Casi con el primer semestre del año cerrado, las exportaciones parecen ser la salida para el vino argentino, sobre todo si se habla de fraccionado. En el “Informe anual de la vitivinicultura argentina 20/21” de la División Vinos del Banco Supervielle, elaborado por Javier Merino, se expuso que el escenario para el sector está marcado por la incertidumbre, aunque encuentra su oportunidad en la exportación. Asimismo, lo que pueda pasar depende de variables como el panorama internacional, la macroeconomía argentina, la coyuntura del sector, la producción primaria, las decisiones de largo plazo y las tendencias de un sector en transformación.
En lo que respecta al panorama internacional, la pandemia provocó una caída del consumo mundial de vino en casi un 3%, aunque el share de las ventas argentinas pasó del 4,5% al 5,2% impulsadas por fenómenos que es difícil predecir si continuarán, aunque mantiene una tendencia creciente que comenzó en 2018. Para Merino, esta caída es una reacción normal. Asimismo, no en todos los países pasó lo mismo, por lo que no puede atribuirse a una conducta generalizada. Mientras que los dos principales consumidores mundiales (Estados Unidos y Francia) mantuvieron el consumo total, Italia lo aumentó considerablemente (posiblemente consecuencia de los bloqueos) y China lo redujo considerablemente. En este contexto Argentina fue uno de los pocos países que lo incrementaron.
Un dato desalentador para la vitivinicultura argentina es que ha crecido el costo logístico en el mundo, lo que implica que difícilmente las bodegas de nuestro país puedan exportar a mercados lejanos. Aunque después de la pandemia y la recuperación del comercio mundial puede volver a los niveles habituales.
Por otra parte, a nivel mundial el 40% de los vinos que se consumen son importados. Esto quiere decir que, en términos empresariales, aumentó la competitividad en el mercado internacional.
Los principales mercados
El informe también analizó cómo fue el período de los principales cinco mercados para el vino argentino. En Estados Unidos, principal importador mundial, hubo una fuerte caída en valor (-9,4%) y algo leve en volumen (4%), aunque Argentina recuperó espacio después de una década, con un 6% de participación en los vinos fraccionados. En este mercado, el gran ajuste se realizó en la importación de vinos fraccionados y espumantes que fue parcialmente compensado con volúmenes de vino a granel.
Para el Reino Unido, el vino de Argentina creció en valor (10,4%) y volumen (30,2%). Es el mercado más dinámico de los últimos años. Los vinos argentinos alcanzaron su mayor share histórico con ocho años de expansión con un 3,2% en valor y 3,8% en volumen.
En el caso de Canadá, aumentó sus importaciones, aunque con una fuerte caída de precios promedio lo cual está en línea con la adecuación a consumidores más cautelosos en gastos. Nuestro país perdió participación en el valor (-0,7%), aunque ganó en volumen (20,8%), lo que significa que se vendió vino a un menor precio.
La importación total de vinos de Países Bajos está más relacionada a su rol de redistribuidor hacia otros países y muestra su necesidad de derivar a otros mercados. Con un rebrote en la importación, el valor de los vinos argentinos creció 22,2% y el volumen 21,9%. El mercado neerlandés tuvo un sustancial crecimiento en vinos fraccionados mientras que en granel mostró una caída, distinto al fenómeno de otros países.
Por su parte, Brasil es uno de los países que mostró un sustancial aumento de sus importaciones de vino, tanto en valor como en volumen, participando Argentina de esa expansión. Nuestro país es el segundo proveedor después de Chile y compite a la par de Portugal. La variación de valor en el último año para los vinos argentinos fue del 26,1%, mientras que en volumen fue de 40,4%.
Merino explicó que, si se mira sólo el vino fraccionado en sus principales ocho mercados de Argentina, las exportaciones crecieron. El precio promedio ha caído, lo que responde a una estrategia de bajar el precio promedio, incorporando a sus portfolios gamas de vino de menor precio.
“Argentina se puede encontrar entre los países que han ganado espacio en relación a sus competidores internacionales. En este contexto, en el mundo todo parece indicar que hay buenas perspectivas para el vino argentino”, aseguró el experto.
Las expectativas para el próximo semestre
En consonancia a lo expuesto por Javier Merino, referentes de bodegas de la provincia, con importante participación en las exportaciones, hablaron de las expectativas para lo que queda de este 2021.
Gustavo López Viñals, gerente de Negocios de Fecovita, contó a Los Andes que los primeros meses del año han sido muy buenos, con crecimiento tanto en volúmenes como en facturación y esperan que se mantenga ese empuje de crecimiento. Para eso, consideró que hay que seguir trabajando en cada uno de los mercados donde tienen sus productos y saber encontrar las oportunidades para sostener el cumplimiento y calidad en los negocios desarrollados. Actualmente, los mercados más fuertes son Brasil, Estados Unidos, Canadá y se están desarrollando en los mercados asiáticos.
Silvina Barros, Marketing Manager de Trivento, comentó a Los Andes que la bodega ha tenido un crecimiento sostenido en las exportaciones, que se potenció el año pasado gracias a la performance de mercados como Reino Unido, Estados Unidos, Brasil o Corea del Sur, por nombrar aquellos que más crecieron. Asimismo, en 2021 la tendencia se mantiene y, a abril, Trivento registra un incremento en exportaciones de 42% vs 2020.
Con una fuerte presencia en Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Países Bajos, México, Irlanda, Canadá y Corea del Sur, Barros aseguró que para el segundo semestre esperan continuar con un crecimiento respecto de 2020. “Si bien en los principales mercados como Estados Unidos y Reino Unido pronostican una baja de consumo post Covid, hemos realizado importantes inversiones de marketing para mantener con una curva de crecimiento”, aseguró. Además, López Viñals y Barros, de Marketing Manager de Trivento, coincidieron en que Asia se presenta como la región de alto potencial para las exportaciones de vino argentino. Para el referente de Fecovita, China tiene grandes posibilidades de crecimiento. “Siempre las expectativas están puestas en ese mercado que crece todos los años en consumo y que todavía los vinos argentinos no hemos logrado capitalizar este auge a nuestro favor. Tenemos que seguir realizando esfuerzos y acciones adecuadas para continuar creciendo en este mercado en desarrollo”, dijo. Mientras, Barros añadió a Corea del Sur como un potencial destino.