La larga cuarentena impuesta por el Gobierno para contener el impacto sanitario de la pandemia de Covid-19 y la debilidad estructural de una economía que cayó el 60% del tiempo en la última década, generaron que en 2020 haya un desplome del Producto Interno Bruto (PIB) del 10%, el más profundo desde 2002.
La economía argentina fue la tercera que más fuerte cayó el año pasado en América Latina, por detrás de Panamá (-17%) y Perú (-11,1%). Sólo dos de los quince rubros anotaron alzas en el acumulado de 2020: los bancos y la producción de energía. Ahora el Gobierno y el mercado (consultoras y bancos) esperan un rebote del PBI en torno al 5,5% en 2021.
Mirando con perspectiva de largo plazo, el economista Bruno Panighel señaló que la actividad económica superó los niveles de 2008 previos a la crisis subprime (crisis financiera originada en Estados Unidos en 2007). Ahora se encuentra en valores de abril 2010, pero aún “resta bastante para volver al nivel del ‘serrucho’ de la década pasada”, en la que hubo subas y bajas.
Axel Cardin, también economista, indicó que confirmada la caída 10% de la actividad, quedó un arrastre estadístico del 6% para 2021. ¿Qué quiere decir esto? Que si la actividad queda fija durante 2021 al mismo nivel que en diciembre de 2020, el país crecerá 6%, porque así lo indican los promedios anuales de la serie.
El Indec dio a conocer ayer que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de diciembre, que creció 0,9% mensual sin estacionalidad y acumuló así un rebote de ocho meses consecutivos tras el piso tocado en abril. Los datos desestacionalizados indican que la actividad superó en diciembre el nivel de marzo (en el que hubo doce días de confinamiento estricto) y se ubicó 3% por debajo del nivel de febrero, anterior al desembarco de la pandemia.
Un dato que fue celebrado en el Gobierno está dado porque en términos interanuales, la caída volvió a desacelerar en diciembre hasta -2,2% interanual (contra -3,7% en noviembre), registrando así la menor tasa de descenso desde febrero. El Ministerio de Economía esperaba que la caída del 2020 fuera del 12,1%, según plasmó en el Presupuesto 2021.
En diciembre, crecieron de forma interanual sólo seis de los quince sectores analizados, cuando en noviembre habían sido cuatro. Siguió liderando el crecimiento la intermediación financiera (11,3% interanual). El Comercio avanzó 10,7% anual, anotando su mayor expansión desde julio de 2015; la construcción mejoró 6,3%, con lo que registró su primera suba desde agosto de 2018; y la industria creció 4,5%, el mayor avance desde marzo de 2018, de acuerdo a las series estadísticas del Indec.
Un año muy malo
En el acumulado de 2020, sólo dos sectores exhibieron un incremento de su actividad respecto al 2019: intermediación financiera (2,1%) y electricidad, gas y agua (0,8%). El resto de los sectores económicos registraron caídas, con una inflación promedio del 36,1%.
El mayor desplome lo sufrió el rubro de “hoteles y restaurantes”, con una baja de actividad del 48,6%; le siguió “otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales”, con un descenso del 37,5%, a raíz del impacto de la pandemia.
Hay que remontarse al desplome del 10,9% registrado en 2002 para hallar un dato peor. Por entonces, Argentina atravesaba una profunda crisis financiera, económica, política y social que se generó tras una década de convertibilidad.
Del último medio siglo (desde 1971), el PBI ha caído en 20 años y ha crecido en 30. Es decir que la actividad económica se ha estado achicando el 40% del tiempo transcurrido. Ese proceso se ha ido agravando: si se observa sólo la última década, el PIB argentino ha registrado caídas en seis de los diez años. En 2021 volvería a mostrar números positivos, aunque más que un crecimiento genuino, se trataría de un rebote estadístico.
