Algunos hoteleros y propietarios de alojamientos están reduciendo sus tarifas previstas para atraer a los visitantes, en un contexto de muy poca anticipación en la decisión de viajar y que incluso hay quienes llegan sin reserva previa a buscar un lugar para alojarse. De todos modos, tanto desde el Ente Mendoza Turismo (Emetur) como desde el sector privado coinciden en que se ha producido un leve repunte en esta segunda quincena y podría alcanzarse el 75% de ocupación.
Luego de que en enero de 2022 llegaran 440 mil turistas a la provincia y se alcanzara 90% de ocupación, los números de este año resultan algo desalentadores para el sector turístico: en la primera quincena arribaron 140 mil viajeros y se llegó al 70% de utilización de los alojamientos. Sin embargo, reconocen que el verano pasado fue atípico y que se estaría volviendo a los niveles prepandemia.
Adrián González, presidente de la Cámara de Hotelería de Mendoza, comentó que la primera quincena de enero fue de descenso. Sobre todo, porque venían con una ocupación muy buena en octubre y noviembre, y aún mejor para las vacaciones de julio. “De repente se cayó a pedazos”, lanzó para resumir lo que han sentido muchos. Aunque aclaró que en algunos lugares, como Potrerillos y alta montaña, la situación ha sido un poco mejor.
En cuanto a lo que esperan para lo que queda del verano, indicó que la segunda quincena levantó un poco y que febrero presenta mejores perspectivas en comparación con enero. Pero reconoció que, históricamente, enero no ha sido un mes de buena ocupación en Mendoza, aunque repuntó cuando inauguraron el aeropuerto renovado, entre 2018 y 2020, y tuvo un pico en 2022, por el PreViaje, para caer y volver a los niveles habituales en 2023.
González indicó que hay muy poca promoción por parte de los privados, tal vez un 3x2 o un 3x4, pero nada agresivo, y que se empezó a implementar cuando vieron que el “pick up”, es decir, la antelación de las reservas, era muy bajo. Previo a la pandemia, explicó, se reservaba un mes antes, mientras ahora no se tiene el panorama claro en la misma semana.
En este sentido, consideró que se debería apostar a promociones más atractivas, para favorecer un cambio de tendencia, pese a que hay realidades que no se pueden cambiar, como el hecho de que mucha gente ha elegido destinos fuera del país y también hubo varios que viajaron para la final del Mundial y se agotaron los ahorros para vacaciones.
Arturo González, presidente de la Cámara de Turismo de Mendoza, señaló que la temporada ha sido buena, pero no como esperaban. Y sumó que han confluido tres factores para que no alcanzara los resultados del verano 2022: el año pasado estuvo el PreViaje, que ahora no está; mucha gente no salía al exterior porque estaban cerradas las fronteras, y ahora han vuelto a viajar a otros países; y la situación económica también está teniendo su efecto.
Y dado que en esta segunda quincena mejoró un poco, consideró que enero va a cerrar con una ocupación promedio de entre 70% y 75%, aunque en algunos lugares, como la Ruta 82 y las villas de San Rafael, puede rondar el 90%. González indicó que la mayor caída en los niveles de alojamiento se ha dado en la hotelería del centro mendocino.
Por otra parte, comentó que es todo “día a día”, porque no hay casi anticipación en la reserva. De hecho, señaló que hay gente que llega en auto a buscar alojamiento, pregunta tarifas y pide rebajas -y que es probable que quien no tiene demanda, haga un descuento al pasajero en mostrador-; lo que es evidencia de que quienes se quedan en el país están cuidando sus gastos.
Santiago Alsina, gerente general de Diplomatic Hotel y presidente de la Filial Mendoza de la Asociación de Hoteles de Turismo de Argentina (que agrupa a los de 4 y 5 estrellas), indicó que la primera quincena de enero ha estado por debajo de los registros históricos de los últimos 10 años, ya que la ocupación de los hoteles de la Ciudad de Mendoza ha sido del 50%. Este porcentaje, sumó, se mantiene en las proyecciones para febrero.
Alsina expresó que este verano no hubo campañas de Mendoza desde el sector público y que las promociones de destino siguen siendo exclusivas de los privados; algo en lo que los de la hotelería de 4 y 5 estrellas trabajan de modo continuo. En cambio, sí indicó que se puede apreciar una pequeña campaña para Vendimia, que siempre genera dos o tres noches de buena ocupación y buena tarifa.
El presidente del Emetur, Marcelo Montenegro, indicó que los datos de la primera quincena de enero arrojan una ocupación promedio del 70%, lo que implica la llegada de unos 140 mil turistas, y que podría llegar al 75% en la segunda mitad del mes; con lo que se cerraría en un 72% promedio. Subrayó que la estadía ha bajado en todos los destinos nacionales y que en Mar del Plata, por ejemplo, se redujo un 15% en comparación con 2022 y en Bariloche ronda el 69% (cuando el año pasado había sido del 90%).
En cuanto a los motivos por los que la mayoría de las ciudades del país están entre el 70% y 80% de ocupación, mencionó que la inflación anual es del 94,8%, que el PreViaje fue una ayuda para todos los destinos nacionales en 2022 y que muchos argentinos han viajado a Brasil y Chile. Esto, porque los destinos de sol y playa suelen ser los más elegidos para el verano. En cambio, cuando la pandemia dificultaba los viajes al exterior, muchos eligieron los sitios de naturaleza y Mendoza resultó favorecida; mientras el año pasado fue atípico y extraordinario con respecto a los valores históricos.
En febrero, estimó Montenegro, se estará unos puntos por arriba y con la ventaja para la provincia de que las vacaciones se extienden hasta pasada la Vendimia, ya que en el mes de marzo, además de la Fiesta Nacional, Mendoza es escenario de la Vendimia para todos, del Rally de las Bodegas, del encuentro de motos Harley, que son actividades que atraen a un buen número de visitantes.
Sobre la promoción, indicó que hay campañas activas todo el tiempo, como “Vengan a Mendoza” en Brasil y “Escapate a Mendoza” en Chile, además de la de Vendimia. Y añadió que muchos destinos mendocinos han empezado, por decisión particular, a bajar tarifas de alojamiento, con el objetivo de seducir a los viajeros.