El 84% de las pymes mendocinas planean aumentar salarios por debajo de la inflación

El dato surge de una encuesta realizada por una consultora local de Recursos Humanos. El porcentaje alcanza el 65% cuando se trata de grandes empresas.

El 84% de las pymes mendocinas planean aumentar salarios por debajo de la inflación
Más del 80% de las pymes y el 65% de las grandes empresas de la provincia planea aumentar los salarios por debajo de la inflación en 2023

Un relevamiento realizado por una consultora mendocina de Recursos Humanos mostró que el 84% de las pymes de la provincia tiene previsto dar aumentos por debajo de la inflación. Sólo 9% de las consultadas planea quedar a la par de la suba de precios y apenas un 7% superarla. Cuando se trata de grandes empresas, el 65% quedará detrás de la evolución general del costo de vida, 17% estará en los mismos niveles y el 17% otorgará incrementos que permitirán a sus empleados mejorar su poder adquisitivo.

Los datos surgen de la sexta edición de la encuesta salarial, que desarrolla la consultora Perfil Humano, y que analiza los rangos salariales de más de 80 posiciones, tendencias de ajustes semestral y anual, y los principales beneficios que otorgan los empleadores. Del relevamiento participaron 78 empresas de Mendoza y San Juan, de las que 70% son pymes y 30% grandes.

Un factor para considerar es que la consulta se desarrolló en julio, antes de la importante devaluación posterior a las PASO, que estiman llevará la inflación a otro nivel. Algunos de los asistentes a la presentación de los resultados, que se realizó ayer el auditorio de Red Couch, plantearon que realizarán nuevos ajustes, que no habían planificado, en setiembre u octubre. También manifestaron estar a la espera del decreto del bono para trabajadores privados, para entender qué impacto tendrá en los ingresos de los colaboradores.

De ahí que los porcentajes de aumento que muestra la encuesta -es decir, qué empresas pensaban ajustar entre 31% y 40%, por ejemplo- hayan quedado posiblemente desactualizados, pero tal vez se sostenga la estimación de pérdida de poder adquisitivo de los salarios frente a la inflación.

El relevamiento arroja que, en julio, 53% de las pymes planificaban dar aumentos entre el 91% y el 110% en todo 2023. Esto implicaba un desfasaje de hasta casi 30 puntos frente a un IPC (Índice de Precios al Consumidor) que, hasta antes de la devaluación, se proyectaba entre el 111% y el 120%. Sin embargo, algunas tenían planeado aplicar incrementos inferiores -15%, entre 81% y 90%, y 14% aún menos-, con lo que la brecha podía alcanzar los 40 puntos o más.

Para el caso de las grandes empresas mendocinas, 35% manifestó que iba a aumentar los salarios entre 91% y 110%; 13%, entre 81% y 90%; y otro 13%, entre 71% y 80%. En este último caso, para quedar hasta 50 puntos por detrás de la inflación, estimada en ese momento entre 111% y 120%.

Esto abrió la consulta a qué medidas estaban analizando tomar las empresas participantes post devaluación, como también al comentario, por parte de los directores de Perfil Humano, de que la alta rotación en el mercado laboral responde a dos cuestiones fundamentales. Por un lado, el cambio de mirada que se produjo con la pandemia, que llevó a que los colaboradores prioricen la flexibilidad y una mayor calidad de vida. Pero por otro, la pérdida acumulada de capacidad de compra de los salarios, que lleva a que más empleados busquen cambiar de empresa para poder recuperar ingresos.

Estimaciones

En el primer semestre de este año, los salarios aumentaron, en promedio, un 42%, mientras la inflación acumulada en el mismo período alcanzó el 50,7%. Es decir que el poder adquisitivo de los asalariados perdió 8 puntos. Previo a la devaluación y a las medidas anunciadas por el Gobierno nacional para compensar la escalada de precios, se esperaba que los ingresos quedaran unos 20 puntos por detrás en 2023.

En una nota reciente de Los Andes, Paula Pía Ariet, economista y directora de Gestión Consultores, señaló que los salarios tendrían un aumento de 110% a 120% en promedio en 2023. Y que, de ser así, quedarían unos 20 puntos por detrás de la inflación proyectada, que rondaba el 140%. Una vez más, con anterioridad al efecto post PASO. Consultada nuevamente, indicó que aún no se conocen los indicadores que permitirán ajustar estas previsiones.

El economista Jorge Day, del Ieral (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea), indicó que los salarios vienen aumentando a un 110% interanual (a junio), mientras los precios están subiendo a un ritmo del 127%. La devaluación generaría una inflación mensual superior al 10% en agosto y, posiblemente también en setiembre, y todo parece indicar que los salarios aumentarán a menor ritmo. Sin embargo, señaló que las medidas nacionales podrían ayudar a paliar, en forma transitoria, la caída del poder de compra de los asalariados.

Por su parte, Raúl Mercau, economista e integrante del Observatorio Económico de la FEM (Federación Económica de Mendoza), explicó que todavía no se ha publicado el índice de agosto, por lo que no se puede saber con precisión cuál va a ser el impacto de la devaluación en la suba de precios, aunque indicó que las principales consultoras han calculado que estaría entre el 12% y el 14%.

Sumó que tampoco se conoce cuál ha sido el incremento promedio de los salarios durante el mes de agosto, pero que, en principio, si no hubiera aumentos, se produciría una pérdida de poder adquisitivo de ese 12% a 14%. Y que, aunque haya subas salariales, probablemente no alcancen ese porcentaje.

Mercau añadió que el consumo está altamente correlacionado con la evolución del salario real, por lo que es de esperar que la devaluación también impacte en las ventas. De hecho, ya venían cayendo en algunos rubros, tanto del consumo de corto plazo, como el de los bienes durables, de mediano y largo plazo.

Señaló que el Gobierno anunció los bonos para el sector público y privado para intentar compensar el descenso del poder adquisitivo. Y resaltó que estas medidas tienen a favorecer más a los sectores de menores ingresos -porque representan una mayor proporción de sus haberes-, mitigan el efecto negativo en el consumo y tienen un alto componente redistributivo.

Consumo

La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) difundió ayer su Indicador de Consumo (IC), que tuvo un retroceso, en julio, de 1,6% en comparación con el mismo mes del año pasado y de 1,8% con respecto a junio (desestacionalizado). El informe suma que se observó una significativa contracción del poder de compra de los hogares y que se llegó a los diez meses consecutivos con variaciones interanuales negativas.

“El sostenimiento en el signo negativo de la balanza comercial, la golpeada recaudación efecto de la sequía, la contracción económica y la continuada caída de reservas, sumado a las metas fiscales planteadas por el FMI, limitan el impulso de políticas públicas que recompongan los salarios y que puedan incentivar el consumo”, plantean desde la CAC. Añaden el salto en el tipo de cambio post elecciones primarias “indica que la inflación de agosto 2023 sería mayor y, consecuentemente, implicaría un nuevo deterioro de los ingresos reales y, por tanto, en el IC”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA