El día después: ante la presión cambiaria, el Gobierno ratifica que no devaluará más fuerte

Todas las cotizaciones corren desde atrás a la inflación. El blue se desinfló 6,50 pesos este viernes. Economistas evalúan que si el Gobierno no hace cambios, la tensión se irá incrementando.

El día después: ante la presión cambiaria, el Gobierno ratifica que no devaluará más fuerte
Dólar hoy: a cuánto cotiza

La última rueda cambiaria antes de las elecciones expuso como nunca en 2021 la pulseada entre el mercado y el Gobierno, que intenta con el cepo evitar una devaluación abrupta del peso y mantener su política de depreciación por goteo. La gran pregunta ahora es: “¿Qué va a pasar el lunes?”.

El Banco Central tuvo que vender nada menos que 290 millones de dólares en cinco horas este viernes. La demanda fue alta por el pago anticipado de importaciones. La oferta privada casi no apareció. En ambos casos, por una especulación sobre un eventual salto del dólar después de las elecciones.

El panorama es nuboso, confuso. El llamado “dólar blue” –el único de cotización completamente libre- sorprendió al desinflarse 6,50 pesos (3,15%): cerró en 200 pesos para la venta. En la semana había llegado a 207 en el centro porteño y a 2010 en el conurbano bonaerense.

Desde que se inició el año, el incremento en la cotización es del 20,5%. Corre desde atrás a una inflación del 41,8%. Las cotizaciones bursátiles, en las que el Banco Central sí interviene vía venta de bonos, cerraron en 184 pesos. En estas últimas, hay una pulseada directa y la suba alcanza el 31% en lo que va del año.

En los bancos, el tipo de cambio minorista cerró en los 105,82 pesos, lo que posicionó la cotización “solidaria” -que contempla una presión impositiva del 65%- en los 174,60 pesos. Las ventas del Central se dieron para no convalidar una devaluación más pronunciada que la “por goteo” que se viene dando hace 21 meses. El precio mayorista cerró a 100,22 pesos para la venta; en el año sube 19%.

Visiones opuestas y matices

“¿Qué va a pasar con el dólar la semana que viene?”, le consultó este diario a un alto funcionario del Gobierno nacional. “Nada, no va a pasar nada, todo va a seguir como hasta ahora”, fue la respuesta.

Los que manejan la botonera en la gestión de Alberto Fernández niegan que se vaya a convalidar una devaluación y rechazan además que se esté evaluando un desdoblamiento cambiario. Ratifican, en cambio, la política de administración del comercio exterior.

Ricardo Delgado, economista y presidente de la consultora Analytica, analizó que el mayor desafío para el Gobierno después de las elecciones será “evitar una nueva crisis”. Según dijo, es posible hacerlo porque aun “es evitable un fogonazo inflacionario”.

Según Delgado, el comportamiento del dólar estará ligado a las señales que dé el Gobierno después de las elecciones. “Si muestran que toman en serio a la inflación y que van a un acuerdo con el FMI, la cosa puede parar. Sino, se pueden seguir sintiendo cimbronazos”, dijo.

El economista Juan Carlos de Pablo analizó que lo único que genera movimientos abruptos en las cotizaciones son las sorpresas. “Si el oficialismo da vuelta la elección, el lunes habrá novedades sobre el dólar. Pero la probabilidad de que eso ocurra es bajísima”, consideró al explicar por qué bajó el “blue” el viernes.

Para De Pablo, no habría que esperar grandes cambios en lo que se conoce hasta aquí. Según dijo, no le consta y tampoco trascendió información acerca de un cambio de plan para la economía.

Natalia Motyl, de la Fundación Libertad y Progreso, analizó hasta aquí, el peso se venía devaluando pero el ritmo no se sentía tanto porque el dólar caminaba la misma senda, aunque más lento. Ahora, el ritmo de devaluación del peso podría acelerar porque está previsto que Estados Unidos tienda a apreciar el dólar por sus propios problemas de inflación, lo que dejaría la moneda argentina aún más expuesta, lo que se va a sumar a los graves problemas macroeconómicos propios del país y a la crisis de confianza sobre el Gobierno, evaluó Motyl.

Diego Giacomini, también economista, se mostró más pesimista porque toda la emisión monetaria de este año “todavía no terminó de hacer efecto” en términos inflacionarios y de valor del peso. E incluso el Gobierno seguirá emitiendo en 2022 y 2023 para cubrir el déficit. “La devaluación y la inflación van a ser ascendentes”, dijo el Giacomini en declaraciones a la radio porteña Milenium.

Números y política

La variable cambiaria se mueve en un escenario que está marcado por una inflación anual del 52,1% aun cuando los precios regulados están dentro de un “cepo” oficial, al menos hasta fin de año. En paralelo, hay una reactivación económica: el gobierno espera que el año cierre con un repunte del 9%.

La mayoría de los economistas, más allá de sus bibliotecas, coincide en que la aceleración inflacionaria es producto de la elevada emisión monetaria con la que se financió el impacto de la pandemia de Covid-19. La asistencia monetaria este año ya alcanzó 3,1% del PIB y el año pasado había sido del 6,3%: son más de 3 billones de pesos de emisión sin respaldo.

La reconocida consultora financiera Vatnet Research publicó un análisis en el que señala que no solo hay que mirar las variables macroeconómicas, sino la cuestión política. Y señala que la “presumible derrota electoral” del oficialismo haría pronosticar mayores disensos en su seno. A partir de ello, podría sobrevenir una polarización entre los sectores más vinculados con la vicepresidenta Cristina Kirchner frente al peronismo tradicional liderado por gobernadores y sindicalistas. Y “las peleas entre los timoneles en medio de una tormenta financiera no suelen resultar en buenas noticias para los mercados”.

Para los analistas de Vatnet, no hay dudas: “Los vaivenes han repercutido sobre las diversas cotizaciones cambiarias, augurando un aumento en el ritmo de devaluación oficial pasadas las elecciones del 14 de noviembre”.

El Central, bajo fuego

En este contexto, el Banco Central acumuló ventas netas por unos 634 millones de dólares en lo que va de noviembre. No es un nivel dramático si se considera que en 2019 las ventas habían alcanzado los 2.862 millones; en 2017 fueron 1.490 millones; y en 2015 fueron 1.905 millones, de acuerdo con datos aportados por el analista Gustavo Quintana.

La demanda de divisas se fue incrementando a medida que se acercaron las elecciones. El volumen negociado el viernes en el segmento de contado fue el más alto desde el 25 de octubre de 2019, indicó Quintana.

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