El Consejo Empresario Mendocino elaboró un informe en el que analiza la evolución de las finanzas provinciales entre 2013 y 2023. Poniendo el foco en los últimos cuatro años, los recursos provinciales tuvieron una caída de 10,4% real, asociada a la disminución del 27,4% de los ingresos no tributarios, y que no alcanzó a compensar el aumento del 1,3% en los recursos tributarios, es decir, la recaudación de impuestos.
El estudio, realizado por el economista Gustavo Rivarola, detalla que, como contraparte, los recursos provenientes de Nación aumentaron un 9,3%, lo que hizo que, entre 2019 y 2023, la contracción de los recursos corrientes de la provincia alcanzara el 0,7% en términos reales; es decir, sin el efecto de la inflación.
Pese a esto, “el Estado provincial cerró el año 2023 con un superávit operativo del 2,7% de los recursos corrientes, acumulando así tres años consecutivos de superávit y mostrando un escenario fiscal ordenado”, planteó.
El documento muestra que, dentro de los recursos tributarios de origen provincial, sólo Ingresos Brutos tuvo un incremento, del 7,9% en términos reales, en los últimos cuatro años. En cambio, la recaudación de Automotor cayó 20%; la del Inmobiliario, 28%; la de Sellos y Tasas de Justicia, 19%; y otros, un 26%. Esto explica que, el año pasado, Ingresos Brutos haya representado el 83% de los ingresos tributarios de la provincia.
Los recursos no tributarios propios, en tanto, tuvieron una disminución del 26% entre 2019 y 2023, con una contracción del 32% en las regalías hidrocarburíferas y una disminución del 25% en el resto, que incluye tasas por servicios y remesas del Instituto Provincial de Juegos y Casinos, entre otros.
El análisis, elaborado por el CEM, toma como base información oficial publicada por el Ministerio de Hacienda de Mendoza: las ejecuciones presupuestarias del gobierno provincial de los últimos 10 años y la evolución de las principales variables fiscales provinciales. Como el periodo es extenso, se pueden identificar tendencias y aspectos importantes del desempeño fiscal, “como así también buenas prácticas y lecciones aprendidas”.
“El comportamiento fiscal responsable del Estado impacta en el quehacer diario de familias y empresas. La austeridad fiscal junto a la eficiencia y eficacia del gasto, y una presión fiscal razonable son contribuciones esenciales del sector público a la productividad y competitividad de la economía y a un clima de negocios favorable a la inversión, a la producción y a la creación de empleo privado de calidad”, plantean desde la entidad.
La contracción del 0,7% en los recursos corrientes en los últimos cuatro años se ha agudizado en el primer bimestre de 2024. Según datos de la Tesorería General de la provincia, los recursos corrientes han caído alrededor del 20% en términos reales, producto de una disminución de 21% de los provinciales y una de casi 19% de los recursos de origen nacional. El CEM plantea que, en este contexto, la correcta priorización y asignación del gasto, y el aumento de su productividad, resultan fundamentales para conservar el desempeño fiscal alcanzado (el superávit).
Participación
Al estudiar los recursos corrientes de origen provincial, Ingresos Brutos representó el 56% del total en 2023, 10 puntos porcentuales más que en 2019 (cuando tenía un 46% de participación) y 14 por encima del 42% de 2011, antes de que se aumentaran las alícuotas al año siguiente.
El mayor peso de este tributo en la estructura de recursos propios en los últimos cuatro años -52% en 2020, 55% en 2021, 54% en 2022 y 56% en 2023-, se debe a una menor participación de los recursos no tributarios, que pasaron del 41,4% en 2019 a 32,6% en 2023.
En cuanto a otros ingresos tributarios propios, los impuestos patrimoniales -Inmobiliario y Automotor- mantuvieron una participación de alrededor del 9% entre 2013 y 2022, pero cayeron 1 punto porcentual en 2023. Mientras que el impuesto a los Sellos representaba 7% de los recursos corrientes en 2013 y en 2023, 5,3%.
El documento del CEM detalla que los recursos provinciales crecieron a un ritmo mayor que los nacionales entre 2013 y 2019, pero que la tendencia se revirtió en los tres últimos años. También plantea otra variación: los ingresos por Coparticipación Federal y Regímenes Especiales promediaron el 87% de los recursos de origen nacional entre 2013 y 2017, porcentaje que se elevó al 93% en el período 2018-2023.
