En la Argentina existen dos clases de contribuyentes ante la Administración Federal de Ingresos Públicos, los que están inscriptos en el Régimen General o el Régimen Simplificado, es decir los monotributistas.
Las diferencias entre ambas categorías a la hora de hacer frente al pago de los tributos es significativa por lo que el titular del monotributo se encuentra con varios beneficios.
Los contribuyentes del Régimen General, que además están divididos en subcategorías, deben hacer frente a tributos como el impuesto a la Ganancias, el impuesto al Valor Agregado (IVA), el impuesto a los Bienes Personales, Ganancia Mínima Presunta entre otros que la AFIP recaude.
Frente a este panorama, el monotributista tiene un beneficio, entre varios, que es sustancial: con un pago mensual resuelve todas las obligaciones con el fisco.
Beneficios de ser monotributista
El Monotributo o Régimen Simplificado le permite al titular realizar un pago único, con un importe fijo preestablecido, en el que van incluidas todas las responsabilidades del contribuyente.
El principal beneficio es que al realizar el pago único mensual, el trabajador independiente que está inscripto en el Monotributo cumple con el componente previsional (Seguridad Social), el aporte jubilatorio y el IVA.
Además cuenta con la exención en impuesto a los créditos y débitos por los movimientos en una cuenta bancaria.
Para hacer más fácil y accesible el pago mensual del Monotributo, el contribuyente cuenta con múltiples canales: transferencia electrónica, tarjetas de crédito o debido automático en cuenta, cajeros automáticos y también de manera presencial en algún sitio de cobranzas (Rapipago entre otros).
Por el cumplimiento en tiempo y forma con el pago mensual del Monotributo durante un año calendario, si es con débito automático o tarjeta de crédito, la AFIP premia al titular con el reintegro del importe del componente impositivo, de un pago mensual.