El primer semestre cerró con una caída acumulada en los despachos de vino al mercado interno de 4,6% en comparación con el mismo periodo del año pasado y con una disminución de las exportaciones del 2,3%. Las evaluaciones de los empresarios del sector vitivinícola difieren según el segmento al que apunten, pero coinciden en mencionar aspectos vinculados con la recesión, los despachos y la carga impositiva como variables que impactan en este panorama.
Los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura muestran que, entre enero y junio de 2024, el descenso en la comercialización en el mercado interno fue similar para los vinos blancos (-4,7%) y de color (-4,6%). Estos números, además, surgen de la comparación con un 2023 que cerró con una disminución en las ventas domésticas del 6,3% en volumen. Por otra parte, la variación mensual de junio versus mayo revela una baja del 13,3% (aunque este contraste intermensual sea menos representativo, porque puede responder a variaciones en los despachos).
La caída se concentra en los vinos sin mención varietal -que representan el 66,9% del volumen vendido en Argentina- y alcanzó el -4,7%. En cambio, los varietales (30,3% del total) lograron sostener el nivel de ventas, con un 0,4% de crecimiento, que se explica por una suba en los blancos, del 17,1%, mientras que los tintos cayeron un 2,2%. Los espumosos, por su parte, acumulan una disminución del 39,6%.
En cuanto a los envases, la botella, que tiene una participación del 59,7% de los despachos a mercado interno, presentó una reducción del 4,2%, mientras que el tetra brik (37% del volumen total) es el que menor descenso tuvo en el primer semestre, con un 1,5% de reducción. Y la damajuana, con un 2,9% de inserción, tuvo una merma del 33,4%.
Fabián Ruggeri, quien preside la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), detalló que la caída ha sido importante y que, hasta ahora, habían tenido un descenso más marcado en las ventas de vino de gama media y alta que en los básicos, pero ahora es más generalizada, aunque se observa un incremento en el consumo del vino blanco, por su menor precio.
Expresó que esta disminución responde a una pérdida de poder adquisitivo que abarca a toda la pirámide de ingresos, desde la base a la punta. De hecho, el tetra brik, que no estaba cayendo a la misma velocidad que las botellas, también empezó a descender más rápido (en junio, refleja el INV, un 6,8% interanual).
Ruggeri resaltó que no es que la gente esté consumiendo otro tipo de bebidas, ya que también han disminuido las ventas de cerveza, gaseosas, aguas saborizadas y hasta productos de limpieza, cuidado personal y almacén. Y, si bien la inflación ronda el 5%, la recomposición salarial no es significativa y siguen los aumentos de tarifas de servicios públicos, de combustibles, de boleto de colectivo y tienen menos dinero.
Por su parte, Alejandro Vigil, enólogo y creador de Casa Vigil, también enólogo de Catena Zapata y presidente de Wines of Argentina, señaló que la caída ha sido mucho más leve de lo que esperaba y que, considerando lo decaído que está el consumo en general, es bajo el descenso en las ventas de vino, por lo que se manifestó optimista en cuanto a lo que puede suceder en el segundo semestre.
Precios sugeridos
Para intentar revertir la disminución, desde Fecovita han optado por comunicar los precios de sus productos, como también lo están haciendo las grandes marcas de lácteos. El presidente de Acovi explicó que “cuesta mucho que el canal comercial baje los precios”, por lo que optaron por colocar en los envases el valor de venta sugerido, que es de $1.980 para el tetrabrik de vino tinto y de $1.380 para el de blanco.
Resaltó que no sólo se encontraban con precios muy superiores en los negocios chicos e incluso en los supermercados, sino que costaba lo mismo el tinto que el blanco. “Al canal comercial no le gusta que te metas en su negocio, pero no podemos perder mercado porque no resignan márgenes, que son extraordinarios”, planteó.
Por otra parte, manifestó que han cambiado las condiciones financieras y se ha vuelto al pago a largo plazo, y que, como los comercios no tienen necesidad de stockearse -el año pasado les convenía tener vino y no pesos, por la inflación-, están manejando stocks más reducidos con los vinos de alta rotación.
Sobre lo que podría suceder en los próximos meses, mencionó que sólo pueden tener expectativas y que estas mismas son las que explican parte de la caída del consumo de vino, porque la gente, ante un escenario incierto, opta por resguardar el dinero o acopiar productos de primera necesidad si tiene algún margen. Sumó que pareciera que el Gobierno ya estaría en condiciones de empezar a aplicar medidas menos restrictivas que permitan recuperar ciertas variables.
Influencia del turismo
Claudia Piedrahita, CEO de Bodega Casarena y vicepresidenta de Wines of Argentina, compartió que viene siendo un año difícil, pero con buenas perspectivas, ya que entienden que las variables macroeconómicas del país se empiezan a acomodar y que hay signos de que ciertas variables importantes se están estabilizando, además de existir un “norte” con un modelo económico propuesto.
