Los desafíos económicos de la Argentina quedaron el martes plasmados en las recientes proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que auguró más recesión y más inflación en el corto plazo.
La mala noticia se conoció mientras se esperan definiciones respecto al nuevo acuerdo que busca sellar el ministro de Economía y aspirante presidencial por Unión por la Patria Sergio Massa para acceder a los próximos desembolsos del Fondo y cubrir así los compromisos que restan en 2023.
Pero también en las últimas horas se intensificaron las quejas del sector empresarial sobre las medidas que implementó el gobierno nacional para tratar de sobrevolar la compleja crisis cambiaria que el lunes se materializó en un sobresalto del informal dólar “Blue”.
Al presentar su informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial, el FMI anunció que revisó a la baja sus cálculos sobre la Argentina: ahora, los analistas del organismo multilateral de crédito prevén que el 2023 cerrará con una recesión de 2,5% y que la inflación ascenderá al 120% anual.
Petya Koeva Brooks, subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo, reconoció que se trata de una “una revisión a la baja bastante significativa” respecto del diagnóstico que se planteó en abril, cuando se suponía que el PBI de la Argentina iba a terminar el año con mínimo avance de 0,2%.
Los mismos cálculos prevén que la economía mejorará en 2024 con un crecimiento de 2,8% impulsado por “la producción agrícola”, tal como indicó Brooks.
El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, indicó que el país “se enfrenta a una situación muy difícil, especialmente agravada por la sequía agrícola”, argumento con el que Massa promovió la discusión para conseguir algo de flexibilidad en las metas acordadas.
Más allá del comunicado conjunto para ponderar los avances de los equipos técnicos, siguen sin conocerse los términos que surgieron de la renegociación. Massa estimó que mañana se terminarán los pasos burocráticos propios del Fondo y que luego restará la bendición del board, instancia en la que el gobierno nacional confía en el respaldo del gobierno de los Estados Unidos.
Mientras tanto, los actores de la economía argentina decidieron salir en conjunto a criticar las nuevas disposiciones de la Casa Rosada para capear el drama cambiario. Este martes la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Unión Industrial (UIA) y el Foro de Convergencia Empresarial difundieron comunicados con duros cuestionamientos contra las recientes acciones oficiales, que incluyeron más complicaciones para acceder a dólares.
“El anuncio del Poder Ejecutivo sobre la creación de nuevos impuestos y el aumento de los ya existentes agrega un peso adicional a la carga tributaria que agobia desde hace tiempo a las empresas y a los ciudadanos en general, trabando la actividad productiva y desincentivando la inversión privada”, alertaron desde el Foro de Convergencia Empresarial.
Seguido, advirtieron que “es hora de que abandonemos la improvisación y la discrecionalidad y trabajemos en las soluciones de fondo de problemas que arrastramos desde hace años”.
En línea se pronunció la UIA al indicar que las medidas que entraron en vigencia en las últimas horas “impactan negativamente en la producción, limitando aún más el acceso a insumos necesarios para la industria”.
“Creemos que la Argentina debe contar con un plan macroeconómico a mediano y largo plazo. Para ello resulta muy importante lograr un acuerdo con el FMI que dé previsibilidad a los compromisos externos y a la administración de las reservas internacionales. Argentina atraviesa una coyuntura macroeconómica compleja, con dificultades que se acumularon en los últimos años (restricción de divisas y reducidas reservas internacionales, elevada inflación, déficit fiscal y restricciones de financiamiento tanto local como internacional). Sumado a este panorama adverso, la fuerte sequía que atravesó el sector agrícola afectó severamente las proyecciones económicas para el año, tanto por el impacto (directo e indirecto) sobre la actividad, como por la caída sobre las exportaciones y la recaudación”, reclamaron los industriales.
En tanto, en AEA también repudiaron la renovada “presión tributaria”. “Esta decisión, que implica la creación discrecional de nuevos impuestos omitiendo la participación del Congreso Nacional, genera enorme preocupación en el mundo empresario”, apuntaron.
Y ratificaron un histórico reclamo al señalar que “el sector formal de la economía soporta una presión fiscal altísima, y es urgente trabajar para reducirla”. “Solo así se generarán las condiciones para un desarrollo económico y social sustentable”, plantearon.
Más allá de los cuestionamientos, en el mercado financiero se vivió una jornada de tensa calma, donde volvieron a operar con subas los bonos y las acciones (el índice Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires acumula una suba superior al 130% en lo que va del año). Incluso, el dólar Blue se alejó del récord de los $552 y se posicionó en 536 pesos.