Desde este año, la Licenciatura en Administración, de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, ofrece una orientación en Gestión de organizaciones de impacto. Se trata de la primera especialización de este tipo, en el nivel de grado, no sólo en el país sino en Latinoamérica. Pero, además, tiene otra particularidad: los docentes no sólo serán referentes de esta temática a nivel mundial, sino también empresarios locales, que forman parte del “Sistema B”.
Para presentar esta iniciativa, visitó la provincia Cecilia Peluso, presidente del Consejo Empresario de Sistema B Argentina, quien detalló que, si bien el corazón de este sistema son las empresas certificadas en el triple impacto –el éxito no sólo se mide por la rentabilidad económica sino también por la contribución positiva a la sociedad y el ambiente-, su función más amplia es construir ecosistemas favorables para las empresas B y para otros actores, como la academia, organizaciones y gobiernos.
La meta para los empresarios y organizaciones que trabajan en esta línea es favorecer el cambio de paradigma desde una economía tradicional a una nueva, “inclusiva, equitativa y regenerativa”. En este sentido, la decana de la facultad de Ciencias Económicas, Esther Sánchez, resaltó que esta mirada renovada “tiene que empezar a gestarse en quienes van a ser agentes trasformadores cuando les toque ejercer la profesión”.
Como han reorientado los planes de estudio hacia una formación que no sólo sea teórica, sino también en competencias, en el saber hacer, los mismos empresarios serán quienes compartan con los alumnos de esta especialización sus experiencias y sus modelos de negocios; además de referentes en la materia del país y del mundo. Sánchez acotó que la facultad cuenta con una maestría en Responsabilidad social y desarrollo sostenible desde hace varios años, pero esta es la primera especialización de grado que ofrecen, que además también lo es en América Latina.
En el país hay 167 empresas B certificadas y 14 de ellas se encuentran en Mendoza. En todo el mundo, alcanzan las 4.886. Muchas de ellas, detalló Peluso, nacen con ese gen del “triple impacto” y en la mayoría de los casos se trata de emprendedores, pymes o startups, pero también hay otras que se suman al Sistema B porque entienden que hoy se está está tomando conciencia de la importancia de hacer negocios con un propósito. En ambos casos, la red acompaña en esa transformación.
De hecho, más allá de las que están interesadas en certificarse, también está la posibilidad de realizar una evaluación online, que es gratuita y confidencial, para analizar a la empresa en cinco ejes: gobernanza, clientes, trabajadores, comunidad y ambiente. Eso otorga un puntaje, que permite entender qué impacto está generando esa compañía a través de sus negocios.
Peluso planteó que quienes integran el Sistema B comparten una urgencia para que cada vez más organizaciones dejen de ser parte del problema, de la crisis planetaria y de la profunda pobreza e inequidad social, para ser parte de la solución. “Buscamos generar acciones que impliquen un cambio de paradigma. Necesitamos más actores involucrados para pensar entre todos cuál es la mejor manera de alcanzar el futuro que queremos para nuestras comunidades”, indicó.
Dentro de las empresas que se van acercando, detalló, muchas son pymes y resaltó que son las que generan el 70% del empleo en nuestro país y que forman parte de la cadena de abastecimiento y suministro de grandes empresas. Y si bien Peluso reconoció que la crisis ha llevado a muchas a concentrarse en el día a día, comentó que la evaluación puede ser una herramienta de innovación y que ésta siempre representa una buena inversión.
Por su parte, Farid Nallim, de Reciclarg y presidente de Valos, detalló que han firmado un convenio entre esta organización mendocina y Sistema B para trabajar de modo integrado, de manera que el impacto se acelere y se favorezca una mayor responsabilidad ciudadana. En cuanto a la evolución en la provincia, expresó que, hace 18 años comenzaron a trabajar en la responsabilidad social empresaria y esto hoy es parte del pensamiento empresario, mientras que ahora avanzan en la idea de la sostenibilidad.