

Alfredo Cecchi, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM) y hombre vinculado al comercio exterior no dudó en remarcar que “es absolutamente improbable la dolarización”. Sin embargo, opinó que “si fuese posible, el primer efecto sería antiinflacionario, no podríamos generar moneda”.

“A partir de ahí, los productos que nosotros pudiéramos exportar, y se supone que en una dolarización el mercado va a ser sin retenciones, con una moneda estable, toda la oferta exportable se viabilizaría mucho más que en el momento actual”, explicó. Igualmente, Cecchi consideró que, de ocurrir el cambio, “eso evitaría los dos temas más complejos que tenemos nosotros, en lo que son los saldos exportables de la provincia, un dólar oficial que está absolutamente lejos del dólar real y las retenciones, estas son las dos cosas”.

“Para la provincia, de ser posible una dolarización, para el saldo exportable, sería positivo. Aun así, considero altamente improbable el tema de la dolarización, veo una inviabilidad fáctica, porque ¿cómo vamos reemplazar la masa monetaria Argentina que tenemos en pesos, por dólares? Por eso creo que es altamente improbable”, finalizó.

Daniel Ariosto se manejó en una línea muy similar. El titular de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) también reconoció que han puesto a trabajar a un grupo de especialistas para determinar las posibles implicancias de una medida de tamaño calibre en la economía provincial. “Es un tema bastante complejo, en primer lugar, porque no hay dólares. (Javier) Milei no explica muy claramente, para la gente de a pie, como haríamos para pasar a la dolarización sin tener dólares”, arrancó Ariosto.

“Nosotros en Mendoza estamos haciendo un análisis con pensadores, con economistas, analistas, para ver en nuestra provincia qué impacto puede tener (la dolarización) en las actividades productivas tanto tradicionales como las nuevas que han ido surgiendo, para poder sobre todo activar el escenario del comercio exterior que es tan importante para nosotros. Aún no tenemos un pensamiento definido y no arriesgamos una opinión a favor o en contra, hasta no saber bien los alcances que pueda tener y su impacto en nuestra provincia”, prosiguió.

Más allá de imaginar que pasaría en caso de adoptarse la divisa norteamericana como moneda nacional, el empresario contó que por estos días “estamos abocados realmente a los escenarios tradicionales y que son los más complejos: la inflación y la emisión monetaria”.

“Entonces, creo que es muy importante tener en cuenta como se frena la inflación, cómo se para el gasto público. También cómo hacer con un programa económico, que no tenemos, y que nos está llevando a esta situación. El tema de la dolarización es muy complejo y la mayoría tiene bastante dudas”, cerró Ariosto.

La visión de los economistas

Gonzalo Diez de la consultora Cabin’s Crew eligió poner el ojo, no tanto en la propuesta de dolarización, sino en lo que podría ocurrir luego de las elecciones y las ideas que traiga consigo el próximo gobierno: “Si hablamos de dolarizar, podemos hacer el recorrido por los temas típicos, como perder la independencia de la política monetaria (no podemos emitir para gastar), el hecho de que la inflación podría reducirse muy rápidamente o de (suponiendo que las instituciones del próximo gobierno son serías y predecibles) que las inversiones en Argentina deberían aumentar”.

“Todo eso es importante, y son temas no menores, pero personalmente pondría el foco en otro lugar. Si en las PASO se marca una tendencia clara hacia un candidato que promueva esta medida, los meses entre las elecciones y el nuevo gobierno son el problema”, dijo el cofundador de Cabin’s Crew.

“El día siguiente a enterarnos, todos vamos a querer dólares. En lugar de acumular stock, la gente va a querer dólares, en lugar de un plazo fijo, dólares, en lugar del instrumento que quieras, dólares. Porque ese día le firmamos la sentencia al peso y lo condenamos a valor cero. Si esto sucediera, no hay que olvidar que estamos hablando de una hipótesis, la inflación sería máxima en estos meses y ese es el problema. Más inflación, más pobreza”, opinó Diez.

La pregunta que tiene que responder el próximo gobierno, continuó el economista, no es como dolarizar, sino que va a hacer con el gasto público y con la pobreza cuando lo haga. “El problema de dolarizar no es económico, es social”, sentenció.

José Vargas, director de la consultora Evaluecon, sostuvo que la medida impactaría de forma positiva en el comercio exterior mendocino, no obstante, primero hay que equilibrar la economía nacional antes de pensar en saltar al dólar: “La dolarización, tal cual está planteada, es todo un inconveniente, porque está claro que dolarizar de la noche a la mañana no tiene ningún sentido más allá de un capricho. Hoy sería catastrófico dolarizar la economía en estas condiciones en las que está el país”.

