El Banco Central flexibiliza el cepo a importadores para evitar desabastecimientos

Para que no se trabe la producción nacional, autoriza el pago de deudas comerciales con el exterior dentro del límite de u$s 1 millón de acceso directo al mercado de cambio. Es para descomprimir la cadena de pagos en dólares.

El Banco Central flexibiliza el cepo a importadores para evitar desabastecimientos

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) resolvió este miércoles autorizar el pago de deudas comerciales con el exterior, aunque dentro del límite de u$s 1 millón de acceso directo al mercado de cambio, que ya rige para la realización de pagos anticipados de importaciones.

Además, tras su habitual reunión semanal, el directorio de la autoridad monetaria decidió liberar el pago de las cartas de crédito emitidas por bancos internacionales a favor de importadores locales al momento de su efectivo vencimiento.

“Me parece que están queriendo descomprimir la tensión de la cadena de pagos en dólares ante un cepo tan brutal: son parches, pero algo es algo”, sostuvo la directora de un banco luego de conocer la medida.

Para Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores, se trata de un avance muy importante, máxime en el tema de la carta de crédito.

De todas formas hace hincapié en “que siguen dando sólo 90 días desde que se saca el anticipo hasta que se ingresa la mercadería, lo que resulta imposible en la práctica. Si viene desde Oriente menos que menos, pero aunque sea un producto semi elaborado que deben producir en Europa tampoco lo pueden hacer en 90 días. Y siguen dando 270 días para los bienes de capital, cuando es imposible que te fabriquen una máquina o una línea de producción en menos de un año”.

A su juicio, falta sentido común: “Deberían entender la problemática, hoy el importador se debate para obtener una licencia no automática, tienen parada la mercadería en puerto desde hace más de tres meses. Entre la presión del BCRA son sus normativas, la AFIP con la capacidad económica financiera y la Secretaría de Comercio que no libera las licencias, es un cóctel destructivo, porque no hay una sola industria que produzca algo sin tener algún insumo importado”. E

l ex subsecretario de Industria y Comercio Miguel Ponce coincide con este diagnóstico: “Iba a empezar a haber desabastecimiento en algunas ramas industriales, ya que había muchos sectores que tenían parados determinados insumos que ya estaban en puerto, por lo que iba a haber desabastecimientos de productos terminados. Por la recesión, se estaba importando menos en dólares que el año pasado, así que en el Central tampoco podían decir que se estaban superando esos parámetros”.

Incluso, nota un ambiente de negocios algo más amigable a partir de la posibilidad de que haya acuerdo con los holdouts: “En este contexto, hubiera sido una muy mala señal un conflicto con el sector externo vinculado a la producción, ya que parar las importaciones equivale a parar la producción nacional”, completa.

Para el analista Mauro Cognetta, las medidas cambiarias deberían ir relajándose al compás del arreglo de la deuda, por lo que entiende se deberían crear las condiciones para liberar las restricciones: “Tuvieron su efecto positivo, porque las reservas dejaron de caer, el MEP y el CCL bajaron, por lo cual ahora la bisagra que permita aflojar con estas medidas tan restrictivas será el arreglo de la deuda”.

Andrés Méndez, titular de AMF Economía, entiende que estas medidas van a dar mayor fluidez a los compromisos con el exterior, aunque la estrategia del Central de cuidar las reservas sigue estando afectado por la amplia brecha que separa al MULC del resto de los dólares: “Este diferencial desalienta el ingreso de divisas (por ej. subfacturación de exportaciones) y entorpece el normal abastecimiento de quienes concurren a adquirir divisas para girarlas (por diversos motivos) al exterior”.

A su juicio, falta sentido común: “Deberían entender la problemática, hoy el importador se debate para obtener una licencia no automática, tienen parada la mercadería en puerto desde hace más de tres meses. Entre la presión del BCRA son sus normativas, la AFIP con la capacidad económica financiera y la Secretaría de Comercio que no libera las licencias, es un cóctel destructivo, porque no hay una sola industria que produzca algo sin tener algún insumo importado”.

El ex subsecretario de Industria y Comercio Miguel Ponce coincide con este diagnóstico: “Iba a empezar a haber desabastecimiento en algunas ramas industriales, ya que había muchos sectores que tenían parados determinados insumos que ya estaban en puerto, por lo que iba a haber desabastecimientos de productos terminados.

Por la recesión, se estaba importando menos en dólares que el año pasado, así que en el Central tampoco podían decir que se estaban superando esos parámetros”. Incluso, nota un ambiente de negocios algo más amigable a partir de la posibilidad de que haya acuerdo con los holdouts: “En este contexto, hubiera sido una muy mala señal un conflicto con el sector externo vinculado a la producción, ya que parar las importaciones equivale a parar la producción nacional”, completa.

Para el analista Mauro Cognetta, las medidas cambiarias deberían ir relajándose al compás del arreglo de la deuda, por lo que entiende se deberían crear las condiciones para liberar las restricciones: “Tuvieron su efecto positivo, porque las reservas dejaron de caer, el MEP y el CCL bajaron, por lo cual ahora la bisagra que permita aflojar con estas medidas tan restrictivas será el arreglo de la deuda”.

Andrés Méndez, titular de AMF Economía, entiende que estas medidas van a dar mayor fluidez a los compromisos con el exterior, aunque la estrategia del Central de cuidar las reservas sigue estando afectado por la amplia brecha que separa al MULC del resto de los dólares: “Este diferencial desalienta el ingreso de divisas (por ej. subfacturación de exportaciones) y entorpece el normal abastecimiento de quienes concurren a adquirir divisas para girarlas (por diversos motivos) al exterior”.

Mariano Gorodisch

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