En 2022, el precio de los boletos de los colectivos de larga distancia en Argentina sufrió un ajuste del 99% y acompañó el pulso de la inflación que fue estimada por los economistas en torno a los tres dígitos, oficialmente. Mientras que el verano ya comenzó a abrir las puertas de su temporada 2023, desde el sector empresario han señalado que tienen buenas expectativas y esperan que la demanda de pasajes sea similar a la de este año que está terminando.
Es oportuno aclarar que la banda tarifaria está regulada por la Secretaría de Transporte de la Nación, y que el organismo nacional es quien fija una banda tarifaría con un precio mínimo y uno máximo para el servicio, además de instruir un coeficiente de estacionalidad para próximos ajustes. Mediante este instrumento, en enero habrá un nuevo incremento de los pasajes en torno al 14%.
Con una Base Tarifaria Media de $ 7,46 por kilómetro, fijada en noviembre del 2022, los próximos incrementos de la tarifa con lo dispuesto por la normativa vigente (aplicando un coeficiente de 1,6) se darán en los meses de enero, febrero y marzo.
Salto de valor
A modo de ejemplo, el 15 de marzo de 2022, comprar un boleto de Mendoza a la terminal de Retiro (Buenos Aires), en un coche cama sin servicio costaba $8.500 mientras que por el mismo tramo se pagará el 7 de enero $15.680. Es decir que en un plazo menor a diez meses y con los descuentos que son aplicados por la compra anticipada online, el valor del boleto se ha incrementado $7.180 (un 84%).
El corredor de la ruta Nacional 7 fue el menos afectado por la merma de pasajeros el último enero. De acuerdo a la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi) se había recompuesto y operó a un 28% por debajo de los niveles prepandemia.
A lo largo del año, alentado por el programa Previaje, la preventa de servicios fue un 30% más amplia que la del 2021, lo que determinó dos escenarios. El primero fue que la implementación del programa Previaje hizo que la gente anticipara sus compras y el trasporte pudo contar una determinada previsibilidad de servicios. El segundo fue que este año la gente no ha decidido con tanta anticipación si sale o no de vacaciones.
Por otro lado, las plataformas online de pasajes fueron el medio más elegido por los usuarios para comparar y comprar sus boletos, incrementándose el volumen interanual de operaciones en más de un 20%.
Mediciones y ajustes
“No podemos medir el total de la demanda”, asegura Diego Marín, uno de los responsables de la plataforma Voyenbus. “Solo de aquello que pasa por nuestro sistema, pero puede servir como muestra”, señaló el empresario. De acuerdo a los registros de esta plataforma de venta de pasajes de larga distancia, la demanda de boletos viene casi igual que el año anterior, pero con una leve baja. “Quizá esta merma este motivada porque el año pasado existió el Pre-Viaje y esto aceleró la demanda”, puntualizó Marín.
“Creemos que va a estar a niveles similares, aunque no creemos que supere en ventas a la temporada 21/22″, comentó. Agregó además que hay una buena preventa de asientos para los servicios de enero, siendo los destinos más elegidos Santiago, Viña del Mar (Chile) y Mar del Plata (Argentina). Les siguen Córdoba y Ciudad de Buenos Aires, Bariloche, Miramar y Neuquén. “Pero la diferencia de los tres primeros destinos con el resto, es muy grande”, puntualizó Marín.
“El año pasado, comparando los mismos días de venta, con fecha de viaje en enero y febrero de 2022, los destinos eran muy distintos. Las restricciones para viajar al exterior hicieron que Santiago o Viña de Mar casi no existieran como una opción y el Previaje hizo que los destinos estrella fueran Mar del Plata, Bahia Blanca, Miramar, Las Grutas y Bariloche, siempre con salidas desde Mendoza”, concluyó el responsable de la plataforma Voyenbus.
Demanda internacional
Luego de dos años de diversas restricciones sanitarias internacionales que se fueron quitando en forma paulatina tras los picos de la pandemia del Covid-19, las perspectivas de negocio se han renovado porque este será el primer verano con el servicio funcionando a pleno. “Luego de dos años, en el mes de mayo quedó restablecido el servicio internacional y este será el primer verano en el que el sistema de transporte funcionará plenamente”, explicó Gustavo Gaona, vocero de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi).
Al referirse la demanda desde y hacia los países vecinos, Gaona señaló que “las expectativas son buenas porque el cambio ayuda a los visitantes, dependiendo de cada país”. Agregó que también habrá muchos argentinos viajando al exterior para vacacionar aunque la relación del dólar no favorezca tanto. “No esperamos que este año sea la acepción de muchos argentinos de vacaciones en el exterior, en Chile, veraneando en Viña del Mar o la Serena”, puntualizó.
Vale recordar que en la última medición publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) el 15,6% de los turistas que ingresaron al país lo hicieron desde Chile. Según los datos correspondientes al mes de octubre de 2022, 798 mil de visitantes no residentes arribaron al país; de los cuales 394 mil fueron turistas; mientras que del total de turistas el 44,9% ingresó en Argentina por vía terrestre y el 42 % vía aérea.
Una política de asimetrías grandes
Luego de 33 años, el tren como transporte de pasajeros regresó a la provincia y esperan desde la empresa estatal Trenes Argentinos restituir el servicio entre Buenos Aires y Mendoza para el mes de marzo de 2023.
Al ser consultado sobre la competencia entre las tarifas de los trenes y los ómnibus, Gustavo Gaona, vocero de Celadi, sostuvo: “Entendemos que el transporte en Argentina tiene que funcionar con una multimodalidad, que es lógico que haya trenes, aviones y ómnibus y estos deben complementarse”.
El vocero explicó que en el caso de la larga distancia es la Nación quien regula el transporte público y sus tarifas. El problema se da cuando el gobierno aplica “una política de asimetría tan grande, entre el ómnibus, el avión o el tren”. Esa asimetría se refleja en términos del porcentaje de subsidio que aplica en los boletos, y ahí esta relación entre las modalidades termina afectando al sistema. Según explicó Gaona, “el estado no subsidia el boleto de los colectivos de larga distancia y sí los del tren, aportando entre el 95 y 98% de su valor”.