El día posterior al anuncio de un nuevo acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estuvo lejos del clima optimista que presume la posibilidad de que el país acceda a U$S 4.700 millones antes de fin de mes.
Posiblemente porque inversores y agentes económicos descontaban que el pacto iba a firmarse, dado que el programa aprobado es muchísimo más duro de lo que el más ortodoxo funcionario del FMI podía pedir, y por ende ya estaba incluido en todos los precios.
Tanto es así que el propio texto publicado por el FMI confirma lo adelantado por este medio: el organismo pone en cada renglón que es el Gobierno argentino el que propone las políticas y las ejecuta. “Nada nuestro”, les faltó escribir.
Al respecto, el economista Aldo Abram, sostuvo que el gobierno logró el apoyo del FMI porque el programa económico “es lo que piensan los organismos multilaterales y los gobiernos que lo integran”, pero al mismo tiempo remarcó que sus metas son más exigentes.
“El FMI nunca hubiese pedido que en ajuste fiscal fuera para que los recursos genuinos del Estado coincidieran con el gasto total. Como mucho hubiese pedido que cubran el gasto primario, menos los intereses. Pero el ajuste que lanzó Milei es para buscar que el BCRA no financie más al Tesoro, o sea el gasto primario más intereses”. Indicó el director de la Fundación Libertad y Progreso a este medio.
Frente a este escenario el FMI buscó reforzar el respaldo al gobierno de Milei y hoy sostuvo que la ley “tiene implicaciones fiscales importantes”.
“Esperamos que las autoridades continúen generando apoyo político para hacer avanzar aspectos clave de este proyecto de ley”, señaló la vocera del organismo, Juliet Kozack.
La portavoz formuló estas declaraciones en la primera conferencia de prensa del año que el organismo celebró en Washington y que tuvo como principal tema el caso argentino.
El ministro de Economía, Luis Caputo, advirtió que en caso que la “Ley Omnibus” no avance en el Congreso Nacional se deberán extremar las medidas de ajuste para lograr los objetivos.
Consultado por este medio el jefe del bloque de diputados oficialistas, Oscar Zago, afirmó que “hay buenas perspectivas para seguir acordando algunas medidas para adelante. Fueron las primeras medidas que hemos acordado para salir paliativamente del atolladero que tenemos hoy. Que confíe el ministro en nosotros, que vamos a sacar la ley”
El programa con el FMI establece que Argentina deberá lograr un superávit primario de 2% del PBI que será utilizado para el pago de deuda, dejando en equilibrio las cuentas fiscales.
“Sigue siendo el mismo programa, no hay uno nuevo” ya que lo que se hace ahora es reorganizar los desembolsos, poniendo más Derechos Especiales de Giro (la moneda del FMI) al principio y menos después para que no presionar sobre Reservas hasta cosecha gruesa”, opinó el economista Gabriel Caamaño, respecto a cómo quedó el perfil del flujo de fondos entre la Argentina y el FMI para lo que resta del año.
En esa línea recordó que de esta forma, en el segundo semestre del año el saldo para la Argentina será “muy negativo” a lo que deberán sumarse los vencimientos de los títulos públicos.
Esos compromisos son los que el Gobierno de Milei pretende cubrir con el superávit de 2% que se generará a partir de una mejor cosecha, el aumento de impuestos, y la reversión de la balanza energética.
Consultado por este medio, el jefe del bloque de diputados oficialistas, Oscar Zago, afirmó que “hay buenas perspectivas para seguir acordando algunas medidas para adelante. Fueron las primeras medidas que hemos acordado para salir paliativamente del atolladero que tenemos hoy. Que confíe el ministro en nosotros, que vamos a sacar la ley”
Dólar, con leves caídas
El dólar no tuvo oscilaciones de magnitud en la jornada posterior al acuerdo. El billete se pactó a $ 1.070 para la compra y $ 1.120 para la venta, con una baja de $ 30 en la jornada. Por momento amagó con perforar los $ 1.100 pero sobre el final de la rueda quedó solicitado.
En la Bolsa de Comercio el MEP cayó 2% a $ 1119, mientras que el Contado con Liquidación (CCL) retrocedió 2,8% a $ 1.149.
El Banco Central compró U$S 177 millones y lleva tomados más de U$S 3.700 millones desde el inicio de la gestión.
En tanto, en los mercados de futuro a fin de enero el billete se pactó a $ 830, mientras que a febrero quedó en $ 870 y a marzo en $ 975. Esto muestra que por el momento los operadores ven un posible salto en el último mes de este trimestre.
Por su parte, el MERVAL registró una caída de 2,5%, con mayoría de tildes rojos en la lista.
En cambio, los títulos de deuda operaron en alza, con avances de hasta 8% en el GD46D y 5,9% en el GD35D.
De esta forma el Riesgo País volvió a quedar por debajo de los 2000 puntos en 1.926 puntos básicos.