“Para dolarizar una economía primero lo que hay que sanear la economía, equilibrarla, es decir equilibrar las cuentas públicas, desendeudarse, disminuir fuertemente el nivel de emisión monetaria, equilibrar el balance del Banco Central, llegar a acuerdos con el sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, disminuir obviamente los niveles de inflación y generar una serie reformas laborales, cambiarias, entre otras, con lo cual todo eso lleva tiempo”, enumeró Vargas.

En cuanto a posibles beneficios para la provincia, el director de Evaluecon consideró que “sería beneficioso porque somos agroexportadores, somos una provincia que recibe turistas de todas partes del mundo, no tendríamos los graves problemas que tiene la inflación, el impacto económico y social que produce; pero está claro que dolarizar sin ordenar y equilibrar antes la economía, no tiene ningún tipo de sentido”.

Por último, Vargas afirmó que Mendoza “no tiene muy bien aprovechada la matriz productiva” y que habría que diversificarla mucho más para aprovechar una situación de una economía equilibrada y tener un crecimiento mayor. “Incluso si hoy la matriz productiva de la provincia estuviera más diversificada, seguramente el impacto de una macroeconomía desordenada no hubiera sido tan nocivo. Pero bueno, son decisiones de política de mediano y largo plazo”, analizó.

La dificultad de lograr dolarizar

Para el economista Jorge Day, del Ieral Mendoza (de la Fundación Mediterránea), antes de hablar de dolarización previamente falta saber si se podría implementar, dada la escasez de dólares en el Banco Central. Además, está el planteo de si se podrá conseguir un superávit fiscal, o si el gobierno se podrá endeudar para hacer frente a varios pagos.

Day analizó que “la gran ventaja de la dolarización sería una fuerte reducción de la inflación. Eso favorece las inversiones, dada una menor incertidumbre”. Sin embargo, a renglón seguido no dudó en remarcar que “preocupa los efectos colaterales porque una posible consecuencia sería una Argentina más cara, o sea, menos competitiva y complicaría a las actividades que exportan, como los vinos. Estás actividades son las que nos diferencian de otras provincias”.

En ese sentido, este economista del Ieral sostuvo que “los gobiernos nacional y provincial deben buscar la manera de reducir costos, como los impositivos, energéticos, los laborales no salariales, entre otros. Tarea no tan sencilla”.

El especialista Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, también dio su análisis: “En primer lugar, la dolarización hoy es imposible, faltan dólares y nadie se lo va a prestar a la economía argentina mientras no esté más estable y sea más creíble. Plantear hoy una dolarización es ciencia ficción”.

Pero “en el hipotético caso” de que en algún momento se pudiera hacer, para Laza “básicamente la dolarización es cambiar de una moneda que circula actualmente de manera oficial, que es el peso, a que circule el dólar”. Por lo tanto, en la economía local, no tendría impacto más allá de que “los dólares que generen sus exportadores no van a necesitar cambiarlos y van a poder manejarse con los dólares que generan de sus exportaciones libremente dentro de la economía porque va a ser la moneda de circulación legal”.

En síntesis, para Laza la dolarización “no tiene ninguna implicancia de que estimule el comercio exterior, es simplemente que no estarán obligado a liquidarlos ni a cambiarlo por pesos”. Laza sostiene que la búsqueda principal de llevar al país hacia el dólar “es evitar el problema inflacionario, las corridas cambiarias”, aunque “por muchos años no va a ser posible, porque para dolarizar tenés que cambiar toda una base monetaria y se necesitan muchos millones de dólares para poder cambiar a un tipo de cambio más o menos aceptable”.

Además, el consultor de la cartera económica mendocina recordó que un problema de la dolarización es su vínculo con el comercio exterior: “En épocas donde el comercio exterior es bueno, hay mucha exportación, la economía tiene mucho circulante, mucho crédito, pero en la época que es al revés, por ejemplo en Argentina cuando los precios de los cereales o la soja bajan y se exporta menos, o viene una sequía como ahora, el país sufriría porque al bajarle los dólares exportados, le bajará el circulante y entonces mandaría la economía a una recesión”. “Argentina lo que tiene que hacer es eso es volver a tener un manejo prudente de su moneda y no va a necesitar esta cuestión extrema de dolarizar”, sentenció.

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