Precisó que las ventas han estado complicadas, tanto en volumen como en precio, y que la bodega ha tratado de acompañar a sus distribuidores y clientes con acciones, cuidando la calidad del producto y la marca, para que, aunque con un ritmo más lento, el negocio se sostenga.
Añadió que el resultado ha sido diferente en distintas ciudades o regiones del país, ya que en aquellos sitios donde había un consumo de vino relacionado con el turismo, tuvieron un mayor retroceso, que se explica por el hecho de que al brasilero, en particular, ya no le resulta tan atractivo venir al país por el tipo de cambio y la afluencia de estos visitantes se redujo.
Pese a eso, Piedrahita indicó que se siguió tomando y disfrutando del vino, y manifestó que tienen confianza en que en el segundo semestre comenzarán a mejorar la situación, porque ya se han empezado a ver los primeros indicios de recuperación, aunque de a poco.
Analizando las variables que están teniendo un mayor peso en la industria, indicó que es importante que la inflación esté llegando a niveles de estabilidad y que la reducción de la tasa de interés y la aparición de créditos de largo plazo son pequeñas cosas que dan señales interesantes para los negocios. Consideró que no habrá una devaluación fuerte en el corto plazo y que los dólares paralelos se irán acomodando, para converger, aunque no en lo inmediato, y que cuando comience a llegar inversión extranjera directa se producirá un cambio significativo.
Exportaciones
Las exportaciones acumulan, en el primer semestre, una disminución del 2,3%, con una reducción en el fraccionado del 3,1%, mientras que el granel creció 0,3%. En cuanto al tipo de vino, las ventas al exterior de genéricos muestran un incremento de 28,9% -más marcado en el caso de los blancos, que alcanzan un 58,3%, cuando los tintos aumentaron un 21,5%-, mientras que las de varietales tuvieron una merma del 5,3%.
Al contrario de lo que sucedió en el mercado interno, en el externo los espumosos tuvieron un buen comportamiento, ya que han ganado un 18,1% en volumen entre enero y junio.
En cuanto a los precios promedio por litro en dólares, el fraccionado ha tenido una variación de -0,8%, mientras que el granel tuvo una positiva, del 1,3%.
Vigil resaltó que se va revirtiendo lentamente la drástica caída que habían tenido las exportaciones y que espera que esta tendencia se mantenga en lo que queda de 2024. Recordó que una buena parte del desplome del año pasado se explica por los stocks que tenían los importadores y que, como optaron por volver a abastecerse cuando estaban por quedarse sin existencias, se produjo una demora, que favoreció la caída de envíos al exterior de vinos argentinos.
Pero añadió que la competitividad complica bastante y que el desafío es no atarla al dólar, sino que se necesitan mejoras de tipo impositivo, que permitan crecer en el mercado externo. Ilustró que la base de exportación son los vinos que tienen un precio de US$ 10 en góndola, lo que implica que salen de Argentina con un valor de US$ 2,30 a US$ 2,50 y que sólo la materia prima tiene un costo de US$ 1, a lo que hay que agregar insumos, transporte, logística y comisión de los importadores, entre otros.
Además, resaltó, que, en una caja de vino de US$ 50, la mitad de ese valor corresponde a impuestos, por lo que opinó que se debe seguir trabajando en una política a largo plazo para exportadores.
Piedrahita indicó que la situación en el orden macroeconómico y geopolítico mundial ha sido y sigue siendo compleja, y que la reactivación del consumo en los países asiáticos ha ido más despacio de lo que esperaban, pero que están entusiasmados con los juegos olímpicos, ya que Casarena tiene una muy buena distribución en París y han notado un aumento en las ventas a ese mercado.
Reconoció que no se trata de un momento fácil en términos de rentabilidad ni de previsibilidad, pero que la industria sigue trabajando en mejorar la distribución y el posicionamiento de los vinos argentinos en el mundo.
Ruggeri resaltó que ha habido mayores exportaciones de vino blanco, porque hay un poco más de stock, al punto que tiene un precio más elevado el mosto que el blanco de traslado. Esto se explica porque buena parte del incremento del 35% en la producción de Mendoza esta temporada se debe a un aumento de cosecha de uva criolla, que, si no va a concentrado, baja los precios de todos los vinos, no solo el blanco básico sino también los varietales. Por eso, planteó, le pidieron al Gobierno provincial que no elimine el acuerdo Mendoza-San Juan.
Esta caída en el precio generó un repunte en las ventas al exterior de vino blanco genérico, porque tiene un valor competitivo, y es lo que impulsó la mejora en los números de exportaciones en el primer y segundo trimestre. También aumentaron los envíos al exterior de blanco fraccionado, porque hace un par de meses Fecovita hizo una venta de varios millones de litros en tetrabrik a Rusia. Ruggeri explicó que, normalmente, este país se abastece en España, pero, por las restricciones que le ha impuesto la Unión Europea por la guerra, le aumentaron los aranceles y buscó otro exportador.