A la magra cosecha de uva de este año producto de las contingencias climáticas, el sector vitivinícola está atravesando una crisis que tiende a agravarse a medida que pasan los días. Los despachos de vino al mercado internacional, cayeron en lo que va del semestre por encima del 30%.
Ante esta situación las voces comenzaron a alzarse y solicitaron cambios profundos que impliquen un tipo de cambio diferenciado que incentive realmente las exportaciones en las economías regionales, ya que el dólar agro nunca funcionó para ese fin.
También reclamaron la quita de retenciones y hasta acelerar los pagos a los proveedores externos para no paralizar a las industrias ante la falta de insumos de primera necesidad que son importados.
Luz roja en la vitivinicultura
Antes estaban en alerta, ahora encendieron la luz roja de alarma. Las exportaciones de vino fraccionado y también a granel ingresaron en una espiral descendente que amenaza a toda la industria del vino.
Según el informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) el panorama es altamente desalentador.
En el primer semestre de este año se exportaron 96,5 millones de litros, esto representó una retracción del 31,7% en comparación al mismo periodo en 2022, es decir que se vendieron en el mercado internacional 44,8 millones de litros menos que el año pasado.
Al realizar el desglose, entre enero y junio del 2023 las exportaciones disminuyeron un 26,8% en lo que son vinos fraccionados y un 44.5% en vinos a granel.
Esta caída en los despachos al exterior repercutió fuertemente en la industria vitivinícola con una merma en la facturación de 90.000.000 de dólares, según los datos aportados por la Cámara Argentina de Vinos a Granel.
Lo venían advirtiendo
Desde que lanzaron oficialmente el dólar agro y luego fueron apareciendo las reglamentaciones, las entidades vitivinícolas hicieron foco en los aspectos del Programa de Incentivo Exportador que más que ayuda significarían problemas: los tiempos de vigencia, el tipo de cambio fijo y también la obligación de sumarse a precios justos.
Es así que a más de tres meses de la presentación del programa, todas las inquietudes que se formularon terminaron siendo una realidad al punto tal que menos de 20 bodegas lograron exportar dentro de ese régimen.
En el comunicado que emitió Bodegas de Argentina aseguraron que la caída en las exportaciones “se debe fundamentalmente a la falta de competitividad del tipo de cambio, frente a los incrementos de costos que han tenido los componentes de los productos (insumos de packaging, materias primas, mano de obra y gastos en general)”.
“Todos nos entusiasmamos con que existiera un tipo de cambio diferencial para las economías regionales, pero luego cuando se conoce la letra chica y se implementa desalentó mucho a las bodegas. Nosotros les íbamos indicando que no eran positivos algunos puntos de la reglamentación pero quedó así y al final muy poquitas se sumaron”, agregó Milton Kuret, director de Bodegas de Argentina.
En la misma línea opinó José Bartolucci, presidente de la Cámara Argentina de Vinos: “No hubo impacto del dólar agro en las exportaciones, fue escasa la participación de las empresas, no hubo ni tiempo ni condiciones para que el llamado dólar Malbec funcionara ni diera un impulso a las exportaciones”.
En este sentido, desde las entidades pidieron casi a gritos que se ponga en práctica un “un dólar diferencial” que realmente incentive a las economías regionales a exportar ya que son fuente de “mucha mano de obra frente, por ejemplo, a la soja”.
“Le pedimos a la gente del gobierno que deje un solo dólar y si no es así por lo menos que exista un dólar que sea competitivo, lo quisieron con el dólar agro pero le pusieron tantas trabas y lo dejaron fijo, que ya sabíamos que no iba a servir”, dijo Fabián Rugreri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi).
“Ya habíamos advertido que el precio tenía que ser otro y que tenía que incluir una cláusula de ajuste automático, que podía estar ligado al tipo de cambio oficial, no se hizo y no funcionó”, añadió Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Los cambios que reclaman en el dólar agro
Todas las entidades que representan al sector vitivinícola se plegaron al comunicado que emitió Bodegas de Argentina y reclamaron al unísono una revisión completa del Programa de Incentivo Exportador y como primera medida la implementación de un tipo de cambio especial pero que no sea fijo sino que pueda ir evolucionando a la par del dólar oficial.
Además sugirieron eliminar la obligatoriedad de ingresar a precios justos para acceder a ese nuevo dólar agro y no faltó el pedido, por enésima vez, de la quita del 4,5% de retenciones.
También solicitaron extender el tiempo para las operaciones. El actual dólar agro fue presentado con una ventana de cinco meses y está previsto que concluya a fines de agosto.
En cambio la lógica del negocio del vino exige unos 45 días para despachar la mercadería al exterior y después se suman otros 90 a 120 días para que se haga efectivo el cobro. Es decir que transcurren alrededor de 160 días desde el inicio de la operación hasta que finaliza.
Dentro de los requerimientos, pidieron que ese tipo de cambio diferenciado, beneficie a “todas las cobranzas pendientes de ingreso y liquidación”.
No estuvo ausente un eterno reclamo de todas las actividades productivas, convenios para eliminar aranceles. “Necesitamos que Cancillería haga su trabajo, cada vez que ingresamos a un país pagamos entre el 10% y 35% de aranceles mientras Chile tiene 0 arancelamiento y convenio con 150 países”, dijo Ruggeri.
Las importaciones también en problemas
El freno a las exportaciones por la falta de competitividad en los mercados mundiales por los problemas con el dólar no es el único inconveniente que afecta al sector del vino, también están las restricciones a las importaciones y la demora en el pago al exterior de insumos clave para el proceso de elaboración.
“Somos una industria que exporta productos finales y debemos abastecernos de insumos importados y abonar a nuestros clientes y distribuidores sus comisiones por ventas, acciones de promoción y publicidad, servicios de marcas, asistencia a ferias internacionales, asesoramientos, entre otros. El incumplimiento de pago en estos conceptos, genera falta de incentivos comerciales en los puntos de ventas”, detallaron desde Bodegas de Argentina.
En síntesis, “la falta de abastecimiento de insumos importados lleva a las empresas a situaciones de improductividad” y a su vez “afecta el cumplimiento de los tiempos de entrega acordados con los clientes del exterior”, resumieron.
Ante esta problemática reclamaron que el Gobierno agilice los pagos a los proveedores externos.