La semana pasada, muchos proveedores decidieron dejar de entregar mercadería ante la posibilidad de que se produjera una nueva suba del dólar -como ya sucedió con las PASO- después de las elecciones. De ahí que un buen número de comerciantes sólo vendió aquellos productos de los que tenían valor de reposición y contaban con stock, pero también evitaron hacer ventas demasiado importantes. Ayer, horas después de los comicios, la situación no se había modificado sustancialmente.
Entrar a un comercio ayer por la mañana a preguntar si había habido cambios con las entregas y los precios era encontrarse con cejas y hombros levantados, en una clara expresión de incertidumbre. También, enojo y desconcierto en otros casos. Y confianza en que, dado que en primera vuelta ganó el oficialismo, no se producirán cambios significativos en los próximos días (en comparación con el posible estallido que se temía).
En un negocio de accesorios para celulares y elementos de computación mencionaron que seguían sin vender teléfonos -de hecho, no se podía ver ninguno en exposición en el local-, porque los mismos proveedores les recomendaban no hacerlo, ya que no hay precio. En cuanto a las subas, indicaron que la semana pasada habían cambiado los precios cada dos días y que un convertidor había pasado de los $52 mil el lunes pasado, a $66 mil el miércoles y a $70 mil ayer.
En otro comercio del mismo rubro, Martín contó que estaban trabajando con la misma lista del sábado y que aún no habían tenido novedades de los proveedores de cuándo les iban a entregar la mercadería que habían pedido la semana pasada. Así, aunque habían comprado celulares, sólo tenían un par a la venta, porque se habían quedado sin stock ya que “se jugaron” a vender al precio del momento.
Esto, porque mientras los fabricantes e importadores retaceaban entregas por no conocer cuál podía ser el valor de dólar después de las elecciones, los compradores también esperaban un aumento de la divisa estadounidense y anticiparon compras y reparaciones; en especial el viernes y el sábado. Martín sumó que, como todos los repuestos vienen de afuera, no les quisieron vender nada.
“No hemos recibido ningún mail de las fábricas”, fue la respuesta de una vendedora en una casa de iluminación a la pregunta de si tenían novedades sobre entregas y precios. Con su compañero explicaron que, desde la semana pasada, habían tenido suspendidas las entregas y que no sabían cuándo iban a normalizarse. Añadieron que habían tenido aumentos de entre el 10% y el 15%, y que la demanda había sido muy fuerte en los días previos al fin de semana, pero que intentaron no cerrar operaciones demasiado grandes y que se manejaron mucho con efectivo.
En otro comercio de iluminación, Rodrigo expresó que estaban en “total incertidumbre”, ya que en esas primeras horas post elecciones habían empezado a recibir listas con aumentos del 10% al 15% por parte de los importadores, que manejan productos en valor dólar. En cambio, con los fabricantes nacionales la situación era distinta, ya que seguían sin vender.
El vendedor manifestó que la mayor preocupación no es el precio, sino el hecho de que no hay reposición. Y que, si bien aumentaron las ventas en los últimos días, no tuvieron mejores resultados porque también subieron los valores y no pudieron trasladar todo el incremento al cliente, para no resentir el movimiento.
“Parece que están esperando que se levanten los chicos de Buenos Aires”, comentó con sarcasmo Simón, de otra tienda de electricidad e iluminación, para explicar el hecho de que tanto importadores como fabricantes mantenían las ventas suspendidas. Detalló que los últimos días sólo habían vendido aquellos productos que podían cotizar y que, en otros casos, en especial cuando se trata de clientes habituales, vendieron, pero sin fijar un valor; es decir, con precio abierto. “Tratamos de seguir acompañando las obras”, señaló y agregó que la semana pasada, como muchos comercios del rubro optaron por suspender las ventas, ellos tuvieron mayor demanda.
Otro sector en el que las ventas fueron casi inexistentes la semana pasada fue el de repuestos para el automotor. En un comercio de Guaymallén, Matías señaló que no estaban teniendo nada de entregas y que, antes de que los proveedores las detuvieran, los aumentos habían llegado el 20% en promedio. Si bien ellos estaban atendiendo, otros comerciantes del mismo rubro, ubicados justo enfrente, habían optado por no levantar la persiana en el primer día post elecciones.
Sergio, quien también se dedica a la venta de repuestos, detalló que en los últimos días las baterías tuvieron un aumento de 13% y los filtros del 20% y que había comprado una bobina en $35.294 el 11 de octubre y ayer -12 días después- costaba $43.253 (+22%). “Hay cosas que entregan y otras que no. Lo que ya aumentó, lo están enviando. Pero lo que viene de Brasil, por ejemplo, no”, explicó. Y comentó que a los talleres de reparación de automóviles les piden el pago contado en el mismo día, porque los proveedores, si no han cancelado la cuenta en 15 días, se las dan de baja.
En otra casa de repuestos, Diego indicó que la situación es variable según el rubro y la empresa: en el caso de los distribuidores de neumáticos no tenían precio, mientras que los autopartistas estaban cotizando -con lo que les daban un valor de referencia para la venta-, pero no les facturaban ni enviaban mercadería. Señaló que había esperado que estuviera más complicado ayer, pero que todo parecía indicar que entre hoy y mañana se iba a normalizar un poco la situación, que venía muy frenada desde hacía unos 20 días.
Los supermercados no pueden dejar de vender alimentos, ya que se trata de productos de primera necesidad, pero los proveedores también venían trabajando con cupos. Desde una cadena con presencia en distintas partes del país indicaron que la demanda, por parte del consumidor, seguía siendo muy alta. Pero, como contraparte, las entregas eran muy limitadas y los precios, al menos en las primeras horas del lunes, estables.
Rubén David, del mayorista Oscar David, manifestó que el movimiento había sido normal, con las entregas pautadas y el movimiento habitual de clientes. De todos modos, subrayó que se trata de un “día a día” y que estaban esperando las nuevas listas por parte de las grandes empresas los primeros días de noviembre, porque son las que las presentan una vez al mes (las más pequeñas, a veces ajustan todas las semanas o cada 15 días).