El Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró su receta de ajuste fiscal y monetario y de unificación del tipo de cambio como herramientas para encauzar la economía argentina.
El organismo consideró que estas medidas son necesarias para “moderar la demanda interna” y de esta forma contener la inflación.
El organismo planteó su posición en el “Reporte de Sector Externo” publicado este miércoles y que analiza la situación de los países miembros.
El trabajo forma parte del calendario habitual de publicaciones del FMI y en este caso corre en forma paralela a la negociación que lleva adelante el Ministerio de Economía para la reformulación del acuerdo con el organismo.
Si bien el trabajo representa la visión del staff técnico del FMI no implica que lo escrito en este reporte se convierta en las condicionalidades que se le exigirá al país para un nuevo programa.
Durante las páginas 64 y 65 del reporte y tras describir las debilidades de la economía argentina, el equipo técnico sostuvo que “las respuestas son una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado”.
Para el organismo estas medidas son “esenciales” para “moderar el crecimiento de la demanda interna, reforzar la balanza comercial, reconstituir las reservas internacionales, recuperar el acceso a los mercados y garantizar la sostenibilidad de la deuda fiscal y externa”.
“Moderar la demanda interna” como consecuencia de un menor nivel de actividad significa menor actividad económica, menor nivel de ingresos y caída del poder adquisitivo en momentos en que se ingresa en el tramo definitorio de la campaña electoral.
Respecto de la salida del cepo insistió en que “a medida que se restablezcan la estabilidad y la confianza, habrá que considerar una flexibilización gradual de las medidas del mercado cambiario basada en condiciones y eliminar las prácticas de monedas múltiples y las restricciones cambiarias”.
El FMI advirtió que “la deuda bruta y las obligaciones del servicio de la deuda siguen siendo sustanciales y el cumplimiento de estas obligaciones a medio plazo dependerá de la situación de la cuenta corriente”.
El organismo dijo que “se prevé que la balanza de cuenta corriente alcance un superávit en 2023, a pesar de las condiciones de sequía que afectan a las exportaciones agrícolas, debido principalmente a la moderación de la demanda interna y de las importaciones, la mejora de la relación de intercambio de productos básicos y el aumento de los ingresos por intereses de los activos privados argentinos en el extranjero”. Sin embargo, los datos oficiales publicados hoy por el INDEC dan cuenta de que durante el primer semestre se produjo un déficit comercial de U$S 4.387 millones, que no podrían revertirse en el segundo período del año.
Al momento no hay confirmación oficial del viaje a Washington del ministro de Economía, Sergio Massa, para la firma final del nuevo programa.