La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) terminará de pagar la segunda tanda del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) el 17 de julio e iniciará la tercera ronda en la primera semana de agosto, confirmaron fuentes oficiales a este medio.
Casi 9 millones de personas están cobrando actualmente la segunda cuota. Anses suspendió el pago durante los feriados del 9 y 10 de julio para no “saturar” los cajeros automáticos en los bancos el fin de semana largo y reactivará el cronograma el lunes que viene.
Así, tras el feriado puente, los pagos serán retomados el lunes 13 de julio para los DNI finalizados en 5; el martes 14, en 6; el miércoles 15, en 7; el jueves 16, en 8; y el viernes 17, en 9, según el cronograma difundido por la ANSES.
A partir de allí, el Gobierno se tomará diez días para la instrumentación de la tercera cuota, que fue confirmada en la noche del miércoles por el presidente Alberto Fernández a los gobernadores.
Restricciones fiscales
Fuentes oficiales consultadas por este medio indicaron que hay posibilidades técnicas de pagar el IFE 3 ni bien termine la segunda etapa, pero lo que limita esa posibilidad son las restricciones fiscales. Por ello, el pago de la tercera tanda se iniciará a principios de agosto.
Así, casi 90.000 millones de pesos serán volcados a la economía por medio de este beneficio que el Gobierno financia exclusivamente con emisión monetaria. En las tres cuotas, serán un poco más de 268.000 millones de pesos.
En lo que va de 2020, el Banco Central le pasó al Tesoro por transferencias de utilidades y adelantos transitorios 1.352.000 millones de pesos. Los últimos 100.000 millones fueron transferidos el 3 de julio.
El primer IFE demandó al Gobierno un gasto de 89.630 millones de pesos y terminar el proceso llevó 72 días, según confirmó la propia ANSES. Esto fue así porque casi tres millones de personas no estaban registradas ante el organismo o no tenían cuenta bancaria.
El IFE fue establecido por el Decreto Nº 310/2020 y consiste en una “prestación monetaria no contributiva de carácter excepcional destinada a compensar (muy parcialmente) la grave disminución de los ingresos de las personas afectadas por la emergencia sanitaria.
El Gobierno había confirmado que no pagaría una tercera tanda en todo el país debido a la crisis fiscal e iba a focalizar la ayuda en las zonas con aislamiento estricto: el Área Metropolitana de Buenos Aires; el Gran Resistencia y Río Negro.
Pero los gobernadores hablaron con Fernández para explicarle que el IFE estaba inyectando fondos que eran clave para evitar que se disparen las demandas sociales más de lo que ya se incrementaron.
Tal fue el alivio que el jujeño Gerardo Morales, el salteño Gustavo Sáenz, el mendocino Rodolfo Suárez, la santacruceña Alicia Kirchner y el tucumano Juan Manzur coincidieron al señalar que “lo más importante” de los anuncios recientes es la continuidad del IFE.
La pobreza que se dispara
Es que, según datos de AFIP, unas 18.546 empresas cerraron durante abril y mayo a raíz del impacto de la cuarentena contra la pandemia en la actividad económica, y 284.821 trabajadores perdieron sus empleos.
Agustín Salvia, director del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), opinó que las medidas de aislamiento dispuestas para morigerar el avance del coronavirus impactaron sobre los ingresos de los sectores de bajos recursos y eso hizo que el nivel de pobreza trepara hasta el 45% en los últimos meses.
Salvia indicó que sólo en el AMBA, donde está monitoreando actualmente la UCA, la caída de los ingresos laborales de los sectores informales de clase media baja “duplicó el déficit de la canasta básica”. Es decir, antes de la pandemia el 8% no cubría la canasta básica y hoy es el 16%.
Cecilia Todesca Bocco, la vicejefa de Gabinete y una de las economistas que Fernández más escucha, explicó este jueves lo que llevó al Gobierno a ceder un IFE 3. Según dijo, la pandemia va a provocar “más desempleo” y “más destrucción de empresas” por delante.
“De esta pandemia vamos a salir con más desempleo y con destrucción de empresas. No podemos decir que no va a ser así”, dijo. Y señaló: “El IFE evita que entre 2,2 y 2,8 millones de personas caigan en la pobreza y 1,8 a 3,1 millones caigan en la indigencia”.
El IFE está destinado a las personas que se encuentren desocupadas; se desempeñen en la economía informal; sean monotributistas inscriptos en las categorías “A” y “B”; monotributistas sociales y trabajadores y trabajadoras de casas particulares, entre otros requisitos. Y el aporte es de 10.000 pesos por beneficiario. El Decreto Nº 511/2020 dispuso el segundo pago en junio. Ahora, Fernández deberá firmar otro decreto para el tercero.
A mediados de junio, la Anses puso en funcionamiento en su página web el aplicativo para canalizar los pagos a través del sistema bancario, con el fin de que el proceso sea “más rápido y seguro”. Esto sigue habilitado para que más personas completen el procedimiento.
En el caso de no tener una cuenta bancaria, los beneficiarios pueden solicitarla en forma gratuita en cualquier banco, tanto a través de aplicaciones digitales como en forma personal, pidiendo un turno previamente, como está establecido por la cuarentena.