La actividad económica de Mendoza sufrió una fuerte caída en el primer semestre del año. Aún no existe ningún estudio oficial que muestre exactamente cuál fue el porcentaje de retracción, pero hay varios indicadores económicos que confirman una baja cercana la 10%.
Uno de los datos más preponderantes es la baja en la recaudación de Ingresos Brutos, ya que se trata de un impuesto directamente ligado al nivel de actividad (grava una alícuota sobre la facturación de los contribuyentes). No se puede “trasladar” el resultado de la recaudación de forma directa al desempeño económico, porque no todos los sectores pagan la misma tasa, pero el monto percibido por el Gobierno en concepto de Ingresos Brutos es siempre un claro termómetro de lo que ocurre a nivel general.
En este caso, las estadísticas publicadas por Administración Tributaria Mendoza (ATM) demuestran que en los primeros seis meses del año la Provincia recaudó $ 17.057 millones por ese impuesto. Con ese monto, el Gobierno logró un crecimiento nominal del 26% respecto de lo recaudado en el mismo período de 2019, pero estuvo muy lejos de contrarrestar el efecto de la inflación acumulada en el transcurso del año (47,3%, según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas). Considerando la pérdida del poder adquisitivo del peso, se deduce que la recaudación de Ingresos Brutos en realidad cayó 14,3%.
Por supuesto, la pandemia del coronavirus y la implementación del aislamiento social, preventivo y obligatorio explican la mayor parte de esa caída, pero el hecho de que la baja fuera mayormente impulsada por factores externos, no le quita un problema de encima al Gobierno provincial. Por el contrario, lo obliga a buscar alternativas en un marco desfavorable para el desarrollo.
En diálogo con Los Andes, el propio ministro de Hacienda y Finanzas, Lisandro Nieri, relacionó la baja en la recaudación con la retracción económica observada en el primer semestre. “Dependemos mucho de cómo se da el aislamiento, tanto provincial como nacional. En Mendoza la economía está funcionando, pero de manera muy parcial. Hay restricciones físicas (capacidad) y horarias, a lo que se suma el miedo de la gente y la caída del poder adquisitivo de los hogares. Es un combo negativo de varios efectos”, comentó.
“Lo positivo es que si no tenemos retrocesos fuertes en medidas de aislamiento, podemos asegurar que ya pasamos el mes más duro, que fue mayo (ese mes se contrajo 27% la recaudación de Ingresos Brutos y 28% la recaudación total). De todas formas seguimos en situaciones terribles”, lamentó.
Por su parte, Daniel Garro, economista y director de Value International Group, explicó que no siempre la recaudación de Ingresos Brutos se mueve en la misma proporción económica, dado que hay planes de pagos y situaciones puntuales que inciden en el resultado, pero indicó que en esta oportunidad, la caída recaudatoria es claramente una consecuencia de la baja del nivel de actividad por la “ciento-treintena”.
Se mostró de acuerdo Carina Farah, economista asesora del PJ. “La baja de la recaudación fiscal obedece a la caída de la actividad económica, sobre todo en aquellos sectores con mayor encadenamiento productivo”, apuntó.
Menor consumo de luz
Otro indicador que suele relacionarse con el nivel de actividad económica es el de la demanda eléctrica. Es que de acuerdo al consumo que realicen las fábricas e industrias, se puede deducir si su productividad fue mayor o menor a la del año anterior.
Cuando el Gobierno Nacional eliminó los subsidios y aumentó las tarifas para todas las categorías, la demanda eléctrica dejó de ser un indicador confiable, porque se produjeron variaciones atípicas a causa de los hábitos de consumo, pero ahora, con los cuadros tarifarios congelados, vale la pena analizar el comportamiento del consumo de energía.
De acuerdo con un informe del Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE), en el acumulado de los primeros cinco meses del año (aún no está disponible el dato de junio), la demanda eléctrica del sector empresario mendocino cayó 6,3%. Si se analiza el resultado por sector, se observan realidades muy diferentes. Algunas actividades tuvieron caídas muy significativas, como las industrias básicas de hierro y acero (-60,3%), la elaboración de cemento (-35,5%) y la producción de conservas de frutas, hortalizas y legumbres (-32,7%); otras, en cambio, mostraron indicadores positivos, como la fabricación de productos plásticos (14,3%), los servicios de administración pública (7,6%) y la elaboración de vinos (4,3%).
Sectores representativos
La recaudación de Ingresos Brutos y la demanda eléctrica dan una idea general del comportamiento de la economía provincial durante los primeros seis meses del año, pero también existen datos particulares de algunos sectores que permiten percibir con mayor precisión los efectos negativos de la pandemia. Un ejemplo, es el de las ventas minoristas. Si bien no hay datos oficiales cerrados para el primer semestre, estadísticas publicadas por la Federación Económica de Mendoza (FEM) demuestran que desde el inicio del aislamiento las ventas se desplomaron, mostrando caídas del 70% en abril, del 50% en mayo y del 38% en junio.
