La recuperación económica de Mendoza parece todavía un sueño lejano y no hay señales claras que confirmen la vuelta al crecimiento, pero se observa una desaceleración de la caída en términos generales y repuntes de algunos sectores en particular.
Para conocer con precisión en qué situación se encuentra la provincia, es indispensable analizar diferentes datos estadísticos que se vinculan fuertemente con la actividad económica. Uno de ellos es el que se refiere a la recaudación de Ingresos Brutos. Al ser un impuesto que se tributa por facturación, tiene una relación directa muy fuerte con el nivel de actividad.
De acuerdo con las estadísticas publicadas por Administración Tributaria Mendoza (ATM), en lo que va del año la recaudación de Ingresos Brutos se contrajo 16% en términos reales. El número coincide con el porcentaje de caída de la economía mendocina que reconoció el gobernador Rodolfo Suárez durante un encuentro virtual de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina, celebrado en setiembre.
Lo positivo, dentro del duro golpe que significa la pandemia para la economía local, es que la curva de decrecimiento comenzó a revertirse. Si se analizan los resultados de recaudación por trimestre, se observa una baja del 5,6% entre enero y marzo (el día 20 del tercer mes del año comenzó el aislamiento), una retracción del 22,6% entre abril y junio, y una caída del 18,6% entre julio y setiembre. El resultado de los últimos meses deja en evidencia una situación muy difícil para Mendoza pero, al menos, comprueba una desaceleración de 4 puntos porcentuales en la contracción económica respecto del trimestre anterior.
Demanda eléctrica
Otro indicador técnico que se asocia habitualmente al nivel de actividad económica es el que muestra el comportamiento de la demanda eléctrica. En este caso, los informes del Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE) exponen un decrecimiento continuo a nivel general, pero a su vez revelan que hay algunos sectores económicos con valores positivos en relación al año pasado.
Considerando al 100% de las empresas de Mendoza, los números son desalentadores. Todos los meses son negativos sin excepción y se dio una agudización de la caída que comenzó con el 2% en enero y llegó al 8,2% en setiembre. No obstante, hay sectores que han logrado sobreponerse al escenario de pandemia, creciendo incluso contra el nivel de actividad que tenían en 2019, antes de la llegada del coronavirus. Es el caso por ejemplo de la eleboración de vino (en setiembre creció 1% en relación a igual mes del año pasado), la elaboración de cerveza y bebidas malteadas (2,4%), la fabricación de envases de vidrio (2,5%), la fabricación de productos plásticos (3,9%) y los servicios de administración pública (4,8%).
Mayor movimiento
Existe otro dato que se asocia al nivel de actividad económica y merece ser revisado. Se trata de la medición de movilidad de Google, un estudio que no hace referencia al consumo o a la facturación en sí, pero muestra cuánto movimiento se registró en diferentes negocios y zonas de la provincia. En todos los casos se observa una mejora progresiva en los últimos meses, que apunta a una normalización del movimiento en la ciudad.
Las visitas a las tiendas, por ejemplo, se contrajeron 31% en las primeras dos semanas de octubre en comparación con igual período del año pasado. Si bien se trata de un número más que preocupante, resulta positivo si se lo compara con los resultados de los meses anteriores, cuando la baja interanual oscilaba entre el 45% y el 50%.
Se destaca también el caso de los supermercados y farmacias, que han registrado un aumento de la movilidad del 5% respecto de las primeras dos semanas de octubre de 2019, aunque para los súper esto no se ha traducido en mayores ventas.
El balance trimestral
Las estadísticas analizadas muestran valores inevitablemente negativos, en el marco de la pandemia, pero también permiten sacar algunas conclusiones alentadoras. Diferentes especialistas consultados por Los Andes analizaron lo ocurrido en el tercer trimestre del año y sacaron sus propias conclusiones en relación a la situación económica de la provincia.
Walter Carvalho, economista y gerente de Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), destacó que hubo una recuperación cuando se empezaron a abrir las distintas actividades de la economía, pero desde su punto de vista, luego se notó un amesetamiento. “Esto vino de la mano de la recesión, que impactó de lleno y repercutió en la disminución del nivel de ingresos, porque algunas actividades están trabajando en forma restringida. Hay actividades que son generadoras de empleo, como es el caso de la construcción, que no está funcionando al nivel que tenía previo de la pandemia (esencialmente en la obra pública)”, señaló.
Por su parte, el economista Carlos Rodríguez advirtió que no hay datos concretos todavía (la medición oficial del Producto Bruto Geográfico), pero indicó que la lógica sugiere que a medida que haya una mayor apertura habrá una recuperación. “Con apertura me refiero a salir del aislamiento, de las medidas restrictivas con las cuales se ha abordado la pandemia. Por supuesto que también la macroeconómica debe equilibrarse”, comentó.