Mientras que los Aportes no Reintegrables (ANR), de carácter discrecional, fueron del 11% en promedio entre 2013 y 2015, cayeron al 7% en el período 2016-2020 y se redujeron al 4% los 3 últimos años. Esto implica que, en la última década, disminuyeron las transferencias discrecionales y aumentaron las automáticas.
Gastos
Cuando se analiza un presupuesto, sin duda no sólo se debe poner la lupa sobre los ingresos, sino también en los gastos. Un punto que destaca el informe del CEM es que, en 2023, las erogaciones corrientes tuvieron un 87% de participación, la más baja de la última década, con lo que las de capital alcanzaron el 13%.
En un análisis de lo que pasó en los últimos diez años, los gastos corrientes representaban el 94% entre 2013 y 2016, y se ubicaron entre el 93 y el 90% de 2017 a 2019. Sin embargo, la pandemia hizo que treparan al 96,2%, para empezar a disminuir nuevamente hasta el 87,2% del año pasado.
La partida de personal y las transferencias a municipios son las erogaciones más significativas. El pago de salarios representó el 50,3% del total de los gastos corrientes, lo que significa una caída de 10 puntos con respecto al 60,5% de 2015. En tanto, las partidas a las comunas han tenido una participación promedio del 16,3% en la década, pero en los últimos tres años se ha elevado a 18,3%.
Otro componente, los intereses y gastos de deuda, pasó de representar el 2,2% de las erogaciones corrientes en 2013 al 8% en 2018, para descender al 4,2% en 2023. El documento explica que este crecimiento de su participación fue consecuencia de los déficits fiscales corrientes y operativos, y que el posterior ordenamiento fiscal permitió que fuera bajando.
El empleo público provincial creció 9% entre 2011 y 2023, ya que se pasó de 103.423 cargos y contratos a 112.742 a fines del año pasado. Pero hubo un máximo en 2015, de 113.437. Desde ese año y hasta 2019 se produjo una reducción de los gastos de personal del 3,5%, y entre 2019 y 2023 volvió a crecer un 2,9%, pero a un ritmo menor que el crecimiento de la población (hay 55 agentes del Estado por cada 1.000 habitantes, mientras que en 2013 eran 60,4). El CEM resalta que el aumento de la partida de personal entre 2013 y 2015 causó el deterioro del ahorro corriente en esos años.
Ahorro
Quienes se encargan de las finanzas provinciales suelen decir que, más allá de la complejidad del Estado, la lógica no difiere de manejar un presupuesto personal o familiar. Es decir, se debe buscar que los ingresos sean suficientes para hacer frente a los gastos corrientes y, mejor aún, ir acumulando ahorros para hacer una inversión o contar con un fondo para emergencias.
El nivel de ahorro corriente permite “analizar el grado de sustentabilidad de las erogaciones fijas, la capacidad de respuesta ante disminuciones en los ingresos (como sucedió en pandemia), o la magnitud de recursos corrientes disponibles para implementar nuevas políticas y/o financiar inversiones”, explica el documento.
En los últimos cuatro años, la provincia ha logrado ir incrementando el ahorro corriente, hasta alcanzar un máximo del 16,1% en 2022 y ubicarse en el 15% en 2023. El mayor superávit de las últimas dos décadas se produjo en 2005 y fue del 17,9% de los recursos corrientes. Sin embargo, 10 años después, en 2015, se llegó al máximo déficit, del -7%.
“Como consecuencia de los déficits corrientes acumulados, la capacidad del Estado provincial para realizar erogaciones de capital fue limitada y se enfrentaron déficits recurrentes que requirieron de deuda nueva para financiarlos. Por eso, abogamos por el cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal, que establece el objetivo del equilibrio corriente”, resalta el CEM. La entidad añade que este principio es ratificado en el proyecto de la nueva normativa, presentada el año pasado en la Legislatura.
Tamaño del Estado
Las estimaciones del estudio del CEM apuntan a que el peso del sector público en la economía provincial alcanzó el 21,2% del PBG en 2023. El dato, resaltan, deberá ser confirmado cuando se publiquen los datos oficiales del Producto Bruto Geográfico del año pasado.
Esto implica que, pese al proceso de ordenamiento fiscal iniciado en 2016, el tamaño del Estado en 2023 es casi el doble del de 2004 (11,7%) y similar al de 2013 (21,7%). Es decir, se requirió de 8 años de gestión para desandar el aumento observado entre 2013 y 2015.
