Con una inflación que en las previsiones más “optimistas” cerraría el 2022 en un 80% y un dólar blue que en apenas unas horas llegó a los $280, es de esperar que las miradas de desconcierto viren hacia los economistas para intentar entender cuáles podrían ser las consecuencias de que haya renunciado Martín Guzmán y lo suceda Silvina Batakis. Más allá de las diferencias en la mirada, los consultados coinciden en que mucho dependerá de cómo se constituya el resto del Ministerio de Economía, si se mantiene el acuerdo con el FMI y si se resuelve la crisis política.
Dante Moreno, economista asesor del PJ, señaló que la primera reacción del mercado se dio con la suba de la cotización del dólar blue, pero recomendó esperar a ver si en los próximos días, una vez que la nueva ministra anuncie las medidas que va a implementar, se logra morigerar el impacto. Por lo pronto, explicó, se ha producido un incremento de la demanda de dólares impulsada por el aguinaldo. Con el correr de los días esa presión debería ir cediendo poco a poco. “Cuando uno mira el tipo de cambio de los socios comerciales de la Argentina, el dólar oficial está por debajo del valor lógico. Mientras esta cotización ha tenido una devaluación diaria del 0,15%, el UVA ha ido creciendo un 0,2% por día; lo que evidencia que se ha quedado por debajo de la evolución de la inflación”, subrayó.
También mencionó que es de esperar un cierto recelo por parte del sector agropecuario, ya que Batakis fue la que impulsó la mejora en la recaudación de las explotaciones agropecuarias; es decir, las retenciones.
Sin embargo, Moreno comentó que la flamante funcionaria dijo que va a cumplir lo pactado con el FMI, que es un primer mensaje que debería aportar tranquilidad a los inversores internacionales, aunque todo dependerá del apoyo que su gestión obtenga por parte del Frente de Todos y el consenso al que se llegue con la oposición.
El economista sumó que Batakis va a necesitar un equipo para diseñar medidas, que no sólo tendrán un objetivo económico, sino también político, de cara al 2023. “Se necesita un plan económico que se pueda discutir con el oficialismo y parte de la oposición, y transmitir de forma concreta a la población”, planteó.
Por otro lado, planteó que entre sus principales metas debería estar poner una barrera a la inflación, ya que consideró evidente que Guzmán no pudo controlar la suba de precios, en parte porque su experiencia profesional lo preparaba más para la renegociación de la deuda que para el manejo de la economía real. De hecho, resaltó que el motivo del alejamiento con el kirchnerismo se fundamentó en que, con respecto a estas acciones concretas, fue más ortodoxo que heterodoxo.
Situación crítica
Gustavo Reyes, economista del Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea), volvió a plantear dos imágenes para entender la realidad económica del país. Una, de la de un asado que se está preparando con muchas garrafas al lado de las llamas, que representan las tasas de inflación del 5% al 7% de los últimos tres meses. Otra, la de un país que está caminando por una especie de cornisa que, en el año y medio que le queda al gobierno de Alberto Fernández, podría hacerse un poco más ancha o angostarse, en función de muchas variables, pero, sobre todo, del contexto externo, las peleas políticas y el cumplimiento -o no- con el FMI.
En cuanto a lo que pasó el fin de semana, ilustró que una de las garrafas explotó y el camino de la cornisa se hizo mucho más angosto. Es decir, que la situación ya era complicada y ahora se complicó mucho más. Y si bien planteó que Bataki es una persona conocida y preparada, no se sabe qué va a hacer ni cuál va a ser su equipo de trabajo.
Reyes analizó que hay cosas que podrían favorecer que la cornisa se ensanche, pero no las puede manejar el gobierno, como el contexto internacional. Si bien la guerra hizo que los precios internacionales de algunos productos que exporta Argentina sean los mejores de los últimos 30 años, también está provocando que suban la inflación y las tasas de interés en el mundo, mientras que el dólar se empieza a fortalecer, lo que podría afectar el valor de las commodities e impactar en la economía argentina.
Pero, “puertas adentro”, se puede reducir el nivel de incertidumbre, que se traduce en que la gente no quiere tener pesos y eso se traslada a la suba del dólar y la inflación; una vez más, las chispas del asado que pueden hacer explotar otra garrafa y hacer más angosta la cornisa. Y otra variable es el acuerdo con el Fondo y si bien Batakis llega con un acompañamiento político importante, se debe esperar a ver lo que va a hacer.
En cuanto al dólar, el economista del Ieral manifestó que es el “ticket de entrada al Arca de Noé” y que, cuando el tiempo está soleado, nadie piensa en comprarlo, pero cuando se avecina una tormenta, muchos están dispuestos a pagar lo que sea para asegurarse un lugar en el barco. Y el fin de semana, se oscureció el panorama. Pero también coincidió en que el valor del blue está bajo, ya que, en diciembre, cuando se temía que no se iba a lograr un acuerdo con el Fondo, era de $200 y, con la suba de precios, ahora debería estar por encima de los $300.
Reyes consideró poco probable que la cornisa se transforme en vereda, porque para eso sería necesario mucha confianza en el gobierno, un equipo económico fuerte y un panorama político más homogéneo. Como esto no va a suceder, planteó que lo que se le puede pedir a la nueva ministra es que la ensanche un poco, para que no caigamos. Y que esto suceda, depende, fundamentalmente, del clima político y que se logren cumplir las metas acordadas con el FMI (algo que se presenta como muy complicado).
Por su parte, Sebastián Laza, asesor del Ministerio de Economía y Energía de la provincia, manifestó que, a nivel nacional, hay un desorden generalizado y que la nueva ministra de Economía no ofrece ninguna garantía de poder mejorar la situación macroeconómica, por lo que, desde el gobierno provincial, anticipan que seguirá alta la inflación y habrá más inestabilidad con los dólares paralelos.
Sin embargo, expresó que lo que les preocupa particularmente es que se haya profundizado el cepo a las importaciones, ya que Mendoza importa insumos industriales y bienes intermedios, por lo que, con estas limitaciones, se ven afectados los procesos productivos locales.
Como contraparte, Laza señaló que podría llegar a ser beneficioso es que, mientras más alto esté el dólar, más atractivo resulta el país para los turistas extranjeros y la provincia es una plaza turística importante. Pero en cuanto a otras expectativas, sostuvo que no ven con buenos ojos la llegada de Batakis al Ministerio de Economía, porque “claramente, está a la izquierda de Guzmán”.