Enrique Picazo: “A la Argentina le falta producir el ajo de forma industrial”

El español propietario de una de las compañías más importantes en el desarrollo de maquinaria para el sector, pasó por la provincia y habló con Los Andes. Elogió las condiciones naturales de Mendoza para la producción, pero cuestionó la falta de tecnificación.

Enrique Picazo: “A la Argentina le falta producir el ajo de forma industrial”
Enrique Picazo, entrevistado / Archivo

Con 11.365 hectáreas cultivadas en 2021, Mendoza es la mayor productora de ajo del país y un jugador considerable en el mercado mundial, con un promedio de exportación del 80% de sus productos. Es por eso que Zocapi S.A., la empresa española líder en fabricación de maquinaria agrícola para el cultivo del ajo, eligió la provincia para presentar una de sus más recientes innovaciones para la cosecha y reunirse con productores para conocer la realidad del sector.

Enrique Picazo, propietario y CEO de la compañía, estuvo algunos días en la provincia y aprovechó para presentar la Cosechadora Atadora de 3 Cuerpos, equipamiento que se arrastra enganchado a los tres puntos del tractor, que arranca los ajos mediante una reja que levanta la hortaliza mientras unas correas lo elevan. Además, pudo reunirse con más de 100 productores de ajo de Mendoza que estuvieron “muy receptivos a las novedades” que plantearon acerca de las maquinarias fabricadas en España.

En una charla con Los Andes, el empresario español aseguró que el encuentro “fue maravilloso” ya que hubo productores de todos los tamaños: pequeños, medianos, grandes, e incluso importantes exportadores, quienes quedaron “muy sorprendidos” con los productos que presentaron.

Se trata de una empresa familiar de tercera generación integrada hoy por unas 35 personas que nació en Las Pedroñeras, un pueblito considerado la “capital mundial del ajo”. Tiene una red comercial que cuenta con oficinas en España y México. En América está presente en Argentina, Chile, Perú, Brasil, México, Estados Unidos y Canadá, lo que lo convierte en el continente con mayor presencia, después de Europa. En cada país cuenta con un distribuidor de ventas, que en nuestro país es AgroCosecha.

“Vimos que Mendoza era la zona por excelencia en el cultivo del ajo, por lo que en 2011 desembarcamos a través de la empresa de Lucas Gilbert y Sergio Astié”, aseguró Picazo acerca de su arribo a Argentina. En el país, se necesitan entre 45.000 y 60.000 dólares para adquirir una de sus máquinas.

- ¿Cuáles fueron las principales inquietudes de los productores argentinos?

- Una de las principales cuestiones es el tema de la siembra. Los productores nos plantearon que se necesitan máquinas más rápidas y de más precisión, algo que nosotros ya hemos incorporado en nuestras máquinas.

Respecto de la cosechadora, que fue la máquina estrella de la presentación, algo que les cuesta mucho es conseguir mano de obra, por lo que presentamos nuestra nueva máquina que posee un sistema innovador en el mundo del ajo, el Isobus. Esto es un sistema de comunicación remota en el que los movimientos de la máquina se controlan sin necesidad de estar dentro del tractor, es decir, si el tractor posee GPS o piloto automático, puede tener la máquina un funcionamiento autoguiado, siendo así más productiva y prescindiendo de mano de obra.

- ¿Qué tan accesible es para los productores argentinos incorporar este tipo de tecnología?

- Tanto en Argentina como en cualquier país del mundo, los medianos y grandes productores están obligados a tecnificarse porque es la única forma que tienen para avanzar con sus cultivos y poder crecer en su producción.

- ¿Qué opinión tiene de Mendoza y Argentina como competidor mundial en el ajo?

- Lo que veo es que la provincia tiene un potencial que supera con creces al de otras regiones y países. Esto es porque tiene unas condiciones climatológicas, de suelo y de calidad del agua que son insuperables. También tienen mucha capacidad para poder desarrollar en número de hectáreas, ofreciendo un cultivo y producto de calidad. Veo una capacidad importante.

- ¿Cuáles son los puntos débiles o los aspectos que todavía no se han desarrollado respecto del ajo en Argentina?

- Lo que veo en más de 10 años viniendo al país y bajo mi relación con pequeños, medianos y grandes productores y exportadores, a los cuales los visito al menos una vez al año para atender sus necesidades y requerimientos, es que falta producir el ajo de forma industrial, algo que en otros países ya se ha avanzado. Cuando hablo de productos industriales me refiero al ajo industrial procesado (polvo de ajo, grano de ajo, diente de ajo pelado, es decir, la industria que se genera alrededor). Los argentinos son muy buenos productores y exportadores, pero siempre en ajo fresco. De alguna forma, se han quedado con un solo producto cuando el ajo tiene muchas más posibilidades de venta.

- ¿Cómo trabajan en el desarrollo de la maquinaria para el ajo?

- Es un tema muy especial. Las condiciones o las necesidades que tiene un productor argentino son diferentes a las de un productor brasileño, uno mexicano o uno español. Esto es porque los términos son diferentes, el sistema de riego puede variar o la extensión del cultivo no es la misma. Todo cambia, por eso venimos cada año para conocer de primera mano cuál es la necesidad.

Una vez que logramos saber qué necesitan en cada país, vamos a España y, con el departamento de Ingeniería y la experiencia de llevar en el sector 35 años, desarrollamos prototipos que antes de ponerlos en venta los patentamos y los probamos en nuestras tierras de cultivo para comprobar que la máquina cumple con los requisitos que pide el cliente. Recién ahí lo sacamos al mercado.

- ¿Qué tan demandante es el país de sus productos?

- Debido a la gran extensión de hectáreas sembradas de Argentina, es uno de nuestros grandes mercados en la actualidad.

- A partir de sus visitas regulares a Argentina, ¿cuál es su visión de la evolución del país en este tiempo?

- Es difícil de cuantificar, porque mis visitas suelen ser de tres a cinco días. Analizar un país en ese tiempo en el que estamos principalmente con gente del sector agro, es difícil. Aun así, es cierto lo siguiente: el mundo del ajo tiene una microeconomía independiente de la economía nacional, tanto en Argentina como en cualquier otro país. Esto es porque el 80% del consumo mundial del ajo es producido por China, por lo que el resto de los países somos el 20%. Esto implica que China sea el que marca los precios, las condiciones del mercado y la hoja de ruta para el resto del mundo, porque es quien tiene el poder de la producción. Así, puede haber años en los que el país esté flojo, pero la economía del ajo está bien y viceversa. No va relacionado.

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