Sirve de referencia también lo ocurrido con el sector automotor. Las ventas de vehículos 0 km se contrajeron 40% en los primeros seis meses de 2020, registrando el peor desempeño de los últimos quince años. Un atenuante es que en junio se registró un crecimiento interanual del 16%, pero en el medio hubo bajas de hasta 90%.
También el sector petrolero tuvo un primer semestre del año para el olvido. La producción de crudo estaba en su punto más bajo desde que existe registro (1999) incluso antes de la pandemia. Con la implementación del aislamiento, la crisis se profundizó a un punto crítico. Es que las ventas se desplomaron, tanto en estaciones de servicio (-9,3% en el primer cuatrimestre) como en el mercado total, incluyendo miles de m3 de combustibles que dejaron de comprar las aerolíneas. Esto llevó a que la destilería de Luján de Cuyo se limitara a operar sólo con el crudo extraído por YPF durante algunos meses, dejando a los operadores independientes sin actividad.
Por su parte, el sector de la construcción, uno de los rubros que más tracciona a la economía provincial, registró una retracción del 30% en su nivel de actividad durante los primeros cincos meses del año, según un informe de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (no se ha publicado junio). La caída se evidenció principalmente en la parte pública (56% de baja), lo que resulta lógico, considerando el resultado de la recaudación de impuestos provinciales del Gobierno de Mendoza. La parte privada, en tanto, sufrió un retroceso del 11% en el período analizado.
Por último, se debe destacar el caso particular del turismo. En el acumulado del primer semestre, Mendoza sufrió una caída del 67,5% en la cantidad de plazas ocupadas en los hoteles de la provincia respecto de igual período del año pasado, según la Encuesta de Ocupación Hotelera del Indec. Eso, por supuesto, luego de tres meses y medio con el turismo completamente cerrado.
Las grandes excepciones
Hay algunos pocos sectores que lograron cerrar un primer semestre alentador, pese a la recesión económica general del país y el duro golpe de la pandemia. Uno de ellos es justamente uno de los más importantes para la economía provincial: la vitivinicultura. En el marco de un mercado mucho más equilibrado que en la temporada pasada, se registró un aumento interanual del 2,1% en los despachos de vino al mercado interno durante los primeros cinco meses de 2020. Se discutió mucho en el sector si ese dato se puede relacionar o no con el volumen de ventas, pero es un hecho al menos que hubo más movimiento de vino que en 2019. Además, las exportaciones totales de vino se incrementaron 51,9%, impulsadas principalmente por el vino a granel y el mosto concentrado.
De hecho, el sector exportador en general ha tenido un buen desempeño. Un informe de ProMendoza reveló que en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2020, las exportaciones de Mendoza se incrementaron 19,7% en volumen y prácticamente se mantuvieron en valor en comparación con el primer cuatrimestre del año pasado (-0,3%). Todavía no hay estadísticas oficiales para el primer semestre completo, pero Mario Lázzaro, director de ProMendoza, adelantó que “los datos preliminares muestran que la tendencia favorable se mantuvo”.
Otra gran excepción fue la de los supermercados. Según un informe publicado por el Indec, en el período enero-mayo las ventas de los súper de Mendoza se incrementaron 11% en volumen respecto de 2019. Cabe recordar, que cuando empezó a debatirse la posibilidad de establecer el aislamiento obligatorio, hubo un boom de ventas en súper, híper y mayoristas por el impulso de las familias de stockearse ante cualquier eventualidad. Así fue que en marzo el sector registró un crecimiento extraordinario del 26% que inclinó la balanza del semestre claramente hacia arriba.
Caída sin discusión
Hay opiniones divididas respecto a cuál fue la tasa de caída de la economía de Mendoza en el primer semestre, pero que hubo una retracción considerable, no está en discusión.
El economista Daniel Garro señaló que, según estimaciones de la consultora, la economía de Mendoza cayó al menos un 13% en los primeros seis meses del año. “A nivel nacional la baja fue cercana al 15% y 2020 pinta para una caída de entre el 16% y el 17% como piso”, agregó.
“El buen desempeño de las exportaciones y algunos sectores puntuales no alcanzó a compensar la retracción generalizada. Además, cada día que pasa la demanda en supermercados se contrae como consecuencia que el resto está parado (disminuyen los ingresos)”, observó.
Se mostró de acuerdo el economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon. “La economía en el primer semestre tranquilamente cayó más del 10%, seguramente cerca de un 15%. El primer trimestre no fue el mejor y a partir del 20 de marzo, la actividad se terminó de desplomar de una manera considerable, incluso en los sectores que más aportan a la economía, como el turismo, el comercio y la construcción”, declaró.