También compartió su opinión Raúl Mercau, quien observó que los datos disponibles en la provincia de Mendoza son coincidentes con lo que ha pasado a nivel nacional. A modo de ejemplo, mencionó la evolución de la recaudación de Ingresos Brutos y la comparó con el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que mostró una contracción del 5% en el primer trimestre, una baja del 19,1% en el segundo y una contracción del 12,4% en el tercero. “En el tercer trimestre la caída de la recaudación ha continuado en niveles similares al del inicio del aislamiento”, detalló.
De acuerdo con Paula Pia Ariet, economista y directora de Gestión Consultores, la economía logró una recuperación en el tercer trimestre, que se concentró en algunos sectores puntuales. “Crecieron fundamentalmente los rubros apoyados en el sector de la construcción, que repuntó por el temor de una posible devaluación. Además, hay una mejora del consumo que se atribuye al deseo de desprenderse de los pesos de la mano. Todo esto ha generado un pequeño incremento respecto del trimestre anterior”, observó.
Se mostró de acuerdo Jorge Day, economista del Ieral (Fundación Mediterránea), quien hizo un repaso del comportamiento de la actividad económica local desde el inicio de la pandemia. “La dinámica ha sido clara. En marzo arrancó la cuarentena y las caídas más fuertes se dieron en abril. A partir de ahí se han recuperado la mayoría de las actividades, aunque algunas a mayor ritmo que otras”, indicó.
“Si se analizan las estadísticas relacionadas con la actividad económica de manera desestacionalizada, se observa que hubo fuertes caídas en el primero y segundo trimestre, pero luego se empezaron a ver señales de recuperación. Además, los datos de movilidad de octubre adelantan que la situación tenderá a mejorar en los últimos meses”, remarcó.
“Cada sector se va recuperando a su ritmo, aunque con oscilaciones. Hay actividades que se han visto beneficiadas con la necesidad de proteger los ahorros, como es el caso de los autos. Es raro el caso de los supermercados, que creció al comienzo de la cuarentena y en los últimos meses empezaron a caer, a contramano del resto”, agregó el economista.
En tanto, Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, señaló que la provincia ha tenido todas las actividades funcionando en el tercer trimestre, a diferencia del segundo, que tuvo prácticamente dos meses de cuarentena estricta. “Los índices oficiales de recuperación del tercer trimestre contra el segundo van a ser importantes”, aseguró.
“El gobernador apeló a la conciencia de cada persona, al cuidado personal y autorizó la vuelta a la actividad de casi todos los sectores. Por supuesto que habrá caída interanual, pero la retracción será mucho más leve que la del segundo trimestre. A eso se suma el empuje que darán: Mendoza Activa y Petróleo Activa. Son esfuerzos financieros grandes de la provincia que ayudarán a dinamizar la economía”, indicó.
El rol del turismo
Mendoza ya habilitó la vuelta del turismo interno, con protocolos y capacidad reducida, pero aún espera la autorización de la Nación para poder recibir a turistas extranjeros. Los economistas mantienen posiciones divididas respecto del impacto que la habilitación de ese rubro en particular tendría sobre el nivel de actividad económica local.
Carlos Rodríguez precisó que el turismo y las actividades relacionadas representan el 22% del Producto Bruto Geográfico (PBG) de Mendoza, más que el sector agropecuario e industrial juntos. “Sin dudas el turismo extranjero tendría un aporte sumamente significativo para la actividad económica local. Hay que tener en cuenta, además, que el valor del dólar, en relación con nuestra moneda, favorecería la llegada de turistas chilenos y de otros países”, indicó.
Para Daniel Garro, toda apertura económica tendrá una incidencia positiva y más aún el turismo para el verano. No obstante, estimó que “la apertura no será muy fuerte” y además, “la llegada de turistas no será muy grande debido a los temores que el Covid-19 ha generado”.
Fue similar la postura de Paula Pía Ariet. “Más allá de que se habilite el turismo extranjero, es difícil que exista gente que quiera salir. Esto lo he visto en otros lugares del mundo en que se ha habilitado el turismo, pero la gente no viaja demasiado. Habrá reactivación pero será progresiva”, apuntó.
El economista Walter Carvalho, recordó que el comercio se ve favorecido cuando el turismo está a pleno. “Si se pudiera abrir el turismo directo a Chile, con un tipo de cambio competitivo, se vería una importante reacción de la economía de Mendoza. Por supuesto que la mejora sería paulatina, a medida que se vaya recuperando la confianza para viajar”, opinó.
También compartió su postura Edmundo Day, contador público y empresario hotelero. “Es fundamental buscar la llegada del turismo extranjero. La llegada de visitantes de Chile es lo más atractivo que tenemos a la mano, Es un público que puede venir con dólares, conoce la plaza y le gusta la gastronomía argentina”, argumentó.
“Lo que nos juega en contra es que todavía la tasa de ocupación de las camas UTI es un poco alta; la verdad es que en una situación tan grave que hemos tenido en todo el mundo, cuesta un poco animarse a ser el primero en salir. La gente tiene que crear su sensación de seguridad y va a pasar un tiempo hasta que se anime a viajar”, reconoció.
