El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó este lunes que alcanzó con el gobierno de Alberto Fernández un acuerdo sobre la cuarta revisión de las metas y que se habilitó una modificación en los objetivos de acumulación de reservas del Banco Central para 2023, pero reclamó “un paquete de políticas más sólido”.
“El acuerdo está sujeto a la aprobación del Directorio Ejecutivo del FMI, que se espera se reúna en las próximas semanas. Una vez completada la revisión, Argentina tendrá acceso a alrededor de US$5.300 millones (DEG 4.000 millones)”, indicó el Fondo a través de un comunicado.
El organismo multilateral de crédito advirtió que “en un contexto económico más desafiante, particularmente la sequía cada vez más severa, se necesitan acciones de política más sólidas para salvaguardar la estabilidad, abordar el aumento de la inflación y los reveses de políticas, así como mantener el ancla del programa”.
Sobre esas observaciones, en el Fondo indicaron que se lograron avances en los siguientes tres puntos:
Política fiscal. Las autoridades están comprometidas en alcanzar el déficit fiscal primario del 1,9 por ciento del PIB en 2023 a través de controles continuos de gastos, una mejor focalización de los subsidios energéticos y de la asistencia social, y una mejor priorización del gasto de capital, al tiempo que protegen el gasto social y de infraestructura prioritario. Para cumplir con las metas de reducción del déficit y fortalecer la progresividad de los subsidios energéticos, las autoridades planean continuar implementando el esquema de segmentación acordado, eliminando los subsidios para los usuarios residenciales de mayores ingresos a partir de mayo y para los usuarios comerciales a fines de 2023. Se tomarán medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenible los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de pensiones para asegurar los objetivos fiscales para este año y los próximos.
Política monetaria y cambiaria. Para hacer frente a las continuas presiones inflacionarias, que han repuntado en los últimos meses, las autoridades pretenden mantener positivas las tasas de interés oficiales en términos reales. Mientras tanto, continuarán los esfuerzos para asegurar la competitividad externa y fortalecer la cobertura de reservas, que las autoridades planean complementar a través de la oportuna racionalización de la política cambiaria. También se comprometen a no utilizar reservas internacionales ni emitir instrumentos de deuda externa de corto plazo para intervenir en los mercados cambiarios paralelos.
Estrategia de financiación. Se está implementando con cautela y buena comunicación una estrategia proactiva de gestión de la deuda en el mercado local. Esto está ayudando a afrontar los vencimientos de deuda, especialmente en el segundo y tercer trimestre, movilizar el financiamiento interno y mejorar el funcionamiento del mercado de bonos y cambiario, evitando agregar vulnerabilidades en el futuro. Las autoridades continúan movilizando financiamiento oficial de fuentes multilaterales y bilaterales, incluso mediante la finalización de acuerdos bilaterales con los pocos acreedores restantes del Club de París. Estos esfuerzos ayudarán a mantener el financiamiento monetario directo del déficit fiscal a un máximo del 0,6 por ciento del PIB en 2023, en línea con los objetivos del programa.
Cambio en la acumulación de reservas
En el prestamista de última instancia que dirige Kristalina Georgieva confirmaron que también se habilitó una modificación en la meta sobre acumulación de reservas, pero evitaron precisar las nuevas variables: “Si bien se espera que políticas macroeconómicas más sólidas y esfuerzos para asegurar mejorar la cobertura de reservas y revertir las recientes pérdidas de divisas, se solicita una modificación del objetivo de acumulación de reservas internacionales netas para 2023″.
“Esto acomodará parcialmente el impacto cada vez más severo de la sequía, al mismo tiempo que tendrá en cuenta los efectos compensatorios de menores precios de importación de energía y las medidas de políticas acordadas. Se solicita que la mayor parte de esta acomodación se realice a principios de 2023, en consonancia con el impacto adelantado de la sequía”, precisaron.
“En el futuro, será esencial mantener políticas sólidas y adaptarlas según sea necesario a la evolución de las condiciones externas e internas. Las medidas cambiarias administrativas temporales no deben ser un sustituto de una política macroeconómica sólida”, remarcaron.
El cumplimento de las metas en 2022, en el FMI explicaron que “en el contexto de un entorno económico más complejo, la revisión se centró en evaluar el progreso de la implementación del programa, actualizar el marco macroeconómico y alcanzar acuerdos sobre un sólido paquete de políticas para abordar de forma duradera los desequilibrios macroeconómicos y limitar las vulnerabilidades futuras”.
“Todos los criterios de desempeño cuantitativo hasta fines de diciembre de 2022 se cumplieron con cierto margen. El déficit fiscal primario de 2022 alcanzó el 2,3% del PIB (frente a una meta del 2,5%), en particular debido al continuo sólido control del gasto y las acciones para mejorar la focalización de los subsidios y la asistencia social. Al mismo tiempo, las reservas internacionales netas aumentaron en U$S 5.400 millones (por encima de la meta de U$S 5.000 millones), debido a mejoras en la balanza comercial y un importante apoyo oficial. El PIB real se expandió un 5,4% en 2022 y la inflación anual alcanzó el 94,8% al final del período”, repasaron.