El Gobierno tiene el enorme desafío de empezar a descongelar los precios relativos si quiere que la inversión privada mejore en pos del crecimiento económico tras un 2020 catastrófico, lo que genera fortísimas presiones para la inflación y los salarios.
Al margen de las variables macroeconómicas, el movimiento de los ingresos es un componente que genera expectativas para los formadores de precios. Y el gobierno buscará anclarlo con un acuerdo de precios y salarios en el contexto del Consejo Económico y Social.
Martín Guzmán, el ministro de Economía, instó a “coordinar” las paritarias con la meta del 29% anual de inflación plasmada en el Presupuesto 2021. Esto expone que la principal preocupación hoy en la Casa Rosada es la inflación.
Incluso, el Banco Central aguarda conocer el dato de inflación de enero para tocar la tasa nominal anual (de referencia), que actualmente es del 38%. Si el Índice de Precios al Consumido (IPC) se ubica por encima del 4%, la tasa de interés podría escalar al 40%.
Se viene de un 2020 con una emisión monetaria récord. El Banco Central asistió al Tesoro por más de 2,01 billones de pesos para cubrir el gasto que generó el “paquete Covid-19” y el agujero que provocó la caída de recaudación.
Antes las consultas de este diario, en el Gobierno aseguran que saben las tensiones sociales y laborales que generará la estrategia de “anclar” expectativas con un acuerdo de precios y salarios. Pero lo estiman muy necesario.
Góndolas que arden
Lo que viene en materia de inflación es hipercomplejo. Según la consultora Analytica, que conduce el economista Ricardo Delgado, una de las grandes claves en los próximos meses será la dinámica que vayan a tomar los precios regulados. En 2020 aumentaron 15%, casi 25 puntos porcentuales menos que la inflación núcleo.
“La recomposición de los precios regulados implica más inversión y menos gasto público pero también menores salarios y más inflación. Cualquier decisión tiene costos”, señaló la consultora en el inicio del año electoral.
Y el Gobierno parece abierto a enfrentar estos costos, dado que también debe reducir el déficit fiscal para poder acordar el refinanciamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los precios se vienen recalentando desde octubre. El 4% de diciembre fue el dato más alto del 2020. Y ahora algunas consultoras estiman que el dato de enero será aún más alto, incluso pudiendo trepar al 5%, impulsado por los alimentos.
Según el Centro De Economía Regional y Experimental (CERX), entre el 1 y el 18 de enero, los precios de los alimentos y de las bebidas sin alcohol acumularon ya un alza del 3,3% y la inflación general ascendió al 2,6%.
Para la consultora Eco Go, la suba de precios se estabilizó en un nivel elevado, pero no habría superado enero a diciembre. Las previsiones de esta firma conducida por la economista Mariana Dal Poggetto estimaron en un 3,8% la inflación general del primer mes del año.
En la consultora Labour, Capital & Growth (LCG) señalan que tras la aceleración de diciembre, hubo en el índice de precios de los alimentos un arrastre del 3% para enero, por lo que la inflación general se habría ubicado por encima del 4%.
C&T Asesores Económicos observa un aumento de precio en los alimentos básicos que está encima de 4% mensual. Y estima estimamos que esa tendencia va a seguir por lo menos durante el primer trimestre del año. La proyección de inflación general se ubicó en torno al 4,6% para enero.
Cálculos
El recalentamiento
Si se anualizara el dato de diciembre, la inflación general está viajando al ritmo del 60% anual y la núcleo –que no contempla los precios reguladosva al 77%. Para el Gobierno, anualizar el dato de un mes es erróneo.
Según Guzmán, la aceleración de la inflación en diciembre “respondió a cuestiones particulares del mes, que por su naturaleza no es esperable que se mantengan durante los próximos meses”.
Este recalentamiento de precios impacta de lleno en las expectativas. La inflación que esperan los consumidores para los próximos doce meses dio un salto de cinco puntos en enero, respecto de diciembre, y se ubicó en el 45%. Un año atrás, las expectativas eran del 30% y finalmente la inflación cerró en el 36,1%.
Así lo señala la Encuesta de Expectativas de Inflación de la Universidad Torcuato Di Tella, realizada sobre la base de un sondeo que hizo Poliarquía Consultores entre el 4 y el 14 de enero. El dato nacional es del 45% mientras que en Capital Federal esperan un 44% y en el Gran Buenos Aires, 40%; en el interior, las previsiones vuelan al 50%.