Por otra parte, este incremento del gasto público derivó en un fuerte crecimiento de la presión impositiva provincial, que pasó del 3,2% al 7,9% del PBG entre 2004 y 2017. A partir de ese año, este indicador inició una tendencia bajista, ubicándose en un estimado de 6,7% en 2023, pero duplicando el valor de inicio.
Mirada del Gobierno
El ministro de Hacienda de la provincia, Víctor Fayad, manifestó que el informe del Consejo Empresario Mendocino se basa en datos oficiales, que analiza de modo objetivo, y que, al tomar 10 años de análisis permite comprender, aunque no se explicite en el texto, que hubo un cambio de gestión, con modificaciones en la dinámica de crecimiento del empleo público, en el equilibrio fiscal y en la carga impositiva.
El funcionario destacó que el documento toma distintos indicadores de la importancia del empleo público y que uno de los que más claridad aporta es la cantidad de agentes estatales cada mil habitantes, que muestra que se pasó de un pico de más de 60 en 2013 a 55 en 2023, lo que implica una reducción de 8,6.
Indicó que uno de los planteos recurrentes del CEM es que se deben bajar los impuestos, pero que desde el Gobierno provincial siempre responden que ninguna reducción de la carga impositiva es sostenible si no se baja el gasto. En este sentido, resaltó que el informe ratifica cuál ha sido la evolución de las erogaciones corrientes, la disminución de la deuda, de los gastos en personal y el aumento en la inversión.
Fayad señaló que el análisis de las finanzas públicas provinciales, al tomar todo el año, no permite apreciar la caída de recursos que se produjo en el último trimestre de 2023. Y planteó que en lo que va de 2024 la situación es bastante más difícil. “El objetivo del equilibrio lo seguimos manteniendo, esperemos poder lograrlo. No nos hemos desviado de esa manda”, resaltó. En cuanto a cómo vienen enfrentando esta situación, explicó que tiene dos tipos de herramientas.
Una de ellas es el stock, es decir, el fondo anticíclico que se fue armando en años anteriores y que alcanzó las dos masas salariales. Una buena parte de la caída en los recursos -tanto provenientes de Nación como de la recaudación provincial por la recesión- se está cubriendo con ese fondo, creado precisamente para este fin. De todos modos, indicó que están utilizando ese ahorro porque entienden que se trata de una disminución temporal.
La segunda herramienta, y considerando que el monto ahorrado no es tan significativo, ha sido ajustar el gasto público. En particular, porque reconoció que anticipaban que el 2024 iba a ser complejo, pero no en la magnitud que lo está siendo. Por eso, detalló Fayad, el plan de obras públicas se ha centrado en la continuidad y no hay obras nuevas, los programas de incentivo para la actividad privada (como el Mendoza Activa) se dejaron en suspenso, los programas de empleo están reducidos y los créditos del Fondo para la Transformación y el Crecimiento siguen, pero su magnitud es mucho menor.
“Hemos disminuido gran parte del gasto corriente que se podía disminuir. Por ahora, con algún ajuste y el uso del stock, hemos logrado seguir funcionando”, planteó el ministro, adelantando que si la situación se extiende en el tiempo deberán revisar más la estructura de gastos.
Contracara del superávit
El economista Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Finanzas Mendoza (Cefim), comentó que en el informe está separado el análisis fiscal de lo que ha pasado en la economía de la provincia. “Y no es casualidad, porque lo que se toma muchas veces como una especie de virtud en lo fiscal es lo que después termina teniendo un alto costo en términos económicos”, planteó.
Precisó que la economía mendocina no sólo no ha crecido, sino que es más chica que hace 10 años y también ha perdido fuerza relativa con respecto al resto del país. “Con la misma macro nacional, la economía de Mendoza anda cada vez peor”, lanzó y sumó que considera que hoy no hay un rumbo en este sentido, más allá del fomento a la minería.
Añadió que otro aspecto que se toma como virtuoso desde el punto de vista fiscal es el ajuste salarial, pero que hoy la provincia ranquea, en términos de salarios, entre las últimas del país, no solamente cuando se consideran los salarios públicos, sino también los privados.
Aroma indicó que otro aspecto que ha significado “una gran mochila” para la economía provincial es el “enorme endeudamiento en dólares”, que en su momento condicionó las finanzas y obligó al ajuste. Esto resta posibilidades de otorgar créditos, por ejemplo, y eso explica el bajo nivel de expansión del crédito. “El ‘motor’ del sector público, como lo llaman algunos, no empuja, porque se ha corrido de ese lugar de impulsor de la economía y el endeudamiento quita espacio para aplicar políticas públicas activas”, concluyó.