Con los datos de inflación de julio y agosto, el Banco Central decidió “incrementar una vez más la tasa de política monetaria y consolidar así el proceso de normalización de la estructura de tasas de interés activas y pasivas de la economía para ubicarlas en un terreno positivo en términos reales”. Si bien con esto se logra que las inversiones en plazos fijos (e instrumentos similares) obtengan rendimientos que igualen o incluso superen la inflación, también se encarece considerablemente la toma de créditos, lo que amenaza a la actividad productiva de Mendoza y del resto del país.
De hecho, industriales metalúrgicos, de la provincia mantuvieron una reunión con autoridades del Gobierno provincial para trasladar esa inquietud a la Nación y que se gestionen financiamientos diferenciales para las Pymes.
“Las tasas de las líneas de crédito a la inversión productiva y de capital de trabajo para Pymes se han visto incrementadas, al tiempo en que hay pocas opciones”, destacó al respecto Mariano Guizzo, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet).
Consultado por Los Andes sobre los efectos de la suba de tasas, Guizzo explicó que “hoy un crédito de Capital de Trabajo tiene alícuotas que rondan los 60 o 65 puntos, por lo que se vuelven inaccesibles y de corto plazo. Sucede lo mismo con los créditos a la inversión productiva, con tasas que están encima del 50%”.
“En los últimos dos años hubo acceso al crédito y eso impulsó un crecimiento de la actividad industrial, pero la suba de tasas, que apalancó el rendimiento de los Plazos Fijos, también se trasladó a las tasas para acceso al financiamiento de las Pymes. Es complicado, porque además no hay cupo, y eso enfría la economía”, agregó.
En este marco, desde Asinmet se reunieron con autoridades del ministerio de Economía de Mendoza, junto a otras asociaciones empresarias, para responder sobre los factores que afectaban la competitividad de cada sector, y elevar esos reclamos a la Nación. “Uno de los temas planteados fue el financiamiento”, cerró Guizzo.
Programa “pro-empresario”
Según Daniel Ariosto, titular de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, la toma de créditos en el sistema financiero, a través de los bancos, es muy difícil por su alto costos ya desde hace mucho tiempo, pero con el aumento de las tasas activas, se complicó mucho más.
“No pedimos subsidios. Lo que UCIM siempre ha pregonado es la necesidad de que se desarrolle un programa pro-empresario que sea abarcativo en varias áreas, como la referida al crédito y al sistema impositivo. Solicitamos un proceso de facilitación que permita tomar un préstamo que sea útil para las diversas actividades productivas (comercio, servicios e industrias), ya que su implementacion favorecería la generación de empleos registrados y presentes en la actividad formal”, añadió Ariosto.
Créditos para la cosecha
Nicolás Vicchi, subgerente de ACOVI (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), se refirió al problema de la subas de te asas como una situación que hoy complica a los productores, pero que en un futuro cercano podría ser una limitante todavía mayor.
“El aumento de tasas esta limitando fuertemente el acceso al financiamiento para inversiones y capital de trabajo. Quedan pocas líneas convenientes a nivel nacional, como por ejemplo del CFI (Coviar es ventanilla) y a nivel provincial el Fondo de la Transformación”, destacó.
“Nos preocupa cómo seguirá la política financiera, ya que debemos comenzar a planificar el sistema de crédito para la temporada de cosecha. Si se mantiene esta tendencia de tasas altas será un gran limitante para los productores, ya que es una época donde se necesita contar con un flujo de dinero importante y en poco tiempo”, concluyó.
Aumentar los precios para pagar los créditos
El economista Jorge Day, del Ieral Mendoza (Fundación Mediterránea) indicó que las empresas deben ser más cautas a la hora de tomar un crédito, frente al mayor costo de los préstamos, pero también, ante la incertidumbre que genera la inflación:
“Esa incertidumbre implica dudas sobre los aumentos futuros en los precios de los productos de la empresa solicitante del crédito. Si aumentan poco, será más complicado pagar el crédito. La otra duda es sobre el nivel de ventas. Si la economía entra en una recesión, será más difícil vender, y así también complicará la devolución de los pesos que le prestarían”, comentó.
“No estando claros los beneficios de tomar un crédito (debido a un horizonte incierto de la economía argentina), y siendo más costosos, es lógico que disminuyan los préstamos. Esto terminará impactando negativamente sobre la actividad económica”, concluyó.
En la misma línea, un reporte de la consultora Analytica advierte que la crisis que forzó a la gestión de Alberto Fernández a implementar políticas de aumento de tasas, endurecimiento del cepo y reducción del gasto público, “de manera inexorable provocará una caída en el nivel de actividad”.
Así, las alertas se encienden porque, con mayores tasas, sumado al “intento de poner límites explícitos a la reapertura masiva de negociaciones salariales”, se afectará directamente al consumo, “el principal motor de corto plazo de la demanda agregada”.
En la actualidad, según el estudio que dirige Ricardo Delgado, el crédito bancario al sector privado (en pesos y en dólares) se ubica en mínimos históricos. “Mientras en 2010 el financiamiento a empresas representaba 5,8% del PBI, hoy apenas llega al 4,7%”, añaden.
“El Gobierno puede intentar atenuar las consecuencias del enfriamiento a través del crédito bancario a familias y empresas. Sin embargo deberá modificar la actual política crediticia”, advierten.
Créditos a tasa subsidiada
Desde el ministerio de Economía de Mendoza destacaron la oferta del Fondo para la Transformación, con tasas muy por debajo del mercado, como “una de las principales fuentes de financiamiento para la producción”.
El Fondo tiene nueve líneas vigentes: inversión, para maquinarias, mejoras y refacciones; malla antigranizo; eficiencia hídrica, para la compra de equipos de riego y obras complementarias; capital de trabajo, para la compra de insumos y materia prima; eficiencia hídrica contra heladas; ganadería; capital de trabajo para contingencias climáticas; turismo y servicios asociados, para Mipymes del sector; y electrificación rural.
Las tasas de interés varían de acuerdo al tamaño de la empresa en cada caso, y pueden ir desde el 23,11% en el caso de “micro agro” o 38,51% para las “micro empresas” y hasta el 53,91% para las “Medianas empresas”.
De igual manera, los montos a financiar también varían según la categoría del socilicitante. Así, para “inversión”, una empresa “micro agro”, puede solicitar hasta $5.120.000, con un financiamiento del 80% del proyecto; mientras que una “mediana de tramo 2″, puede pedir hasta $81.920.000 para financiar el 50% de un proyecto de inversión.
En cuanto a los requisitos, se solicitan garante propietario o con bono de sueldo (créditos hasta $750.000), hipotecario, prenda, o el aval de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), pero aseguran que se han reducido los plazos desde que se solicita un crédito, y hasta que se otorga.
