La firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la reducción de la brecha cambiaria, el inicio de la normalización del balance del Banco Central, y la explosión inflacionaria resumen las acciones y consecuencias del programa “de urgencia” presentado hace un mes por el ministro de Economía, Luis Caputo.
Si bien la macro entrega incipientes señales positivas, a cuatro semanas de iniciado este proceso quien sufre de pleno el impacto de las medidas es la población por una suba de precios descontrolada y distorsionada cuya proyección marca un primer semestre dramático.
Milei calificó como un logro “tremendo” el 25% de inflación de diciembre porque, según consideró, las medidas adoptadas impidieron que el país cayera en la híper, estimación que una buena porción de los economistas consideró, cuanto menos, exagerada.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central reuniendo las opiniones de una treintena de especialistas, reveló que la inflación recién llegaría a un rango del 8% para junio de este año. El mismo porcentaje que hundió las aspiraciones del ex ministro de Economía, Sergio Massa.
Los analistas esperaban un diciembre con 27%, ven un enero con un par de puntos menos, y auguran una desaceleración en el segundo trimestre.
La tendencia a la baja marcaría un cambio de expectativas determinante y esa es la principal apuesta del gobierno.
Una visión parecida tiene el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien en su blog personal publicó un gráfico en el que estimó que la inflación bajará a 8% en abril, dos meses antes que el grueso de consultados por el BCRA. El dato preocupante es que esa será la velocidad crucero hasta fin de año con un leve escalón descendente en julio a 7%. De esta forma, 2024 terminaría con un salto inflacionario de 244%.
El dato más fresco lo aportó la consultora LCG, que informó que entre el 4 y el 10 de enero los alimentos aumentaron 3,7%, volviendo a un ritmo similar al de fin de octubre. Calculando desde el 1° de enero, los principales productos de la canasta básica muestran una variación de 8,4%. LCG aprecia una caída en el ritmo de suba luego de un pico de 11,5% al anunciarse la devaluación, y de 7,1% y 4,6% en las semanas siguientes.
La clave –y la diferencia de pronósticos a futuro versus resultados- estará dada por la forma en que se realicen los ajustes tarifarios en los próximos meses. De esa calibración dependerá el devenir inflacionario.
En otro orden, el acuerdo con el FMI despejó algunas dudas en el plano financiero. Habrá U$S 4.700 millones antes de fin de mes pero sólo para devolver lo que nos prestaron. Eso implica que la acumulación de reservas que pueda lograr el Banco Central servirá para mejorar su situación y recortar en parte los U$S 8.900 millones en rojo que aún marca su balance.
La mejora en la suscripción de BOPREAL –el bono para importadores- descomprimió en parte la presión sobre los dólares financieros que culminaron la semana alineándose con el dólar libre, que se consiguió en las casas de cambio a un promedio de $ 1.120.
Al mismo tiempo, el Banco Central le firmó la partida de defunción a las Leliqs. Ya todos los pasivos monetarios están en “Pases a un día” y en forma paulatina mediante diferentes licitaciones esa deuda será transferida al Tesoro Nacional.
Esta serie de factores confluyeron al promediar la semana y calmaron al dólar que había amagado con desbocarse. Fue el momento en que Milei sacó a jugar su caballito de batalla y acusó a la política de boicotear su programa de Gobierno trabando el tratamiento de la Ley de Bases en el Congreso y buscando voltear el DNU 70/23.
Con un billete controlado, la brecha cambiaria se mantuvo en el orden del 37% entre el oficial y el libre y se redujo a menos de 3% con respecto al CCL. Este indicador sigue siendo clave para los operadores económicos. Una brecha controlada sostiene la liquidación de exportaciones y le permite al Central seguir sumando reservas.
En las cuatro primeras semanas de gobierno, las adquisiciones superaron los U$S 3.800 millones. Mantener la acumulación de divisas es otro de los factores centrales de esta etapa.