Las vacaciones de invierno de 2024 en Mendoza dejaron cifras significativas, aunque mostraron una reducción significativa respecto al año anterior. De acuerdo con datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), 4.9 millones de turistas viajaron por todo el país durante el receso invernal, lo que representó un 11.9% menos que en 2023. Mientras que el impacto económico fue de $1.2 billones, un 22% menor al año pasado. A Mendoza llegaron 325.000 turistas y la actividad principal centró en actividades de montaña y nieve.
En nuestra provincia, según datos del Observatorio de Turismo provincial, registró la llegada de 325,000 turistas entre el 8 y el 28 de julio. Estos visitantes gastaron en promedio más de $63.609 por día, lo que resultó en ingresos de aproximadamente 135 millones de dólares para la provincia. La estadía media fue de 5 días y 4 noches, y la ocupación hotelera fluctuó entre el 70% y el 88%, alcanzando su pico en la segunda semana de julio cuando todas las provincias coincidieron en el receso invernal.
San Rafael se destacó como uno de los destinos con mayor afluencia, superando el 90% de ocupación. Circuitos turísticos como el Cañón del Atuel, el río Diamante y El Sosneado con sus aguas termales, estuvieron repletos de visitantes. La nieve fue la actividad principal y donde se gastó más dinero por día y por persona. En Las Leñas, la ocupación fue del 90%, en Potrerillos del 86%, en Uspallata del 79% y en la Ciudad de Mendoza del 91%.
Los comparativos con 2023
Los números de las vacaciones de invierno 2024, elaborados por CAME, reflejan un mes con bajo consumo en actividades y un público fiel a la nieve que redujo sus estadías pero no dejó de visitar los centros de esquí. La estadía media bajó de 4.5 días en 2023 a 4.1 este año, y el gasto diario promedio fue de $59.890. Este gasto, ajustado por inflación, fue un 3% inferior a la temporada pasada.
Una de las razones detrás de esta disminución en el turismo y el gasto es la falta de incentivos como el programa Previaje, que en años anteriores impulsó el turismo interno, sobre todo en la transición postpandemia. Además, el invierno frío hizo que las zonas de playa fueran menos concurridas, mientras que los turistas se inclinaron más por opciones termales, montañas, nieve y campo.
En el análisis de las razones la CAME también destacó la reducción en los encuentros culturales, especialmente musicales, que fueron más discretos incluso en las fiestas populares. La menor presencia de bandas con grandes convocatorias contrastó con la abundancia de competencias deportivas, que sí atrajeron a un amplio público.
Destacando el desdoblamiento de las vacaciones escolares permitió una distribución más equitativa del flujo de turistas y evitó la sobrecarga de las rutas nacionales. Este enfoque ayudó a mantener un flujo constante de visitantes en las distintas regiones, aunque no logró compensar la caída general en el número de turistas.
La actividad en Cuyo
En San Juan, por ejemplo, reportó una ocupación hotelera promedio del 79% en julio, con el Gran San Juan y Valle Fértil en 80%, Calingasta en 84%, Iglesia en 55% y Jáchal en 49%. Un total de 10.180 turistas llegaron a la provincia, provenientes tanto de otras partes de Argentina como de países como Chile, Uruguay, Canadá, Estados Unidos y Europa. La estadía promedio fue de 4 noches y el impacto económico alcanzó los $1.570 millones.
En San Luis, por su parte, la estadía media fue de 4 días con un gasto diario de $50.000 por persona y una ocupación cercana al 80%. Los destinos más populares incluyeron Merlo, Potrero de Funes, Villa Mercedes, Carpintería, Cortaderas, El Trapiche, Juana Koslay y la capital. Entre los lugares más visitados estuvieron la Cascada Esmeralda en Villa Elena, la reserva de llamas Antu Ruca en Inti Huasi, la excursión a la Mina de Oro de La Carolina y los Comechingones.