En Mendoza, hay unas 400 mil cabezas de ganado bovino, pero sólo se completa el ciclo desde la cría hasta la faena de 45 mil. El resto, se crían en las áreas de secano y, cuando alcanzan un cierto peso, se llevan a otras provincias para la recría y el engorde, y vuelven a traerse para faenarlas. Como esto implica un incremento en el precio del carne, por el costo del flete, y la pérdida de valor agregado a nivel local, desde hace un buen tiempo el sector ganadero apunta a generar las condiciones que permitan terminar el ganado en la provincia.
En octubre se conformó la Federación Agrícola Ganadera del Oeste Argentino, una entidad que reúne a más de 100 representantes de los distintos eslabones de la cadena -desde pequeños productores a dueños de feedlots y comercializadores-, con el objetivo de promover el cultivo de forraje en tierras con acceso a riego, para que la ganadería pueda retomar su crecimiento.
Algunos integrantes de la entidad -presidida por Alfredo Vila Santander, Carlos Parrella Furlán (vicepresidente primero) y José Millán (vicepresidente segundo)- se reunieron ayer con el gobernador Rodolfo Suarez para plantearle sus inquietudes y presentarle algunos pedidos. En el encuentro, acordaron que los ganaderos van a terminar de elaborar un plan agrícola ganadero y se lo presentarán al jefe de Gabinete del Ministro de Economía y Energía, Facundo Biffi, en los próximos 30 a 60 días.
“Hace 10 años que la ganadería se encuentra en el mismo nivel de producción y queremos aumentarlo. Que se dejen de llevar animales a otras provincias para engordarlos. Queremos producir un cambio importante en la ganadería, haciendo hincapié en la agricultura: crear alimento para el ganado para que podamos criar, recriar y engordar el ganado acá Mendoza”, señaló Vila.
Entre los cambios que están solicitando se encuentra el cumplimiento de la ley provincial 7074, que contempla incentivos para la recría y engorde en feedlots; y la reglamentación de la ley nacional 27.066, de promoción de la ganadería bovina en zonas áridas y semiáridas. También proponen que se avance en un proyecto de ley de carne en origen, bajo el lema “Del productor a su mesa”.
Otros pedidos se vinculan con el acceso al agua. Vila señaló que es fundamental que sea más eficiente el sistema de distribución, ya que se pierde mucha en los canales y en las acequias, como también con el riego a manto. De ahí que consideren importante que se favorezca la adquisición de sistemas de riego inteligente.
Vila mencionó que también han solicitado que se revea el costo del agua y, sobre todo, de la energía eléctrica para las perforaciones, entendiendo que estos recursos se utilizan para producir alimentos. En esta línea, los pedidos de la federación apuntan a que se ofrezca financiamiento para la instalación de equipos de energía solar y que se les condonen las deudas de Irrigación a las fincas abandonadas que empiecen a producir forraje para alimentar ganado.
“Para que haya ganadería, tiene que haber alimento y queremos hacer de Mendoza una gran productora de forraje. Si no logramos eso, no vamos a tener ganadería. Tenemos un plan para incentivar a los pequeños productores que han abandonado sus campos vitivinícolas o de frutales, para que los reconviertan y produzcan alimento para el ganado”, planteó Vila.
Y mencionó que también tienen planeado construir un gran feedlot en el Este, con unas 3 mil hectáreas bajo riego. Otro de los objetivos de la entidad es fomentar la creación de unidades económicas integradas en las distintas etapas productivas, articulando las tierras bajo riego con las del secano.
El vicepresidente de la Federación Agrícola Ganadera del Oeste Argentino, Carlos Parrela Furlán, indicó que se ha ido reduciendo la cantidad de animales que se producen en Mendoza, ya que, según los datos oficiales, se pasó de 597.600 cabezas de ganado bovino en 2003 a las 401.000 de la actualidad. De ahí que considere importante que la ganadería sea una política de Estado en la provincia, se incentive la recría y se les dé herramientas a los que vienen a invertir.
Si bien la sequía viene complicando la actividad desde hace un buen tiempo y saben que este año la situación podría complicarse aún más, señaló que lo que explica esa merma productiva es la falta de políticas de promoción del sector. “Está todo por hacerse”, lanzó Parrela Furlán y dio como ejemplo de ello que hay 9 millones de hectáreas destinadas a la ganadería y sólo 450 mil irrigadas.
En cuanto al impacto de la falta de lluvias en la actividad esta temporada, Vila resaltó que los pronósticos apuntan a que será un verano muy caluroso y con poca agua, lo que obligará a los productores ganaderos locales a vender rápido el ternero y probablemente implique que el año que viene habrá menos preñez, porque las vacas no podrán alimentarse bien.
Precios estables
Otra de las propuestas que los ganaderos y empresarios de la carne le presentaron al gobernador se vincula con la baja de impuestos para impulsar la venta. Es que, en el precio final de la carne, el 28% corresponde a la cría, 25% al feedlot, el 6% a los frigoríficos, el 14% a las carnicerías y el 27% a impuestos.
José Rizzo, presidente de la Cámara de Abastecedores de Carne de Mendoza e integrante del Comité Ejecutivo de la Federación, planteó que es atípico lo que está pasando con la carne, porque hace seis meses que su precio no varía y si bien algunos cortes de verano han aumentado un poco, los de invierno han bajado (por una cuestión estacional) y, en promedio, el valor se han mantenido.
Si bien esto ha favorecido que haya aumentado el consumo, también está provocando que algunos productores no estén ingresando hacienda a los feedlots porque la relación costos-precio no es favorable. Es que, mientras el valor al consumidor no se ha movido, han aumentado el combustible, la energía, los salarios y los alquileres (en el caso de las carnicerías). “Todo esto no se ha podido trasladar porque el precio de la carne está estable, ya que se maneja por oferta y demanda”, mencionó Rizzo.
Como contraparte, señaló que en el mismo período de seis meses, la carne de cerdo ha aumentado entre un 40 y un 50%, porque la oferta no alcanza a cubrir la demanda. Y el pollo ha subido apenas un 10% en los últimos cuatro meses, lo que hace que siga siendo la opción más accesible, aunque la gente se ha vuelto a inclinar por la carne.
Rizzo ilustró que un kilo de molida ronda los $600 a $700; un kilo de asado, los $1.000 a $1.200; y un kilo de costilla, los $800. “Dentro de las dificultades que tienen las familias para llegar a fin de mes, la carne es un producto que rinde y tiene un precio accesible en comparación con otros productos”, expresó.
En cuanto a lo que se puede esperar para los próximos días, considerando que tradicionalmente los precios de ciertos cortes -no sólo de carne, sino de cerdo y chivo- suben para las Fiestas de Fin de Año, el titular de la Cámara de Abastecedores de Carne de Mendoza señaló que no sabe si habrá un aumento, aunque de momento está firme la oferta de hacienda. Pero sí indicó que muchas personas comenzaron a reservar o comprar desde mediados de noviembre, para tratar de evitar el aumento estacional.