Carina Farah reconoció que algunos sectores crecieron, pero advirtió que el crecimiento de las ventas de supermercados no alcanza a compensar las fuertes bajas en el resto de la economía. “El comercio representa un 23% del PBG de la provincia de Mendoza y, dentro de éste, casi la mitad se atribuye al comercio minorista. Los supermercados son sólo una parte de esa mitad. Aunque les haya ido bien, no contrarrestan las fuertes bajas de otras actividades”, observó la economista.
Jorge Day, del Ieral (Fundación Mediterránea), coincidió en que el balance general del semestre fue claramente negativo. “Venimos de una recesión de dos años. Al inicio de 2020 se veía una leve recuperación, pero luego llegó el coronavirus. Hubo una caída muy fuerte en la actividad en abril y, si bien hubo una recuperación parcial en los meses siguientes, las consecuencias económicas han sido graves”, alertó.
Expectativas moderadas
En vistas al segundo semestre, las previsiones de los especialistas no resultan muy alentadoras, aunque hay algunos factores que resultan esperanzadores. “Se avecinan meses no muy diferentes, más allá de las cifras que puedan surgir a partir de mayo. Una mayor flexibilización no necesariamente traerá aparejado un aumento del nivel de actividad en similares proporciones, dado que hay muchos negocios y empresas que han cerrado y no volverán a abrir”, sostuvo Daniel Garro.
“En el caso puntual de las exportaciones, todo dependerá de lo que suceda en los mercados del mundo con el Covid-19 y su forma de tratamiento, a donde Mendoza exporta. Creo que sería dable que las empresas que exportan, comiencen a buscar nuevos mercados, inclinándose por aquellos países que han tenido una respuesta mejor en lo médico y más eficiente en lo económico, ya que esos países serán los que salgan más rápido de la crisis”, agregó el especialista. A modo de ejemplo, mencionó a Corea del Sur, Nueva Zelanda, Singapur, Irlanda, Luxemburgo, Liechtenstein, Suecia y Dinamarca.
En tanto, Carina Farah opinó que si Argentina logra una reactivación en sectores dinámicos, como la venta de autos 0 km y las ventas de combustibles, podría observarse un repunte de la economía a nivel nacional que luego tendría incidencia también en la provincia.
Para Day, en el segundo semestre será clave la evolución de los contagios, que, por ahora, siguen aumentando. “Si esto sigue así, se mantendrán las chances de que la cuarentena no se flexibilice rápido. Mientras se mantenga esa situación, en el mejor de los casos puede haber una recuperación todavía leve, por debajo del nivel pre-pandemia. El tema sanitario juega un rol muy importante en estos pronósticos”, argumentó.
El asesor del Gobierno, Sebastián Laza, se mostró más optimista de cara al futuro. “Tenemos expectativas positivas para el segundo semestre. Está claro que hasta que la economía no se normalice en el 100% de los sectores, Mendoza no va a volver al ritmo normal, pero el panorama es igualmente alentador”, aseguró.
“Mendoza está mucho mejor que otras provincias y otras ciudades. Hay un gran trabajo de salud y seguridad para permitir que el gobernador pueda mantener la economía funcionando. Hay un esfuerzo notable para seguir los rastros de los contagios y así, teniendo bien mapeada la situación, no tener que cerrar la economía”, sumó el economista.
“Además entrará en vigencia el plan Mendoza Activa. Es un esfuerzo financiero grande que acompañará nuevos proyectos, nuevas inversiones y generará empleo. Es la gran apuesta para el segundo semestre”, cerró Laza.
También compartió su postura el economista Carlos Rodríguez, quien analizó los pros y contras del escenario para lo que resta de 2020. “El sistema agroalimentario va a responder, tanto en el orden nacional como provincial. El problema es que se trata de sólo una parte de la economía. Las actividades primarias, más las industrias vinculadas, representan el 20% del PBG y una parte importante se asocia al sector servicios, como el turismo y la hotelería, que están realmente complicados”, indicó.
“Hay que recordar que, si bien la pandemia es algo global, la cuarentena es una medida local. Mientras hayan muchas actividades restringidas, no habrá recuperación. Hay que ir saliendo en la medida que sea posible”, consideró el experto.
En picada
Cierres de empresas y pérdidas de empleos
La fuerte retracción económica del primer semestre, tuvo consecuencias que van mucho más allá de la recaudación del Gobierno. De acuerdo con los registros de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), entre enero y abril cerraron 616 empresas en Mendoza.
Las quiebras de cientos de compañías, sumadas al mal desempeño de múltiples sectores y la nula actividad en turismo (emplea muchas personas por contrato), llegó a que en un año se perdieran 21.047 empleos privados registrados en Mendoza (dato correspondiente a abril), según el Ministerio de Trabajo de la Nación. Además, las estadísticas del Indec advierten que hay 130 mil personas ocupadas buscando un segundo empleo en la provincia, lo que ocurre como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de los salarios.