Para Raúl Mercau, en cambio, el impacto de la habilitación del turismo extranjero sería mínima. “Según el cálculo del PGB a precios de 2004 realizado por la Nación, el peso de restaurantes y hoteles (muy identificado con la actividad turística) tiene un peso de 1,4% en el PGB total (no tiene en cuenta el impacto sobre el comercio y otras actividades relacionadas). Esto significa que el impacto de la habilitación del turismo extranjero será positiva, pero pequeño en el total”, apuntó.
“Para que pudiera recuperarse un punto de caída del PGB, el aumento de la actividad turística debería ser superior al 80%. Por otro lado, debe considerarse que cualquier habilitación impactará pocos meses durante el presente año”, agregó.
“Estos cálculos no tienen en cuenta el efecto en otras actividades, como puede ser el comercio, dado que las diferencias cambiarias podrían favorecer un crecimiento de las ventas en los negocios de nuestra provincia. De todas maneras, deberíamos ser prudentes respecto de una consideración exagerada sobre los resultados finales sobre la tasa de crecimiento”, concluyó.
Desempleo y baja de ingresos
El análisis de los especialistas es más optimista en algunos casos que en otros, pero todos coinciden en que una de las mayores dificultades que enfrenta Mendoza para salir de la crisis económica, es la difícil situación que atraviesa el mercado laboral. Según estadísticas del Ministerio de Trabajo, hasta julio, Mendoza había perdido 18.956 empleos en el sector privado registrado. A eso suman las fuertes pérdidas del poder adquisitivo de los salarios -que en la mayoría de los casos no han podido acompañar a la inflación durante este año- y las retracciones salariales temporales a causa de las reducciones de cargas horarias.
“Cuando la pandemia llegue a su punto más bajo, Mendoza tendrá todas las flexibilizaciones de actividades económicas que aún no han sido habilitadas, pero con gente más pobre. Tomará un tiempo importante la recuperación de los sueldos y la vuelta a la Mendoza pre pandemia”, declaró Jorge Day.
Raúl Mercau, por su parte, recordó que la pandemia es la principal determinante de los niveles de actividad a corto plazo. “Por ello, es muy difícil que la economía pueda dinamizarse y vuelva a generar empleo en estas condiciones. El empleo depende de los niveles de actividad actuales, de los costos laborales y de las perspectivas de crecimiento de más largo plazo. La incertidumbre que introduce la pandemia imposibilita que estas variables puedan entrar en un ciclo virtuoso a favor del crecimiento y el trabajo”, apuntó.
Sumó su postura el economista Nicolás Aroma, quien destacó que existe una caída muy fuerte y preocupante del empleo registrado. “Está claro que los problemas de paralización de la oferta y la demanda por efecto pandemia, hicieron un grave daño. Es un daño mundial, pero Argentina no tiene otra opción que poner la generación de empleo como prioridad uno. La prohibición de despidos junto a los programas de Asistencia al Trabajo (ATP) lograron amortiguar parte de la caída”, remarcó.
“El desempleo en la provincia se ha sentido mucho más fuerte que en la Nación. Recordemos que partíamos de un número de desempleo más bajo que el promedio nacional antes de la pandemia. La falta de programas de estímulo y contención locales son determinantes en este aumento. Llegar a un 15,3 % de desocupación en Mendoza es muy preocupante, y tiene que ver con que la provincia se encontraba ‘sin defensas’ para aplicar medidas contracíclicas que acompañaran la crisis”, advirtió el economista.
Futuro incierto
Resumiendo lo dicho hasta acá, el tercer trimestre ha mostrado algunas tímidas señales de recuperación económica para Mendoza, pero aún quedan muchas restricciones vigentes y la actividad económica difícilmente pueda reaccionar con un mercado laboral tan golpeado. En vistas a futuro, los especialistas ven un panorama muy poco claro.
“La pandemia va a continuar, por lo que es fundamental corregir errores de forma urgente. La estrategia que se aplicó en la Argentina cometió varias equivocaciones y una de los más notables fue la inmensa cuarentena que se planteó. La economía se va a recuperar, pero es difícil decir cuándo”, comentó el economista Carlos Rodríguez.
Para Jorge Day, Mendoza volverá a crecer de forma sostenida cuando se eliminen las restricciones y se flexibilice la actividad económica. “Además, tendrían que empezar a haber inversiones. Hay mucha incertidumbre por el tema dólar y hay señales desfavorables, como la toma de terrenos y inestabilidad con el esquema tarifario”, señaló. Coincidió con esta postura Walter Carvalho. El economista advirtió que la pandemia continuará y será necesario aprender a vivir en la nueva normalidad para reactivar la economía. “Esto dependerá también del nivel de apertura que permita el Gobierno nacional. El turismo extranjero, por ejemplo, está permitido en Capital Federal, pero no en el interior. Si todas las actividades estuvieran en funcionamiento sería otra la dinámica de la economía y se podría pensar en la generación de empleo”, subrayó el economista.